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Economía

El conflicto de la estiba en el Port de Tarragona provoca sobrecostes a los importadores

Las empresas tienen que pagar a los armadores de los barcos para sumar más días de los estipulados para llevar a cabo las descargas

La situació de congestió que es viu al Port de Tarragona obliga a molts vaixells a quedar-se fora dels molls esperant que quedi un lloc lliure

El conflicto de la estiba en el Port de Tarragona provoca sobrecostes a los importadoresGerard Martí

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Todos los agentes que forman parte de la comunidad portuaria están sufriendo las consecuencias del colapso del Port de Tarragona. El conflicto de la estiba ha ralentizado notablemente la operativa, hecho que ha provocado que los barcos se tengan que esperar bastantes más horas de las que tenían previstas para llevar a cabo las tareas de carga o descarga.

Esta demora de tiempo ha obligado a algunas empresas importadoras de cereales a asumir sobrecostes. Según asegura la Assocació Catalana de Fabricants d'Aliments Compostos (ASFAC), «alguno ha llegado a pagar en torno a un millón de euros». «Los importadores tienen unos días estipulados en cada contrato para llevar a cabo las descargas, si el proceso se demora y se supera este límite, las empresas tienen que pagar una penalización al armador del barco», explica Pere Borrell, presidente de ASFAC.

Este sobrecoste se incrementa más cada día que pasa sin que se haya completado la descarga. Si se tienen que quedar más tiempo delque toca, eso supone que las otras operativas que el armador del barco tenía pendientes, también se tienen que retrasar. Es el pez que se muerde la cola», añade.

Los importadores de cereales, como primera medida, han empezado a cobrar una cantidad de dinero adicional a los fabricantes de piensos: «Cuando reciben un pedido del Port de Tarragona, hacen pagar unplus para cubrir los posibles sobrecostes».

Entre los fabricantes de piensos se respira un aire de incertidumbre por la situación de congestión que se vive en el puerto. «Quizás en algún momento nos podemos quedar sin materia prima», indica Borrell. De hecho, hace unas semanas ya vivieron un momento crítico, durante el que tuvieron que sustituir el maíz por otro cereal. «Si antes los barcos tardaban entre 12 o 15 días enhacer toda la operativa, ahora necesitan más de 28», detalla al presidente de ASFAC, que está preocupado porque los stocks se van vaciando.

Así lo constatan desde una fábrica de piensos de las Terres de l'Ebre, que recibe importaciones en el Port de Tarragona: «El conflicto de la estiba comportará afectaciones a corto y largo plazo, sobre todo con respecto a problemas de abastecimiento». Explican que el colapso afecta a una gran cadena que va «de los importadores hasta las personas de la calle».

«De momento, esta problemática logística y económica sólo la estamos notando las empresas, los importadores y los transportistas, pero si el conflicto de la estiba persiste, quizás la carne no llega a los supermercados o no hay piezas para montar coches», comentan.

Algunos barcos que tenían que atracar en Tarragona han decidido cambiar su destino hacia los puertos de Barcelona, Valencia o Francia. «Algún día iremos a buscar algún material en el Port de Tarragona, pero no habrá porque ningún barco ha descargado aquí», comentan desde la fábrica de piensos.

Eso les obligaría a ir a buscar a otros puertos alternativos, que implicaría un incremento en el coste del transporte, ya que los camiones tendrán que hacer más recorrido para ir a buscar la materia prima. «Otros años, si había problemas, íbamos a Burgos o Cuenca, pero este año las cosechas han sido escasas por la sequía y eso nos dependió todavía más del Port».

Los transportistas se quejan

Otro de los grandes damnificados por el retraso de las operativas en el Port son los transportistas. Si antes sólo tardaban una hora enhacer la descarga, ahora pueden tardar más de cuatro. Así lo confirma la Federación de Autotransporte de Tarragona (FEAT), a través de un comunicado: «Los barcos están finalizando sus tareas con atracos en las tenazas que multiplican por 3 y 4 veces el tiempo que iban utilizando». En algunos casos, los transportistas podían hacer tres o cuatro viajes, incluso cinco puntualmente, y ahora sólo llegan a dos. Es decir, ahora hacen prácticamente la mitad de trabajo, con lo que comporta económicamente.

Josep Lluís Aymat, director de la FEAT, reconoce que «el conflicto ha supuesto consecuencias graves para el sector. Hace meses que trabajan para llegar a un acuerdo, pero parece que cada vez las posiciones están más alejadas y el problema está lejos de resolverse».

Aymat demanda que la situación hace que los transportistas, y toda la comunidad portuaria, pierdan oportunidades: «Es insostenible». «Si todo continúa así, tiraremos por el suelo lo que hemos construido los últimos años, perdiendo todo el tráfico diverso de mercancías que hemos conseguido con nuestro trabajo», indica.

Ayer por la mañana los estibadores volvieron a sus puestos de trabajo, pero las empresas de la estiba denunciaron que «los efectivos asignados por los mismos trabajadores son insuficientes y el trabajo sigue anormalmente lento». Eso provocó que el Port de Tarragona continuara colapsado y que siete barcos tuvieran que esperarse fuera, porque no había lugar para cargar ni descargar.

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