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Pandemia

La distancia social es casi imposible de mantener en la Larga

Miles de personas fueron a esta playa de Tarragona ayer domingo, generando una imagen similar a la de cualquier año

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La playa Larga de Tarragona fue ayer domingo un ejemplo de las dificultades que plantea mantener la distancia social que se tiene que aplicar a causa de la pandemia de la COVID-19. En esta playa no hay ningún sistema de control de afluencia de bañistas, como sí que sucede en otros del término municipal de Tarragona. La única recomendación que se ofreció a los usuarios que ayer aprovecharon el buen tiempo para ir a pasar unas horas de ocio y descanso a la Larga, fue el aviso que Protección Civil emitió mediante un megáfono. Desde el vehículo se recordaba a los usuarios que tenían que llevar la mascarilla de protección puesta hasta el momento de acceder en la arena y cuando se abandonaba esta.

La imagen que ayer ofreció la playa Larga era similar a la de cualquier verano anterior, libre de la pandemia de la COVID-19. Este hecho vino precedido de las últimas noticias conocidas a lo largo de la semana pasada, relacionadas a la proliferación de brotes y el aumento de casos de personas que han contraído la enfermedad. En ningún momento se actuó desde la administración para controlar el acceso a esta playa tarraconense.

En el transcurso de la mañana se comprobó que una mayoría de personas no mantenían las distancias de seguridad, de manera especial aquellas que se desplazaban en grupo. Una de las imágenes que dejó la jornada fue la de personas que, metidas dentro del agua, a pocos metros de la arena, mantenían una larga conversación sin mantener ningún tipo de protección ni distancia.

Desde inicios del mes de julio el Ayuntamiento aplica un sistema de sensores que controlan el aforo a las playas tarraconenses Miracle, Arrabassada, Savinosa, Capellans y la Mora. No sucede lo mismo con la Larga, la única que se controla con las patrullas de la Guardia Urbana atendida su complejidad y dimensiones. Este hecho implica que la no disposición de sensores con capacidad para contabilizar el número de usuarios presentes en la playa en un momento determinado haga imposible saber si la Larga supera la cantidad de bañistas que sería deseable a causa de la pandemia y para facilitar la distancia social.

Más gente y menos arena

Además de la crisis social provocada por la pandemia, se da la circunstancia que los temporales del invierno pasado afectaron gravemente en la playa Larga, la cual perdió muchos metros de arena. En algunos puntos, son muy pocos los metros de ancho de la zona de arena. El hecho de que la arena no haya retornado a su lugar, como acostumbra a suceder, ha contribuido a la aglomeración de usuarios en una playa que, de manera habitual, siempre recibe miles de personas en la temporada de baño.

Ante la situación que se produjo durante la mañana de ayer a la Larga, algunos usuarios optaron por reducir el tiempo de presencia a la playa. La situación les generaba incertidumbre y la masiva afluencia de bañistas, preocupación. No obstante, la mayoría disfrutó de un largo día de playa.

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