Diari Més
Raquel Sans

Cabeza de lista de ERC por Tarragona a las elecciones autonómicas

«Es con muchos Carles Castillo que conseguiremos la independencia»

La republicana descarta el pacto con el PSC y apunta que «voldriem un gobierno de frente amplio, seguir con Juntos pero que entren la CUP y los Comunes»

La candidata de ERC por Tarragona, Raquel Sans.

«Es con muchos Carles Castillo que conseguiremos la independencia»Gerard Martí

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-ERC cuestiona la Justicia para no aplazar el 14-F, pero las elecciones las convocó el gobierno. ¿Cómo se explica?

—El gobierno convocó elecciones por una situación provocada, precisamente, por la Justicia, con la destitución del presidente Torra, y se hizo de manera automática y no por decisión del gobierno. Después, los grupos en el Parlamentconsideramos que, viendo la situación epidemiológica, se tenían que aplazar al 30 de mayo. Al final, la Justicia ha decidido que el 14-F, pues el 14 votaremos.

—Tiene miedo de una abstención alta?

—Es un miedo que tenemos todos los partidos, no tan sólo ERC. El derecho a votación es fundamental y claro está que la situación ahora no invita. Hay personas enfadadas y empatizo, pero quiero hacer un mensaje sobre la importancia de votar. El 14-F nos jugamos el futuro del país y el de nuestras comarcas. Si no van el 14, el 15 muchos se arrepentirán.

—Justamente ERC ha liderado la gestión de la pandemia en Cataluña y ha recibido críticas. Parece que nadie está contento. ¿Cuál es el balance?

-ERC ha estado al lado de la gente y ha tomado las decisiones en un momento muy difícil a Cataluña, a España y al mundo. Ha llegado un virus que desconocíamos y se han tomado decisiones que, en algunos casos, se han tenido que ir reconduciendo porque no existía la receta mágica. Pero ERC ha sido, ha dado la cara y se ha equivocado porque quien no toma decisiones no se equivoca. Seguimos gestionando la pandemia, pero también la reconstrucción del país.

—Durante la última etapa, se ha transmitido una imagen de gobierno muy dividido, cosa que ha incidido en el abordaje de la covid. ¿Cuál es la responsabilidad que tiene ERC?

—Como en toda relación de pareja, cuando dos se pelean, la responsabilidad es compartida y seguramente sea parte de lo que busca la represión del Estado: división, falta de comunicación entre los socios de viaje y un clima preelectoral que ya se generó el 21 de diciembre de 2017 y que no favorece el entendimiento. Los socios tienen que hacer una reflexión. Y no creo que haya influido en la gestión de la pandemia sino en la comunicación. Una cosa es decidir aplicar restricciones en restaurantes, que son medidas duras porque hay gente que sufre, y otra es salir a decir que tú no las aplicarías.

—Qué proyectos tiene ERC para Tarragona?

—En clave Campde Tarragona hay seis grandes ejes. El primero es la plataforma del hidrógeno verde, la transformación de la industria química y la reconversión de la industria nuclear en las comarcas. La UE marca que en el 2050 las empresas tienen que tener la neutralidad climática y las industrias se tienen que reconvertir ya. Por otra parte, hay lo que tiene que ver con el despoblamiento rural: el impulso de las escuelas rurales es una de las acciones, como lo son la promoción de la vivienda social, la fibra óptica, la digitalización.

—Y en turismo?

—Otra rama importante tiene que ver con el turismo de valor añadido. La pandemia nos ha mostrado cómo el mercado internacional se quedaba parado y entendemos que es buen momento para replantear el modelo e incentivar el turismo de proximidad.

—Qué otros ejes principales tiene el programa?

—Está el eje de los cuidados. Hace falta replantear todo el que tiene que ver con los cuidados en la salud y el ámbito de los servicios sociales, trabajar porque las personas envejecemos al lado de casa, que no se institucionalice el final de la vida de todos. Y el eje de la vivienda: no tiene ningún sentido que haya tantos pisos vacíos y tantas personas sin poder acceder a una vivienda. El último es la visión metropolitana en todo, porque el Camp es la segunda área metropolitana de Cataluña y tenemos que ejercer como tal, también en el diseño de infraestructuras.

