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AFASIT atiende en Tarragona a unas 40 familias con víctimas de abusos sexuales infantiles

La asociación, con menos de un año de vida, organiza actividades y ofrece acompañamiento psicológico

Imatge de les fundadores d'AFASIT amb l'alcalde de Tarragona durant les festes de Sant Roc.

AFASIT atiende en Tarragona a unas 40 familias con víctimas de abusos sexuales infantilesCedida

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La Asociación de Familias Víctimas de Abusos Sexuales Infantiles de Tarragona (AFASIT) ha atendido cerca de cuarenta núcleos familiares desde su fundación hace poco menos de un año. Las fundadoras, Manoli Villarino y Miriam Arenas, decidieron crear la entidad para ofrecer ayuda y acompañamiento emocional después de que sus respectivas hijas sufrieran abusos hace años.

Otro de los objetivos es visibilizar el problema, tal como expone Villarino, quien añade que en la provincia, en los últimos dos años, se han registrado más de 400 denuncias por abusos sexuales a menores según Barnahus, una unidad de la Generalitat de Catalunya integrada por todos los agentes que intervienen en un caso de abusos sexuales a menores. «En un 74% de las veces el abuso es intrafamiliar», defiende Villarino. A través de AFASIT pretenden ofrecer a las víctimas y a las familias el apoyo psicológico que consideran que falta desde el sistema público. «En el ámbito público hay muchas carencias, mientras que la mayoría de psicólogos privados cuestan más de 50 euros y no todo el mundo se lo puede permitir», expone Villarino.

La cofundadora de la entidad denuncia «la odisea» por la que tienen que pasar los afectados para conseguir acompañamiento emocional. Para tratar de paliar la situación, AFASIT funciona como un espacio de encuentro donde poder expresarse y sentirse comprendido. Al mismo tiempo, según explica Villarino, también han llevado a cabo algún taller en las escuelas para concienciar a las futuras generaciones: «Creemos que en los centros educativos se tiene que hacer más pedagogía. La Organización Mundial de la Salud expone que 1 de cada 5 niños está sufriendo o sufrirá abusos sexuales». Considera que, hasta hoy día, siempre se ha tratado este tipo de violencia como un tema «tabú».

AFASIT ha organizado durante estos meses caminatas, vermúes y diferentes actos solidarios con la finalidad de recibir donativos que puedan ayudar a las familias y las víctimas en el proceso de recuperación psicológica. Durante las fiestas de Sant Roc en Tarragona, por ejemplo, Villarino y Arenas montaron un chiringuito con el fin de visibilizar el objetivo de la entidad y recibir donativos. El alcalde, Pau Ricomà, entre otros, hizo uno y promocionó la iniciativa a través de redes sociales.

Por otra parte, AFASIT también organiza talleres de ayuda mutua a víctimas cada miércoles desde el pasado julio. «Participan terapeutas y personas que también han sufrido abusos sexuales», manifiesta Villarino. La cofundadora apunta que han contactado con la entidad, incluso, personas de Barcelona y Lleida buscando ayuda. Además, AFASIT tiene un convenio con la Asociación Psicología Ciudadana (APSIC), una entidad tarraconense con menos de un año de vida que ofrece terapias a un coste reducido a fin de que todo el mundo se lo pueda permitir.

Psicología Ciudadana

Hasta ahora, tres pacientes de APSIC han llegado a través de la relación con AFASIT para tratar problemas psicológicos originados a raíz de abusos sexuales. Sin embargo, el psicólogo y director de la entidad, Xavier Rigau, apunta que el 80% de los casos que reciben son por ansiedad o conflictos de pareja. Hoy día, APSIC registra a más de 120 pacientes, una cifra que ha crecido considerablemente desde sus inicios y les ha obligado a ampliar el equipo de tres a siete psicólogos.

«Ofrecemos cuatro sesiones de 40 minutos por un total de 70 euros o dos sesiones al mes por 40», expresa al coordinador general de APSIC, Eric Martín. Desde la asociación insisten en la importancia de hacer un seguimiento de la evolución del paciente. «Nosotros también tenemos otros trabajos, pero eso lo hacemos para ayudar, no para conseguir rédito económico. No somos una empresa», añade Martín.

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