Los comerciantes celebran la progresiva reducción de las restricciones

Los comercios de la ciudad empiezan a respirar un poco más tranquilos después de un año y tres meses de pandemia. No fue hasta la segunda quincena de marzo que los negocios no esenciales pudieron abrir los fines de semana. Hasta entonces, estuvieron diez días consecutivos cerrados, con el endurecimiento de las restricciones después de Reyes. Casi un trimestre después de la reapertura los sábados –para algunos, también domingos–, las medidas para contener la pandemia han ido a menos gracias a la buena evolución sanitaria y el ritmo de vacunación.

Ahora, los comerciantes tarraconenses valoran positivamente el progresivo alivio de las restricciones, ya sobre todo centrado en la ampliación de horarios de apertura y limitaciones de aforo. Ante un verano que tendría que ir cada vez mejor, los tenderos y restauradores de Tarragona se plantan en las puertas de esta temporada con optimismo, especialmente en el centro de la ciudad, donde el impacto económico de los visitantes se acentúa en los meses estivales. Cuando menos, los negocios de Ponent, con una influencia escasa de turismo, ya prevén un verano tranquilo, similar al de los últimos años antes de la pandemia.

«El enfoque es positivo, la cosa empieza a arrancar», celebraba Judith Sentís. La dinamizadora de la asociación comerciante Vía T confirmaba que «la mejora progresiva de las restricciones» ha sido clave las últimas semanas. Hasta ahora, el cliente local ha sido el gran aliado de los comercios del centro, según Sentís: «Tenemos que intentar que la gente se mantenga con la conciencia de consumir en el comercio de proximidad, que somos quien ha estado abierto a su alrededor y toca darnos apoyo». La representante de la Vía T pedía «un llamamiento a la solidaridad» a medida que las restricciones en los centros comerciales se vayan aliviando. «Como algo positivo, con la pandemia la gente todavía prefiere comprar en el centro de la ciudad mientras pasea», indicaba Sentís.

Otro de los efectos colaterales de la retirada de limitaciones ha sido que los clientes se han vuelto a esponjar de nuevo a lo largo del día y de la semana, tal como apuntaba Sentís: «Como ahora la gente puede hacer más actividades y también abrimos más horas, ahora hay más dispersión en la clientela». De cara al verano, los comerciantes del centro son optimistas: «Este año tiene que ser mejor que el pasado, que ya se salvó dignamente». Hoy por hoy, los tenderos no están notando demasiada afluencia de visitantes, que Sentís aseguraba que «se notará más a partir de finales de junio, sobre todo con familias del país, cuándo los pequeños acaben el curso». El turismo internacional es más incierto.

Mientras tanto, en Ponent también están satisfechos con cómo la evolución favorable de la pandemia está permitiendo recuperar oxígeno en los comercios de sus barrios. «Quien ha respirado del todo es la restauración, las terrazas están llenas de gente sentada», celebraba Vicenç Capilla, presidente de la Associació de Comerciants i Empresaris Tarragona Ponent. En estos barrios, el impacto del turismo este verano será escaso, ya que «son negocios tradicionales y la clientela son vecinos fieles», pero también son optimistas para el verano. Capilla decía que «tenemos esperanza que vaya mejor, con todavía menos restricciones, sin mascarilla y más aforo».