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Los negocios de la Parte Baja de Tarragona pierden clientes por la pasarela Puerto-Ciudad

La infraestructura, que conecta el centro con las playas, ha restado afluencia de gente a la calle Apodaca y plaza de los Carros

Personas cruzando la pasarela que facilita el acceso desde la Bajada del Toro hasta la playa.

Los negocios de la Parte Baja de Tarragona pierden clientes por la pasarela Puerto-CiudadGerard Martí

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La pasarela Puerto-Ciudad, que conecta la Baixada del Toro con la playa del Miracle en tan sólo siete minutos, ha propiciado un descenso de la afluencia de gente a la calle Apodaca y plaza de los Carros y, de rebote, ha perjudicado la actividad comercial de la zona. Si bien los comercios del Eixample y Parte Alta se han visto beneficiados por la instalación de esta infraestructura, que agiliza el acceso entre el centro y el Paseo Marítimo, tenderos y restauradores de la calle Apodaca y plaza de los Carros lamentan el descenso de transeúntes, que optan ahora por utilizar la pasarela. Nunca llueve a gusto de todo el mundo, dicen.

Sara Domènech, encargada de la tienda de comestibles y carnes Can Domènech, que desarrolla su actividad, desde hace de cuarenta años a la calle Apodaca, manifiesta que «se ha notado que no pasa tanta gente desde que está la pasarela». «Mucha gente que volvía de la playa aprovechaba para comprar, y tanto que se ha notado», explica. «Era el que le decíamos la clientela del verano, pasaban por aquí y compraban. Mucha gente también compraba fruta o te pedían un bocadillo para comérselo en la playa», comenta. Ahora, Domènech lamenta que «nosotros nos hemos quedado como un paréntesis, ya nos cortaron el paso a la estación para los vehículos, la gente que venía del Puerto pasaba a comprar cuando terminaban, ahora ya no pueden pasar con el coche, tienen que salir por el Serrallo y ya no vienen», lamenta «Había gente del Puerto que te hacían un encargo y lo pasaban a recoger con el coche, pero ahora ya no pasan», señala la responsable. «Ya lo notamos con el cierre del paso a nivel y ahora con la pasarela todavía ha sido peor», apunta a la encargada de la histórica tienda, recalcando que «han ido cortando la facilidad de paso». «Llevamos cuarenta años en este negocio y hemos visto cómo ha cambiado la calle. Esta calle era uno no parar de gente y ahora mira como se ha quedado, pobrecito» lamenta.

María José Guerrero, de la peluquería M. J. de la calle Apodaca, apunta que «hemos notado un descenso, sobre todo al verano, porque había mucha circulación de gente que iba a la playa y estábamos más visibles, ahora con la pasarela, ya no». Guerrero, que hace seis años que está al frente de la peluquería, explica que «se nota que no pasa tanta gente, la calle está mucho más apagada. La gente, para ir en el Muelle de Costa o en el Paseo Marítimo ya coge siempre la pasarela», señala. «En invierno no se nota tanto, porque la clientela es más del barrio, pero en verano sí, porque la clientela que tenemos es más de paso», dice.

Juan Millán, propietario del Frankfurt El Puerto, de la plaza de los Carros, lleva el establecimiento desde hace casi siete años y ahora se plantea dejar el negocio. «Se ha notado mucho la pasarela, aquí abajo es como una zona dormitorio, no hay prácticamente nada, no hay motivos ni alicientes para venir hasta aquí», expone. «La pasarela ha sacado a mucha gente de la zona, antes todo el mundo pasaba por aquí para ir a la playa, pero ahora es todo una ruina. Yo estoy planteándome cerrar porque no hay ninguna motivación por seguir, tienes que seguir pagando todo, y es una acumulación de gastos», lamenta.

Es complicado, y la prueba es que están la mayoría de locales cerrados. La pasarela ha afectado mucho, antes de su instalación teníamos la terraza y lo notábamos, todo el mundo pasaba por aquí para ir o volver de la playa y daban ambiente en la terraza, pero ahora ya puedes verlo tú mismo que no pasa nadie», apunta Millán.

Zhaojun Zheng, la responsable del restaurante chino China Town, de plaza de los Carros, también se ha visto afectada. «La diferencia es brutal, la gente que viene ahora al restaurante es porque pasan por aquí por casualidad», asegura. «Como ahora está la pasarela que conecta la zona de la Rambla Nova con el Puerto, todo el mundo lo utiliza y ya no pasan por aquí», lamenta.

Zheng también admite que ya fue una limitación que cortaran el acceso de vehículos del paso a nivel. «Mucha gente venía en coche y paraban aquí, y ahora como no pueden pasar los coches se van hacia el Serrallo», indica. «Se habría podido hacer el paso a nivel también por vehículos, así no nos hubiera afectado tanto», comenta.

La presidenta de la Asociación de Vecinos Barrio del Puerto, Carme Puig, afirma que los establecimientos «han notado muchísimo» el descenso en la afluencia de gente desde la instalación de la pasarela y también admite que ya se notó cuándo se suprimió el tráfico de vehículos en el paso a nivel de la plaza de los Carros. «La pasarela es muy bonita, pero evidentemente se ha notado que es una limitación. Antes la gente tenía que bajar por la calle de la Unión, ahora no pasan tantas personas», apunta a la presidenta de la entidad vecinal.

Pienso que eso ha cerrado mucho más el barrio de lo que ya estaba. En su día, cuando sacaron el acceso por|para vehículos del paso a nivel, ya nos cortaron, pero ahora con la pasarela se ha notado mucho más», dice.

«Ya no sólo es la gente que iba a playa, es la gente tenía que bajar por la calle Uniópara ir a la estación de trenes y ahora con la pasarela vaso directo», señala.

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