Diari Més

Estado de Alarma

Las tintorerías, un servicio esencial que no factura nada durante el Estado de Alarma

Las ventas han caído en un 100% en algunos establecimientos que han decidido bajar la persiana

Anton Maria Ferrer trabajando ayer en la tintorería que regenta, que ha sufrido una caída del 90% de la facturación este último mes.

Las tintorerías, un servicio esencial que no factura nada durante el Estado de AlarmaGerard Martí

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Las tintorerías son uno de los negocios que el Estado de Alarma decretado por el gobierno español el pasado 14 de marzo amparaba como servicio esencial. Sin embargo, la facturación de algunos de estos establecimientos en Tarragona han caído entre un 90 y un 100%, hecho que ha obligado a algunos propietarios a bajar la persiana para, al menos, no tener que pagar los gastos fijos como la luz.

«Esta última semana, después de llamar uno por uno a todos mis clientes, sólo he conseguido lavar tres prendas de ropa: unos pantalones, un jersey y un edredón», lamenta Sílvia Biosca, propietaria de la Tintoreria Tarraco de la Part Alta de Tarragona, que añade que «en total estamos hablando de 32 euros en una semana, y con eso no hago nada». «Las pérdidas han sido prácticamente del 100% y, como soy servicio esencial, también estoy exenta de las ayudas del estado», apunta Biosca, que presentó un ERTO para una trabajadora que tiene y no le aceptaron precisamente porque no está obligada a cerrar su negocio.

La propietaria de la tintorería de la baixada de la Misericòrdia señala que «como no hay comuniones ni bodas, la tintorería no es servicio prioritario para la gente».

Anton Maria Ferrer, que regenta la Tintoreria Ferrer Bugaders de la Vall de l’Arrabassada, habla también de esta época de celebraciones. «La de ahora es una de las partes más importantes de la temporada, no sólo por las comuniones y las bodas, sino también porque es el momento del cambio de armario», asegura a Ferrer, que lamenta que las ventas han caído en un 90% en su negocio.

El propietario de la tintorería defiende que ha reducido los horarios de apertura del establecimiento «porque llega un momento que estoy aquí sólo para mirar el techo». Celebra que, por suerte, no ha parado en ningún momento al 100%, que siempre ha tenido algo de trabajo, y asegura que «la persistencia de no haber cerrado del todo en ningún momento ha hecho que la gente se enterara de que todavía estoy abierto y me traen alguna pieza». Es más, asegura, que, a nivel personal, el hecho de ir cada día a trabajar también loayuda, ya que hace que el confinamiento sea menos pesado. «Cuando vengo a trabajar aprovecho para hacer la compra u otros encargos y así no tengo que volver a salir de casa», explica Ferrer. No obstante, asegura que «cansan mucho todas las incomodidades de tener que salir a la calle: que te paren para preguntarte dónde vas, tomar medidas de seguridad como ponerte guantes y mascarilla, lavarte las manos en cada momento, etc».

Con respecto al 10% de trabajo que ha tenido hasta ahora, Ferrer lo atribuye a «vecinos o empresas del barrio que por alguna razón puntual han necesitado algún servicio». A pesar de las adversidades de la crisis sanitaria que dificultan que Ferrer se pueda ganar la vida con normalidad, él es optimista. «Soy consciente del padecimiento de tantos, pero la gente tiene que tener coraje y ver las cosas con optimismo, que la vida continuará», sostiene Ferrer, que reconoce también que «quizás nos daremos cuenta que hay cosas muy importantes y necesarias, como los trabajos de la limpieza, que son muy humildes, y que ahora vemos que son imprescindibles. Espero que esta situación pueda servir para hacer consideraciones importantes y que el ser humano progrese a nivel personal, que el progreso material es relativo».

Finalmente, Francisca Domínguez decidió cerrar las puertas de la Tintoreria Centro Sec de Tarragona a principios de abril, ya que «la según quincena de marzo tuve abierto y no hice ningún servicio», lamenta, «sólo gastaba luz y perdía el tiempo». Domínguez explica que ha puesto un cartel con su número de teléfono en la puerta y que si alguien necesita algo que le llame.

La propietaria de la tintorería de la calle Mallorca asegura, de la misma manera que Biosca y Ferrer, que la de ahora es una época muy importante para el negocio, y lamenta que «este parón afectará mucho a la facturación de todo el año».

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