Diari Més

Estado de Alarma

Restaurantes cerrados mantienen la cocina y sirven la comida a domicilio

Trabajan para los clientes habituales o para «alegrar la monotonía de los hogares», dan salida al género y, a pesar de abaratar la carta, ven aquí una vía de ingresos

El Ma.La.Vita de Reus, sin actividad desde el 14 de marzo, encendió de nuevo los fogones este miércoles y atiende los encargos que recibe.

Restaurantes de Reus cerrados mantienen la cocina y sirven la comida a domicilioOlívia Molet

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La comida a domicilio se perfila, acumuladas ya cerca de tres semanas de cierre al público, como la única vía de ingresos para restaurantes y bares. Algunos ofrecían el servicio desde años atrás y centran ahora esfuerzos al intensificarlo, otros se sumaron coincidiendo con la entrada en vigor del decreto de alarma y también hay de lo que hace pocos días que han decidido reactivar la cocina «porque había clientes habituales que nos echaban de menos» o «para llevar un poco de alegría a los hogares durante el confinamiento». Todos coinciden, sin embargo, en que ahora mismo esta es «la única alternativa que podemos tener, en la cuestión económica, para generar negocio y paliar el fuerte el impacto que dejará el coronavirus» y «seguramente una opción mejor que quedarnos de brazos juntos mirando como se nos estropea el género».

La mayoría ponen a disposición de los comensales la carta íntegra tal como podría encontrarse en el establecimiento físico, y en determinados casos aplican descuentos y no repercuten el precio del reparto. La distribución es, a veces, con trabajadores de los mismos restaurantes pero también a través de las empresas de riders como Glovo o Deliveroo. Cuando la parálisis de la actividad por la emergencia sanitaria ha obligado a recurrir al ERTE y ha dejado el negocio en cuadro, el mismo profesional puede encargarse de la cocina y al mismo tiempo hacer llegar la comida a la mesa de quien lo ha pedido desde casa.

El gremio ha tenido que adaptarse a marchas forzadas a las nuevas medidas de seguridad e higiene, limita el número de empleados que hacen trabajos en los locales y entrega los menús herméticamente envasados y sin que tenga que producirse cabe contacto físico con el repartidor. Restaurantes que trabajan todo tipo de cocinas han habilitado números de teléfono móvil y se han hecho presentes, también, en plataformas digitales de comida para llevar. Atender los pedidos resulta crucial para intentar combatir una situación que se alarga y en el cual «nos encontramos solamente, sin un futuro claro y prácticamente sin ninguna ayuda».

Paellas y arroces

El restaurante Castillo de Javier, en Salou, mantiene los fogones a punto y potencia, a través de diferentes canales, el servicio de «reparto a domicilio sin contacto físico con el repartidor» que antes ya era presente pero en una cuota mínima. Desde el restaurante explican que «ofrecemos todo lo que hay a la carta y lo que más nos piden estos días son paellas y arroces». A raíz de la emergencia sanitaria, «trabajamos con un solo cocinero y con todas las medidas de seguridad» y los encargos «los enviamos totalmente cerrados y con todos los requisitos de higiene». El negocio realiza descuentos en los platos «teniendo en cuenta la situación» y buena parte de los pedidos «nos venden en fin de semana: el sábado y domingo tuvimos una decena cada día». A los tickets que superan los 60 euros «les ofrecemos una botella». Todo para «seguir con el negocio aunque tengamos que estar cerrados estos días».

En Reus, el Ma.La.Vita apagó las luces de la sala con el inicio del confinamiento pero ha vuelto a activar la cocina este miércoles. Desde el establecimiento apuntan que «vamos poco a poco, lo hemos hecho porque tenemos que aguantar de alguna manera mientras todo eso pase». «Podíamos escoger entre quedarnos en casa o salir a trabajar, hemos decidido eso. Más todavía para poder ofrecer a la gente la posibilidad de comer alguna cosa diferente a pesar de estar confinados todo el día», añaden, y dicen que «había clientes habituales que echaban de menos los platos que les gustan y nos preguntaban si pondríamos en marcha este servicio, y lo hemos sacado adelante».

«Antes, preparábamos arroces por encargo pero no los llevábamos a domicilio. Ahora nos hemos visto sin ayudas pero con facturas, y esta es la única opción que tenemos», apuntan desde el restaurante Arlemar de Tarragona que difunde, como el resto, los números de contacto para pedidos a sus redes. Con la plantilla disminuida y compaginando más de un trabajo, «nosotros mismos nos encargamos de cocinar lo que se nos pida y lo llevemos allí donde esté». El arranque «está siendo difícil porque ahora la gente no puede juntarse en grupo y no nos piden arroces» pero toda la carta está disponible, «desde calamares a boquerones y mejillones».

2.000 croquetas para sanitarios

También hay casos tan singulares como el de la tarea Xivarri de Reus, que igualmente atiende pedidos a domicilio pero lo hace de una manera peculiar: con la principal finalidad que «nuestros clientes sean conscientes de que estamos a su lado igual que siempre» y para «hacer la vida de las personas más feliz en estos momentos». Las peticiones que reciben en el establecimiento son, principalmente, «de nuestros platos más típicos: tiras de pollo, patatas bravas o huevos». Aparte, la tarea ha entregado altruistamente a lo largo de la última semana «1.000 croquetas al Hospital Sant Joan para que los sanitarios se las puedan comer» y prevé hacer cerca de 1.000 más para los trabajadores de otros centros de la demarcación la próxima semana, tal como explica el chef Juan Diego Sánchez.

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