—Se apunta al Estado por la falta de inversión, pero otras voces consideran que Barcelona también menosprecia el territorio. ¿Qué piensa?

—Tenemos que ser críticos con todas las instituciones, pero quiero hacer una diferenciación en las infraestructuras que nos han restado posibilidades. No está por manía en el Estado, pero es su responsabilidad. El Estado siempre recuerda las competencias de Cataluña y él las tiene, por ejemplo, en el Corredor del Mediterráneo, que va tarde y se tiene que planificar desde ya todo lo que tiene que ver con las mercancías por el interior. La A-27 es importante, pero está a punto de terminarse el túnel y allí se queda. Pedimos que el Estado vaya más allá, también en las redes cerradas. Allí donde tiene competencias, no apuesta por Tarragona.

—Ha pasado un año de Iqoxe y la ciudadanía lamenta que no se ha hecho nada, ni han llegado los sensores prometidos.

—Hacerse, se han hecho cosas que seguramente no se han explicado. Se ha reformulado el Plaseqta y hay cosas que han cambiado: si se volviera a producir un accidente así, sonarían las alarmas. En el Parlament, todas las formaciones concluimos que falta mucha comunicación. En los sensores, sí que haría un llamamiento al gobierno de la Generalitat a acabar el trabajo y, si se puede hacer hoy, mejor que mañana.

—Hasta qué punto el feminismo tiene un papel central en los planes de ERC?

—Es tan fundamental que una de las propuestas es crear una conselleria de Igualdad y Feminismos. El año pasado, en Cataluña fueron asesinadas 14 mujeres en manos de las parejas o exparejas. La brecha salarial se sitúa en Cataluña en un 23,6% y el Foro Económico Mundial dice que la igualdad será en el 2091. Cosas básicas como la investigación médica se han pensado en clave masculina.

—En el Procés, ¿han cometido errores? Ahora hablan de ampliar la base.

—Sí, ERC y todos. Marcarnos una fecha no fue acertado. Ni subestimar al adversario político, no tener empatía para explicar que el nuestro no era un movimiento a la contra, y no entender que el país va a dos velocidades. Quien se piense que la independencia la conseguiré con los votos sólo de Tarragona centro o la parte alta, no lo ha entendido. Hay que convencer en Torreforta, en La Floresta, Campclar, Bonavista.

—¿Se ha renunciado a la vía unilateral?

—La renuncia no existe, sería el último cartucho, no se renuncia. Pero queremos un referéndum pactado. Eso sólo lo arreglaremos parlant.La independencia es un objetivo real y queremos que sea realista. Decir que somos independentistas, y decirlo muy fuerte, no nos acercará más al objetivo. Lo que nos le acercará es ser más, y por eso tenemos que llegar a quién no llegamos el 1-O.

—La entrada de Carles Castillo ha traído ruido. ¿Se ha entendido bien el movimiento?

—El ruido ha venido de aquellos en los cuales los interesa en que haya ruido. La incorporación de Carles forma parte de la estrategia de ERC los últimos años y es perfectamente coherente con lo que defendemos: abrir las puertas a aquella gente del socialismo catalán que ha dejado de tener fe. Es con muchos Carles Castillo que conseguiremos la independencia, no pidiendo el carné de independentista.

—Qué ve más factible a nivel de pactos: ¿otra coalición independentista o un acuerdo con PSC y Comunes?

—Con el PSC, no pactaremos. Lo hemos dicho por activa y por pasiva. También es evidente que un gobierno en dos no ha funcionado, y nuestra propuesta es que sea un gobierno de frente amplio, independentista y de izquierdas. Queremos seguir con Juntos pero nos gustaría que entraran la CUP y los Comunes.

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