Diari Més
Laia Estrada y Eva Miguel

Concejalas de la CUP en el Ayuntamiento de Tarragona

Política

«Percibimos una actitud más proactiva en Esquerra que en En Comú Podem»

Laia Estrada (L.E.) y Eva Miguel (E.M.) lamentan que el gobierno considere «inasumible» la estructura de cartapacio que plantea la CUP

Miguel y Estrada quieren mantener abierto el camino hacia un gobierno tripartito pero, si no hay acuerdo, harán una oposición firme.

«Percibimos una actitud más proactiva en Esquerra que en En Comú Podem»Gerard Martí

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Laia Estrada vive su segundo mandato como regidora de la CUP en el Ayuntamiento de Tarragona y Eva Miguel el primero. Estrada nació en Tarragona el 1982. Es licenciada en Ciencias Ambientales por la UdG (2005) y finalizó la licenciatura en la Universidad de Utrecht (Países Bajos), con una beca Erasmus. Es máster en Estudios Territoriales y de la Población por la UAB (2011) y es profesora de secundaria. Ha trabajado desde los 17 años en el mundo de la hostelería y la educación. Por su parte, Eva Miguel nació en Zaragoza el 1985 y es vecina de Tarragona desde el 2011. Es licenciada en Historia por la Universidad de Zaragoza y doctora en Arqueología. Se ha especializado en protohistoria mediterránea.

—¿Habrá gobierno tripartito en el Ayuntamiento de Tarragona?

-L.E. No tenemos una bola de cristal. Ha quedado lo bastante claro que la CUP ha hecho todo lo posible para llegar a un acuerdo para formar un gobierno tripartito. El hecho de no llegar no se le podrá atribuir a la CUP. Es el gobierno quien tiene que trabajar en el nuevo escenario. Hemos estado negociando un mes y medio. Alguna cosa no cuadra.

—Ustedes son independentistas y ECP no. ¿Es este un obstáculo para llegar a acuerdos entre las tres formaciones?

-E.M. Una cosa es la rutina de trabajo, pero nosotros hemos sido muy flexibles, respetando los procesos deliberativos de las otras formaciones. La CUP ha sido generosa.

—Porque se han dilatado las conversaciones más de un mes y medio.

-E.M. Se han dilatado los tiempos por falta de voluntad política. Otra cosa es hablar de contenidos concretos. Hay discrepancias que son lógicas. Las negociaciones las empezamos a tres bandas y ahora hay un gobierno, por lo que la dialéctica es diferente. Son ellos quien se tienen que aclarar. Es evidente que, por parte de ECP, hay una negativa a incluir el tema de la independencia, pero no es atribuible a este hecho que no haya acuerdo actualmente. Nosotros no hablamos de independencia y sí del derecho a la autodeterminación y de cómo este se puede ejercer. En las 59 propuestas que presentamos, esta cuestión no está presente. Sí está en nuestro programa político.

—¿Por qué no han avanzado las conversaciones?

-E.M. No han avanzado por discrepancias programáticas. En un mes y medio no hemos podido hablar del cartapacio. No ha sido por divergencias concretas.

—¿Se mantendrán en la oposición?

-L.E. Las negociaciones están finalizadas y estamos en la oposición, al servicio de la transformación de esta ciudad. Tenemos la mano tendida para todo aquello que suponga un cambio de lo que hemos tenido hasta ahora y para no volver a las cosas de Ballesteros. Ya nos vendrán a buscar con propuestas concretas. Con eso no quiero decir que estemos cerrados a nuevas conversaciones, pero sí que decimos que la llamada de teléfono la tienen que hacer ellos (el gobierno municipal). Ha habido poca claridad por parte de los dos interlocutores (ERC y ECP).

—La asamblea abierta del pasado lunes tomó una decisión, pero fue la asamblea local de la CUP quien tuvo la última palabra.

-E.M. La asamblea abierta tomó una decisión importante. Después, tiene que haber un tiempo para la concreción, para cómo se plasma y para los detalles comunicativos para que no haya ninguna duda, y es eso lo que decidió la asamblea local. Se plantearon tres opciones en la asamblea abierta, esta escogió una y la local la acabó de perfilar.

