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Utilizan tallos de maíz y girasol para construir una vivienda

La Escuela de Arquitectura del Vallès y la URV participan en el proyecto para demostrar las propiedades de aislamiento térmico del material

El prototipo que se ha construido en la Escuela de Arquitectura del Vallès de la UPC.

Utilizan tallos de maíz y girasol para construir una viviendaACN

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La Escuela de Arquitectura del Vallès (ETSAV) de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) ha presentado este viernes el prototipo de vivienda que se ha construido en el campus de Sant Cugat del Vallès utilizando tallos de maíz y girasol. Se trata de un modelo que pretende demostrar las propiedades de aislamiento térmico del material en el marco de un estudio liderado por la Universidad Tolosa III Paul Sabatier y en qué también participan la Universitat Rovira i Virgili (URV) y la Federación de Cooperativas Agrarias de Cataluña (FCAC), entre otros.

El proyecto quiere demostrar la capacidad de adaptar materiales de origen vegetal para minimizar el impacto ambiental del sector de la construcción, aprovechando su rendimiento para regular la temperatura.

Se trata de un proyecto de investigación transfronterizo en el que participan hasta ocho socios de Francia y Cataluña, entre ellos el Grupo Interdisciplinario de Ciencia y Tecnología de la Edificación (GICITED), vinculado a la ETSAV. Bajo el nombre de SAVASCO, la iniciativa busca desarrollar materiales con base biológica para demostrar cómo reducir el impacto que el sector de la construcción tiene en el entorno.

«Las cañas de maíz y girasol tienen un material en el interior, la médula, con unas propiedades específicas lo que lo hacen un buen aislante térmico, y por eso nos interesamos en ver cómo podemos confeccionar materiales y sistemas de construcción para dar un mejor aislamiento térmico a los edificios», explica la subdirectora de Relaciones con el Exterior de la ETSAV y coordinadora del proyecto, Mariana Palumbo.

De este modo, se ha trabajado con materiales biológicos para desarrollar el proyecto, que ha culminado con la construcción de dos prototipos, uno en Sant Cugat del Vallès y otro en Tarbes (Francia). En el caso de Cataluña, se ha realizado utilizando maíz procedente de Miralcamp (Pla d'Urgell) y girasoles de Castelló d'Empúries (Alt Empordà).

Una primera fase del proyecto ha sido en el laboratorio: «Allí hemos visto que las características técnicas de los materiales son las adecuadas para realizar la prueba», explica Palumbo. Una vez testado en el laboratorio, el siguiente paso pasaba por llevarlo a la práctica con las construcciones a escala real, en Sant Cugat aprovechando los terrenos de la ETSAV.

Prueba real

El resultado ha sido la creación del prototipo, una edificación de 5x5 metros en la que se combinen los materiales que se quieren testar con otros, principalmente biopolímeros y tierra. Consta de una estructura ligera de madera, donde se han aplicado las opciones sobre las que se quiere investigar.

Para contrastar sus resultados, se han aplicado cuatro sistemas constructivos distintos a la misma construcción, uno para cada una de las esquinas. Así, se ha realizado una con paneles de tierra ligera de gran formato prefabricados en una nave industrial, una con bloques de tierra ligera, otra con un sistema de entramado de madera con una cámara de aire con granulado de médula , y una última pared convencional de cerámica, como si fuera de un edificio ya existente, pero mejorando el aislamiento térmico exterior a partir de la médula de maíz.

«Es una búsqueda abierta, porque nos servirá para ver cómo se comporten los distintos materiales a lo largo del tiempo», explica Palumbo. Así, se registrará la variación de la temperatura en cada caso, así como la humedad, absorción y aislamiento acústicos, y la durabilidad en el tiempo.

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