Diari Més

Concurso de fuegos

«Después de dos años, ya echábamos de menos el Concurs de Focs de Tarragona»

Grupos de familias y amigos fueron hasta la playa del Miracle con mesas, sillas y neveras para disfrutar de la 30 edición del concurso

La Margarita, de Reus, acompanyada de la seva família, es va curar en salut i va dur paraigües.

«Después de dos años, ya echábamos de menos el Concurs de Focs de Tarragona»Gerard Martí

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Sobre las seis y media de la tarde de ayer la playa del Miracle empezaba a recibir los primeros grupos de gente con ganas de disfrutar del Concurs de Focs Artificials Ciutat de Tarragona después de dos años de no celebrarse a causa de la pandemia de la covid.

Mesas y sillas, inmensas toallas, neveras con la comida y la bebida y paraguas para poder salvaguardarse de la lluvia iban llenando la playa a medida que se acercaba la hora de inicio del concurso. La mayoría de personas que iban llegando no conocían las pirotecnias participantes en esta edición del concurso, pero todos venían con muchas ganas de disfrutar de los fuegos y convencidos de que este año, «como siempre», disfrutarían de unos «castillos espectaculares». Iolanda y Enrique, de Bellvei del Penedès, llegaron con su familia a las seis y media de la tarde y se colocaron en el paseo, al lado de la plataforma de hormigón, con bocadillos, bebidas y un juego de cartas paramatar el tiempo previo al castillo de fuegos.

«Llevamos años viniendo a ver el concurso y, después de dos años de no celebrarse, tenemos muchas ganas de verlo», explicaba Iolanda. Entre carta y carta, Enrique aseguraba que, «aunque llueva, nos quedaremos para ver los fuegos y, si hace falta, nos pondremos bajo la plataforma, pero no nos marcharemos sin verlo». «No sabemos qué pirotecnia toca hoy pero seguro que será genial», apuntaba Iolanda.

A pocos metros, con toallas encima de la arena, estaba la familia de Claudia, una familia de tres generaciones proveniente de Colombia y con residencia en Tarragona desde hace más de veinte años. «Venimos cada año y en anteriores ediciones nos encontrábamos con problemas para aparcar. Por eso este año hemos venido más pronto, sobre las ocho y media», comentaba Claudia.

Mateo, su hijo de cuatro años, que se estrenaba por primera vez como público del concurso, aprovechaba para remojarse mientras la familia hacía una picoteo previo al castillo de fuegos. «Tenemos muchas ganas de fuegos y esperamos que vayan al máximo», comentaba Claudia.

Margarita, de Reus, también esperaba como agua de mayo la celebración del concurso de fuegos. «Venimos cada año y venimos todos los días del concurso», apuntaba. Otros años habían encontrado dificultades para aparcar pero este año, como no ha hecho buen día y no había gente en la playa, hemos podido dejar el coche sin problema», explicaba. Margarita y su familia iban preparados con sillas, bocadillos, cerveza y paraguas por si la lluvia hacía acto de presencia.

Otro de los grupos que había llegado pronto era el de la familia Moreno y amigos. «Unos cuantos venimos de la Bisbal del Penedès y los otros de Calafell», decían. Este grupo también es de los que no se pierden los fuegos ningún año. «Ahora ya lo echábamos de menos, tenemos muchas ganas y pensamos venir todos los días, desde hoy y hasta el sábado» explicaban.

Este año llevaban bocadillos para cenar, pero en años anteriores habían llegado a llevar un auténtico «festival de comida» según sus palabras: «almejas, mejillones, navajas, café y chupitos». Aunque no conocían las pirotecnias que participan este año en esta 30 edición del Concurs de Focs Artificials Ciutat de Tarragona, todos ellos esperaban que «no se bajara el listón y podamos disfrutar de un castillo de fuegos de los que hacen época», decían.

Aunque ayer llegaban a la playa del Miracle a las ocho y media por cuestiones de trabajo, «mañana (hoy para el lector), si hace buen tiempo, vendremos a media tarde y aprovecharemos para tomar el sol y bañarnos. Así ya estaremos aquí cuando empiece el concurso y no tendremos problemas para aparcar», apuntaban con una sonrisa de oreja aoreja.

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