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«Los estudiantes de la URV tendríamos que tener gratis el servicio del parking»

Alumnos del Campus Cataluña denuncian el aumento de la tarifa del aparcamiento, concedido a la empresa Interparking

Imatge d'una usuària pagant la tarifa d'estudiant del pàrquing del Campus Catalunya.

«Los estudiantes de la URV tendríamos que tener gratis el servicio del parking»Roger Freixa

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Los estudiantes de la URV se quejan del incremento de la tarifa para miembros de la universidad para aparcar en el parking del Campus Cataluña. Denuncian que el pasado mes de marzo el precio volvió a subir, esta vez a 2,05 euros por día. Anteriormente, y durante casi todo en el 2021, el aparcamiento les costaba 1,90, un coste que se implantó a inicios del año pasado. Tiempo atrás, la cantidad también era inferior, pero el aumento de la tarifa ha estado aumentando en los últimos años. Los precios los establece la empresa Interparking, la cual cuenta con la concesión del espacio universitario. El aparcamiento disfruta de 712 plazas y es público, pero los miembros de la URV, tanto alumnos como profesores y el resto de personal, disponen de una tarifa reducida. El responsable de contratación y compras del área de gerencia de la URV, David García, explica que el contrato con Interparking «establece que los precios se revisen anualmente y, en función del aumento del IPC, aplican un incremento en las tarifas». Interparking tiene la concesión del equipamiento durante 30 años, así que, teniendo en cuenta que inició la actividad en el 2008 con un precio de 1,50 euros, mantendrá la explotación del servicio hasta el 2038. La misma empresa fue la encargada de construir la infraestructura, motivo por el cual necesita un tiempo de concesión con el fin de amortizar el gasto, según remarca García.

De esta manera, la URV tiene que aceptar el precio establecido por Interparking, ya que «tienen derecho sobre el espacio», tal como expone García. Entre 2014 y 2018 no se revisó el precio, que se mantuvo en 1,75 euros, hasta que el concesionario pidió una actualización que tuviera en cuenta el IPC acumulado de los últimos cuatro años. La universidad afirma que intentó que sólo se tuviera en cuenta el IPC del último año, pero una sentencia judicial dio la razón a Interparking, quien cambió la tarifa de los miembros de la universidad a 1,80.

Alumnos afectados

«Los estudiantes tendríamos que tener gratis el parking», protestan Marina Muñoz y Marina Carvajal, alumnas de segundo de Trabajo Social. Añaden que incluso se han encontrado profesores en contra de estos precios. Entre los estudiantes, son bastante comunes las quejas porel último incremento de la tarifa, a pesar de esto no se ha trasladado el malestar a los órganos directivos del centro. «Me da rabia que no haya cohesión entre estudiantes», comenta sobre la idea de hacer una protesta colectiva a Raúl Ábalo, alumno de segundo curso de Anglès. «Si sumas los gastos mensuales en este sentido, casi podrías plantearte alquilar una plaza de aparcamiento aquí cerca», añade.

Hajar El Housaini, estudiante de cuarto curso de Filología Hispánica, comenta que «en torno a la universidad no es fácil encontrar aparcamiento, entonces lo tengo que dejar dentro y pagar ahora 2,05 euros para hacer quizás sólo dos horas de clase». La alumna de tercero de Derecho y Relaciones Laborales Ariadna Brihuega, quien hace el trayecto cinco días a la semana desde la Canonja hasta el Campus, considera que «se aprovechan de los estudiantes porque saben que en el entorno todo es zona azul o zona verde y es muy difícil encontrar aparcamiento».

Por este motivo, los estudiantes siguen acudiendo al Campus, tal como manifiestan Maria Ruiz y Marta Hernández: «Pensamos en buscar algún otro lugardonde dejar el coche, pero es muy cómodo aparcar aquí». Ruiz y Hernández se combinan los viajes en coche hasta la universidad para reducir los gastos. De todos modos, creen que el precio es «carísimo» y «desorbitado». Porsu parte, Ábalo y sus compañeras Samia Milihi y Patricia Cuadros creen que «el servicio tendría que ser gratuito si has pagado la matrícula». Además, se muestran escépticos por el futuro, ya que piensan que volverá a subir la tarifa.

Muchos estudiantes deciden agruparse en coches y repartirse los viajes para pagar menos. Un caso similar es el de Iker García y Aina Canal, estudiantes de tercer curso de Historia. «Antes de la pandemia veníamos en autobús, pero desde entonces venimos en coche. Mi hermana va hacia Sescelades y nos deja aquí», explica García. Canal añade que «quizás vendríamos con nuestro coche si el aparcamiento fuera gratuito».

Encontrar sitio para aparcar en otros campus, como Sescelades o Bellissens, es más fácil, según destacan varios estudiantes. David García, de la URV, explica que hay que tener en cuenta las particularidades de los diferentes tipos de parkings. «En Bellissens no hay infraestructura, no hay vigilancia, no hay barrera, no hay protección y no hay una empresa que disfrute de la concesión del espacio», detalla García. Por su parte, los estudiantes, que ahora tienen que pagar cada día 15 céntimos más por aparcar, también sufren el aumento del precio de la gasolina.

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