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La Administración de Loterías más antigua de Tarragona está en peligro de desaparición

El local donde está ubicada, en la Rambla Nova, es del Ayuntamiento y su adjudicación está pendiente

Pere Sans, ante la Administración de Loterías número 1 de Tarragona.

La Administración de Loterías más antigua de Tarragona está en peligro de desapariciónGerard Martí

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La Administración número 1 de Loterías de Tarragona, que está ubicada en la Rambla Nova, está en riesgo de desaparecer. Es así porque su propietario, Pere Sans, ha decidido jubilarse y, ahora mismo, no hay ningún movimiento al respecto de la adjudicación del local que sirve de punto de venta de loterías del Estado.

Es el Ayuntamiento de Tarragona quien tiene que llevar al Pleno la mencionada adjudicación y, en este sentido, Sans lamenta que «de momento, no sabemos nada. Para mí y para mi familia es una auténtica lástima que se pueda perder este lugar emblemático, ya que llevamos más de 70 años vendiendo loterías». Él no fue el primer propietario de la administración, y recuerda que «empezó mi abuela, después mi madre y después yo y es por este motivo que me sabría muy mal que se dejara de vender lotería».

Pere Sans recuerda que «esta es la administración más antigua no tan sólo de la ciudad, sino de toda la provincia de Tarragona. Es la número 1 y, si nadie se la queda, este número se podrá perder, igual que ha pasado con la 2, la 3, la 4 y la 7, que también eran muy antiguas».

El problema no radica en el traspaso de la administración, ya que Sans contaría con personas interesadas en quedársela. Ahora bien, el local pertenece al Ayuntamiento, quien lo tiene que sacar a concurso. Los trámites son lentos y, de momento, el actual propietario no tiene conocimiento de cuándo se pondrá en marcha este proceso.

En este sentido, el propietario remarca que «hay gente interesada, pero estamos pendientes del Pleno del Ayuntamiento para renovar la concesión. Lo que nos gustaría es que esta concesión fuera transferible a otra persona, pero no sabemos si lo acabarán haciendo de esta manera». Lo que no quiere Sans es que sea una persona la que adquiera el negocio y otra diferente se quede con el espacio, ya que «así, se perdería este lugar tan emblemático. Pido al Ayuntamiento un poco de sensibilidad, ya que estamos hablando de uno de los negocios más antiguos de la ciudad de Tarragona».

Sans, además, recuerda que «la licencia se ha acabado hace tres años y ahora estamos viviendo de prórrogas, hasta que se realice este concurso público». «Yo me quiero jubilar el próximo año y no quiero que se pierda esta tradición», sentencia un Pere Sans que lamenta que «un alquiler en la Rambla para ubicar una administración puede costar 6.000 o 7.000 euros, y este está completamente equipado, blindado, con cristales antibala y con la caja registradora estampada al suelo», con qué no sería necesaria ninguna adecuación.

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