Viaje al centro de la tierra (km 0)

El 27 de noviembre de 1996 los medios de comunicación locales publicaron una noticia insólita: se había descubierto una serie de cavidades y pasillos|pasadizos subterráneos en el subsuelo de la ciudad de Tarragona. Aquel hallazgo, que acabaría siendo conocido como la Cueva Urbana, sería uno de los descubrimientos más relevantes de finales de la década de los 90.

Su entrada se localiza en el número 32 de la calle Gasòmetre de Tarragona, por donde se accede en un entramado de galerías, pozos y salas que en las últimas décadas han sido profusamente explorados por parte de los espeleólogos.

Las primeras exploraciones estuvieron encabezadas por Antonio Cabezas, y posteriormente se incorporaron Josep Lluis Albiñana (miembro fundador de la Sociedad de Investigaciones Espeleológicas de Tarragona, entidad que se haría cargo más adelante de las exploraciones), Sergi Pérez o Alberto Pradillo entre otros. En los años siguientes las investigaciones continuaron, realizándose la topografía de la cueva así como la recogida de numeroso material fotográfico. A día de hoy, la Cova Urbana se sigue explorando con el equipo de espeleo-buzos formado por Antonio Cabezas, Alberto Pradillo y Josep Ll. Albiñana. Entre las salas descubiertas destacan por ejemplo la Sala Josep Maria Forné, de unos 900 m de superficie y una altura de unos 20 m, o la Maginet, de estructura más alargada, y desde donde se puede acceder en una impresionante sala totalmente sumergida y que se bautizó con el nombre de Rivemar, por deseo de su primer explorador, Sergi Pérez.

Este mes de noviembre, el Centro Excursionista de Tarragona ofrece a todas las personas interesadas en conocer la historia de la Cova Urbana y, todavía más, a vivir una auténtica sesión de espeleología, a participar en las sesiones programadas de visita a la Cueva. A estas alturas hay organizadas dos, los días 9 y 10 de noviembre, con la previsión que, si la demanda supera la oferta, se acaben ampliando a otros días. La actividad, es abierta a todos los públicos, tiene una duración aproximada de tres horas.

Para realizar la visita hay que vestir casco y tratjo de neopreno, que los mismos organizadores ceden a los participantes. La edad máxima permitida es de 75 años, y la altura mínima es de 1,50 metros. Desde la organización se quiere señalar que se trata de una visita segura, y que en ningún caso se accede a espacios que presenten un riesgo medio o alto. La Cueva, explican, es un espacio muy amplio, y no suele provocar sensaciones como claustrofobia o temor a los espacios cerrados. No es imprescindible saber bucear, pero se recomienda que se sepa nadar, ni que sea a nivel elemental. No obstante, los pasos sifonados se superan con cuerdas guía y la ayuda de los monitores. El punto de encuentro está en la misma calle Gasòmetre, y el precio de la actividad es de 40 euros por persona (30 euros en el caso de los socios del Centro Excursionista de Tarragona o familiares directos). Más información en www.centreexcursionistatarragona.com.