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En tramo de la calle d'En Talavera sigue cerrado dos años después

Unas vallas rodean Ca la Garsa, edificio medieval situado en el corazón de Call Jueu que tuvo que ser apuntalada el año 2012 a causa de su estado

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Han transcurrido más de dos años desde que un tramo de la calle d'En Talavera, localizado entre las plazas del Fòrum y de los Ángeles, tuvo que ser cortado a la circulación de personas por precaución, ante el riesgo de hundimiento del edificio medieval conocido como Ca la Garsa, en pleno corazón del Call Jueude Tarragona. Una de las fachadas de este inmueble mujer precisamente en la calle d'En Talavera, donde hay un arco que confiere una especial personalidad urbanística en esta zona del barrio antiguo.

El estado de la calle y del edificio medieval, donde podría haber estado la sede de una sinagoga, según muchos expertos, sigue igual, con unas vallas que rompen la armonía de este espacio singular de la Parte Alta.

La estructura del edificio y los arcos impotentes que quedaron al descubierto cuando se inició su demolición a inicios del siglo actual para edificar un inmueble de nueva construcción tuvieron que ser consolidados por el Ayuntamiento, después de que se detectaran fisuras que lo ponían en riesgo de colapso. El proyecto inicial fue paralizado para evitar la desaparición de unos restos monumentales atribuidos a la presencia judía a la ciudad.

Una larga provisionalidad

El 31 de julio del 2018 se observó que los testigos colocados en el 2012 en las grietas aparecidas en los muros se habían abierto. Los servicios técnicos municipales de Patrimonio y Territorio determinaron que las grietas podían suponer un peligro de desprendimientos, por lo cual el gobierno de la ciudad que presidía al alcalde Josep Fèlix Ballesteros procedió al cierre provisional del sector de la calle d'En Talavera afectado. Esta provisionalidad se alargó en el tiempo, hasta el punto que, hoy, la situación no ha variado y el inmueble sigue dejando visible su esqueleto. Las estructuras del edificio medieval fueron apuntaladas para evitar su caída.

Tres semanas más tarde, en agosto del 2018, el portavoz de Esquerra Republicana al Ayuntamiento y actual alcalde de Tarragona, Pau Ricomà, reclamó una intervención para garantizar la seguridad del inmueble y manifestó «no nos podemos permitir ver cómo se hunde un elemento patrimonial de tanto valor como este por la desgana o el desinterés del equipo de gobierno». Ricomà añadió que el edificio de Call Jueu«se suma a una larga lista de elementos patrimoniales de la ciudad que presentan riesgos» y no dudó a exclamar que PartAlta se hunde. Más de dos años después, y superado el primer año de mandato municipal de los republicanos, la situación persiste.

Todo apunta en el hecho de que Ca la Garsa seguirá en el estado actual durante un largo tiempo. No hay prevista ninguna intervención ni destino para un edificio que podría ser recuperado para la ciudad. De hecho, hace unos años el Ayuntamiento intentó atraer capital judío para actuar en un inmueble que, en caso de comprobarse que albergó una sinagoga, sería unos de los más importantes del pasado medieval de Tarragona. Por otra parte, las vallas que separan el recinto monumental no contribuyen a la dignificación de un elemento arquitectónico histórico de primer orden.

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