Diari Més

La jefa de la UCI del Hospital Joan XXIII avisa del gran estrés del personal

Este martes hay ingresadas 691 personas en las Unidades de Vigilancia Intensiva de los hospitales catalanes

Imagen del Hospital Joan XXIII, uno de los centros más tensados del Camp de Tarragona durante la fase dura de la pandemia.

La pandemia acelera la reforma del UCI del Hospital Juan XXIIIGerard Martí

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Los jefes de las Unidades de Vigilancia Intensiva (UCI) de cuatro grandes hospitales públicos de Cataluña han alertado este martes del gran estrés y cansancio de los profesionales de estas áreas y de la necesidad de que se consiga reducir el número de pacientes en las mismas.

En declaraciones a RAC1, los jefes de las UCI de los hospitales Vall d'Hebron (Barcelona), Josep Trueta (Gerona), Joan XXIII (Tarragona) y Arnau de Vilanova (Lleida) han coincidido en que la alta ocupación de estas unidades con pacientes que sufren covid-19 es un factor a tener muy presente a la hora de valorar las restricciones que se decidan.

Este martes se encuentran ingresadas en las UCIs de los hospitales catalanes, públicos, concertados y privados, un total de 691 personas a causa de la gravedad de su estado, según datos facilitados por el Departament de Salut.

Ricard Ferrer, jefe de la UCI de Vall d'Hebron, ha considerado que «tenemos que dejar las UCIs descongestionadas para permitir a los profesionales poder hacer descanso. Ahora todo el mundo está al máximo rendimiento pero cuando se acabe (la tercera ola) tendremos que ver las repercusiones» en los sanitarios, y ha añadido que «la ocupación de camas de UCI tiene que ser un indicador importantísimo».

Josep Maria Sirvent, jefe de servicio de Medicina Intensiva de Josep Trueta, ha indicado que «es imposible afrontar otra ola (de pandemia) en estas condiciones, el sistema no lo aguantaría. Habrá más mortalidad y nuestro personal está muy cansado», y ha propuesto «aumentar las medidas (restrictivas) durante diez días, por ejemplo, pero no hablo de confinamiento domiciliario».

Por su parte, Maria Bodí, jefa de la UCI del Joan XXIII, ha avisado de que «no sabemos cómo influirán las nuevas variantes, y eso está afectando al estrés emocional y el cansancio del personal. Todos los datos bajan pero se tiene que tener muy en cuenta los indicadores de pacientes ingresados y las UCIs».

Jesús Caballero, jefe de Medicina Intensiva del Arnau de Vilanova, ha indicado que «vale la pena tomar decisiones precoces», si bien, ha añadido, «cuando las UCIs están próximas al colapso, las decisiones ya llegan tarde. Vale la pena tomar decisiones, aunque sean agresivas, para evitar que el sistema sanitario colapse».

Sobre la posible celebración de las elecciones catalanas el próximo 14 de febrero, estos especialistas han opinado que si las perspectivas son que las nuevas variantes ya estén en Cataluña, «parece imprudente hacer las elecciones», ha considerado Ferrer.

Sirvent ha sostenido que si la Rt (velocidad de contagio) sube hacia 1,4 o 1,5 «no sería prudente hacer las elecciones. Por poco que se pueda se tienen que hacer pero se tiene que ver el ambiente epidemiológico de la semana previa».

Bodí ha dicho que si los datos epidemiológicos van en aumento «sería imprudente y, si se hacen, se tendrán que tomar muchas medidas para evitar los contagios».

Caballero ha estimado que «la petición de aplazamiento es coherente con la petición de restricción de la movilidad y el contacto social, si el sistema está como está. Tiene que casar -ha añadido- lo que se pide a la población con las decisiones que se tomen».

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