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Sucesos

Dos robos en Cala Romana desatan el miedo y la indignación entre los vecinos

Dos entradas en dos chalets cuando el alumbrado público estaba apagado por las lluvias provoca el malestar a una urbanización cansada de los hechos delictivos

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Las calles de Cala Romana se encontraban, el sábado pasado, a oscuras una vez más después de la tormenta del viernes pasado. Desde hace años, cuando llueve se apaga el alumbrado y, si no se avisa en SECE, la luz no vuelve. En torno a las 21.10 horas, algunos vecinos de la calle Bon Recer oyeron un gran ruido en uno de los chalets de esta calle y avisaron los Mossos de que se podría tratar de un robo en una de las viviendas de esta calle. El alumbrado estabaapagado y era fácil que, por enèsima vez, se estuviera cometiendo un hecho delictivo en una de las viviendas de la urbanización. El grupo de WhatsApp hervía: unos decían que habían oído el ruido y otros se quejaban de que, una vez más, se produjera una situación demasiado repetitiva en los últimos tres meses. El chalet no está habitado todo el año, por loque sus propietarios no estaban en aquel momento en el interior de lo mismo.

Una patrulla de Mossos llegó a las 21.36 horas y sólo pudieron certificar que los ladrones habían reventado la puerta del chalet rompiendo toda la parte central de la misma y que habían entrado en la vivienda. Ni rastro de los delincuentes. Son rápidos y saben lo que tardan las patrullas policiales.

Cuando los Mossos se habían marchado, indicaron que se había producido otro acto delictivo en la calle Terra Ferma, en un chalet que en aquel momento sus propietarios también estaban ausentes. Bon Recer y Terra Ferma son las calles en que se han cometido más hechos delictivos. Parece que las preferencias de los ladrones va por calles o las tienen más estudiadas. Nadie entiende, en Cala Romana, que el Ayuntamiento no tome medidas para evitar que un barrio que paga el IBI más alto de la ciudad tenga tal número de hechos delictivos y las patrullas policiales no se acerquen. Tampoco entienden que el Ayuntamiento les prometiera cámaras de seguridad y no se hayan instalado o que el alumbrado público sea un desastre y cuando se dice a SECE y se los interroga sobre las causas por qué se produzcan tantos apagones la respuesta sea que «el agua y la luz no se llevan bien».

«Cinco veces en un mes», dice un vecino que le han entrado o han intentado entrar a su casa. Otro indica que, «a mí, me lo robaron todo hace un tiempo y ya no tengo nada de valor en casa». Nadie está seguro, incluso se han planteado contratar vigilancia privada, pero el coste se dispara.

Del miedo se pasa a la indignación cuando hablas con ellos, todos creen que, si las cámaras estuvieran instaladas, el número de hechos delictivos bajaría y que, si las fuerzas de seguridad hicieran más rondas, se pondrían un mayor número de trabas a los delincuentes. «Puedes ver vehículos policiales delante de un bar que se encuentra al lado de una gasolinera situada en unos de los accesos a Boscos de Tarragona, pero dando vueltas por la urbanización no ves ni uno, sólo circulan al día siguiente de un robo, si ha salido en los medios de comunicación,» dice otro vecino. Se sienten olvidados de este y de los equipos de gobierno anteriores, «nadie se ha preocupado de nosotros y cada vez vamos a peor, todo son promesas incumplidas» aseguran, «hasta que un día se produzca una desgracia que tengamos que lamentar».

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