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El Arzobispo Tarragona considera «inmoral y absurda» la práctica del ocultismo y la futurología

Monseñor Planellas afirma que «personas que se avergonzarían de creer en Dios, acaban creyendo en horóscopos, magos y adivinos»

El arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, trabajando en su despacho en el arzobispado.

Joan Planellas, arzobispo de TarragonaACN

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El arzobispo metropolitano de Tarragona y primado, Joan Planellas, considera «inmoral» y «absurda» la práctica del ocultismo y la futurología, de las que destaca que son un «negocio amplio y difuso» que ha aumentado «considerablemente» en los últimos decenios.

Bajo el título de «Astrología y conciencia religiosa», el arzobispo y presidente de la Conferencia Episcopal Tarraconense, que agrupa a todos los obispos de Cataluña, dedica su carta dominical del próximo domingo a hablar de la astrología, las ciencias ocultas y la futurología.

Asegura el prelado que la astrología «se ha ido convirtiendo en un negocio amplio y difuso, sobre todo por la progresiva integración que ha tenido en la programación cotidiana de revistas de masas, y también en televisión y en las redes sociales, convirtiéndose en un capítulo importante de la intercomunicación en secciones comerciales de oferta y demanda de estos servicios».

«El fundamento lógico de estas supersticiones -según el arzobispo- se fundamenta en que las vertientes racionales de nuestras vidas muchas veces no pueden o no logran penetrar en aspectos profundos y decisorios de la vida humana y, en especial, en los sentimentales o emocionales».

Por esta razón, añade que «la única forma de acceder a lo que no se comprende o no se sabe con certeza, como el propio destino, es por medio de algún sistema de creencias misteriosas, teniendo presente que quienes actúan de mediadores sean capaces tener mucho 'arte' en la interpretación».

Para Planellas, estas prácticas suponen «una degradación del espíritu humano, que se sujeta a creencias y prácticas irracionales, tontas, absurdas y, a veces, gravemente inmorales, que humillan la dignidad de la persona».

Aunque reconoce que estas prácticas siempre han estado presentes, asegura que «esto es hoy más grave, ya que, durante los últimos siglos, ha habido un aumento de racionalidad y de progreso científico que han alcanzado unas considerables proporciones».

«Esta racionalidad y este progreso han demostrado la absurdidad y vanidad de unas doctrinas y de unas prácticas que en tiempo pasado se podían justificar con pretensiones científicas y con la apariencia de una racionalidad más alta y profunda», argumenta.

Según el arzobispo de Tarragona, «el fenómeno de la astrología, la magia y el ocultismo es el signo de la búsqueda de algo que existe más allá de la pura racionalidad y de la pura ciencia».

«Esto expresa la necesidad de salir del círculo de la inmanencia en el que la razón y la ciencia tratan de recluir a la persona humana: la necesidad, esto es, de abrirse al mundo de lo invisible y al trascendente. Pero esta necesidad, digamos «religiosa», lejos de dirigirse a Dios, se desvía hacia formas infrahumanas y pseudorreligiosas, hacia la idolatría y la superstición», subraya el primado.

«Es triste constatar, en este sentido, que en nuestro mundo occidental el bajón de la práctica religiosa va acompañado de un aumento impresionante de creencias y prácticas supersticiosas», lamenta.

Según monseñor Planellas, «personas que se avergonzarían de creer en Dios y lo considerarían un deshonor, acaban creyendo en horóscopos, magos, adivinos, en el dolor de ojos y el mal dado, en la mala suerte que lleva el número trece, el gato negro y la boda celebrada el martes o el viernes 13».

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