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Infraestructuras

Los cruceristas ponen buena nota a la nueva central de recepción de turistas

Turistas embarcados en el Costa Magica estrenaron ayer las instalaciones del Port de Tarragona ubicadas en la terminal localizada en el Tinglado 1

Decenas de turistas esperando subir al autobús que les tenía que trasladar hasta el crucero Costa Magica, ayer tarde.

Los cruceristas ponen buena nota en la nueva central de recepción de turistasGerard Martí

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Cerca de 800 cruceristas estrenaron la nueva estación de recepción de pasajeros, inaugurada ayer en el Tinglado 1 del Moll de Costa. Aunque algunas de las personas consultadas por esta redacción comentaron que «hay cosas que mejorar», en general las respuestas fueron positivas. Ayer desembarcaron del Costa Magica cerca de 400 personas y un número similar realizó el check-in en las nuevas instalaciones habilitadas por la Autoridad Portuaria, con la finalidad de embarcar para iniciar un crucero que los llevará a Cádiz, Lisboa, Vigo, Amsterdam y Estocolmo, entre otros puertos europeos.

Algunos cruceristas, provenientes de otras ciudades como Madrid o La Bañeza, llegaron muy temprano a las instalaciones del Port y no embarcaron hasta las 5 de la tarde, aproximadamente, cuando desde el crucero se hizo la autorización. Unos autobuses esperaban a los turistas para trasladarlos al Costa Magica, mientras que otros utilizaron el servicio de taxi y coches particulares para desplazarse a un nuevo destino, una vez desembarcados.

Pendientes de la pantalla donde tenía que salir el número del autobús que los tenía que trasladar al Costa Magica estaban Rosa Vidal y Rafel Serrano, un matrimonio de Barcelona que reside en Creixell desde hace unos años. «Hacemos un viaje para celebrar el quincuagésimo aniversario de nuestra boda y es la primera vez que embarcamos en Tarragona». Rosa explicó que el proceso de check-in «ha ido muy bien y la gente que nos ha atendido ha sido súper amable».

Un matrimonio de Riba-roja y residente en Tarragona, experta en viajes en cruceros, también hizo una valoración positiva de la nueva terminal y se mostraron muy satisfechos «de poder embarcar aquí por primera vez». Este dato fue destacado de manera especial por Cristóbal Cervelló y Maria Arbolí, los cuales ayer iniciaban su vigésimoséptimo crucero. «Cristóbal ha hecho 88 años y llevamos 58 casados, y hemos pensado que hacer este crucero era una buena manera de celebrarlo», dijo Maria, quien remarcó que los trámites previos a proceder al embarque «han estado muy bien y han sido rápidos». El matrimonio de Riba-roja destacó que la nueva terminal «dará mucha vida a Tarragona y también irá bien para personas que llegan por mar para pasar una semana en Salou». Después de muchos embarques en el puerto de Barcelona, Cristóbal apuntó que en la capital catalana «hay muchos cruceros y, a veces, coinciden un puñado, y en Tarragona hemos hecho cola sólo cinco minutos antes de dejar las maletas para que las lleven al barco».

Personas provenientes de varios países se dieron cita en la central de recepción de cruceros. Este fue el caso de la italiana Ana Ferlito, quien acompañada de otros miembros de su familia se disponía a subir al autobús que la tenía que trasladar al Costa Magica. «Todo ha ido muy bien y los trámites los hemos hecho con comodidad», dijo.

Rosa María Paranio, leonesa de La Bañeza y persona que realiza cruceros de manera habitual, dijo que «siempre, al acabar un crucero, escribo mis sugerencias para mejorar en la web de Costa Cruceros». Después de asegurar que «Tarragona es una ciudad muy bonita y para hacer los trámites para embarcar nos hemos encontrado gente muy amable», también recomendó «poner un pequeño bar, porque ya no queda nada en las máquinas de vending y, como he llegado muy pronto con el AVE, hace cuatro horas que estoy sentada aquí». También apuntó que «la instalación es un poco incómoda para las personas mayores. Al lado de Rosa María Paranio había un hombre de Madrid que prefirió no facilitar sus datos personales, quién dijo que la terminal «está muy bien» y dio la razón a la viajera leonesa con respecto a la conveniencia de «poner un pequeño bar, ya que he tenido que trasladarme fuera para comer alguna cosa y, en estos casos, siempre tienes la intranquilidad de no saber cuándo tendrás que embarcar».

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