—¿Les sorprendió el acuerdo entre ERC y ECP, cuando las conversaciones con la CUP ya estaban iniciadas?

-E.M. La primera vez que nosotros nos sentamos a tres bandas llevamos los 59 puntos de nuestra propuesta. Todavía no sabíamos que ellos (ERC y ECP) habían llegado a un acuerdo para formar gobierno. Les preguntamos cuáles eran las líneas rojas que planteaban y acordamos enviarles nuestra propuesta de reforma del cartapacio. Facilitábamos las cosas y llevábamos la documentación al día. Hay puntos de acuerdo con ECP y de discrepancia con ERC, y al revés.

—¿Cuál ha sido la barrera insuperable?

-E.M. El problema ha sido la dilación en el tiempo. Ellos no hicieron su trabajo. Hablamos de este tema el lunes, antes de la asamblea abierta, y no pudimos llevar a esta nada referido al cartapacio. Nos dijeron que la estructura que planteamos para el cartapacio es inasumible y lo que quieren es vaciar de contenido sensible las áreas que proponen para formar parte del gobierno. Su actitud positiva se contrapone a nuestra proactividad, cosa que no tendría que pasar. No son iguales las actitudes de las dos fuerzas del gobierno. Lo más lógico es que fuera el gobierno quien liderara las conversaciones y no ha sido así. En la última reunión convocada a tres bandas ECP dijo que no podía ir. No nos ha parecido lógico que (el jueves de la semana pasada) no se manifestaran en relación al encaje de la CUP en el cartapacio. ECP no se posiciona.

—La CUP no está dispuesta a renunciar a determinadas áreas de gobierno.

-L.E. Actualmente hay seis de áreas y nosotros proponemos nueve. La CUP ha hecho un buen trabajo en temas como el medio ambiente, el bienestar animal, los espacios verdes o la gestión de residuos. Nos dicen que estos últimos apartados no tienen que estar en el área de Medio Ambiente y, si lo están, entonces que esta no la llevará la CUP. Entendemos que es lógico que la de finanzas la lleve el principal partido del gobierno, pero lo que no puede ser es que una de las formaciones esté deatrezo.

—Me recuerda el reciente caso de Pedro Sánchez y Unidas Podemos.

-L.E. Alguien podría hacer este símil y sería perfectamente comprensible. La diferencia es que nosotros hemos podido hablar con una parte del gobierno.

—¿Cuáles son las áreas que piden?

-E.M. Queremos tener responsabilidad, sobre todo, en políticas de radicalidad democrática, que es como nosotros nos referimos a los temas de participación, y en medio ambiente, cultura, patrimonio, lengua, feminismo o vivienda. Eso no quiere decir que las queramos todas, pero sí son las que proponemos.

—¿El obstáculo para un acuerdo tripartito es el posicionamiento de ECP?

-E.M. Percibimos una actitud más proactiva en ERC que en ECP. Dentro de ECP hay diferentes sensibilidades. Por eso hemos decidido que sea el gobierno quien haga sus propuestas para un posible pacto con nosotros y que nos traiga una propuesta concreta.

—La CUP defiende su bagaje de cuatro años en la oposición.

-L.E. La CUP ha participado para acabar con la era Ballesteros y nadie nos lo puede negar. Si no hay interés en pactar, seguiremos en la oposición.

—¿Qué pueden hacer desde fuera del gobierno?

-L.E. Una oposición necesaria. En relación al gobierno de Ballesteros, teníamos que destapar la corrupción en todos sus aspectos, los tipificados por la ley y los que no lo están. La CUP tiene que garantizar que se hace una transición en Tarragona. La prudencia no puede convertirse en cobardía y hay que ser transparentes.

—¿El nuevo gobierno puede encontrarse sorpresas en los cajones?

-L.E. Tenemos que dar los cien días de rigor al gobierno para que (ERC y ECP) acaben de situarse, pero les pedimos transparencia y que no adopten una posición paternalista. Tiene que explicar qué se están encontrando. La gente tiene que poder entender qué pasa con los contenedores de la basura o con el patrimonio, o en qué estado están los temas de corrupción. La gente se merece saber qué pasa en la ciudad. Tiene que tener la máxima información.

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