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Urbanismo

El cambio de cañerías de agua en Cala Romana lleva 4 meses de retraso

La sustitución de los tubos de uralita, prohibidos desde los años 90, se hará en plena temporada de verano

Los vecinos de Cala Romana confiaban en que el cambio de las cañerías se haría a lo largo de este invierno.

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Las obras de sustitución de las actuales cañerías de agua de Cala Romana, de uralita, tenían que empezar el pasado mes de octubre, según informó el Ayuntamiento. Esta redacción ha podido saber que el inicio del cambio de los tubos, que ya acumula un retraso de casi cuatro meses, se retrasará, como mínimo, hasta la primavera. No será hasta el plenario municipal de marzo que se someterá a aprobación una intervención que los vecinos hace meses que esperan y que ahora ven que les puede afectar en plena temporada de playa. Entre los residentes existe el temor de que las obras generen molestias, teniendo en cuenta que las obras se alargarán hasta los meses de verano.

El proyecto prevé la sustitución de un total de 6.522 metros de cañerías que tienen la particularidad que contienen amianto, un material altamente peligroso y prohibido desde los años 90 a causa de su toxicidad.

Según anunció el Ayuntamiento el mes de septiembre del año pasado, cuándo la previsión era iniciar las obras en octubre, la intención era hacer la intervención por fases, aplicando un calendario a decidir por el adjudicatario del proyecto y las partes interesadas. El periodo de tiempo para llevar a cabo el cambio de todas las cañerías, con el correspondiente levantamiento de calles, tenía una duración máxima de cuatro meses, según anunció el Ayuntamiento en su momento.

Ocasionar mínimas molestias

Precisamente, fuentes el Ayuntamiento informaron el septiembre pasado que las obras empezarían en octubre, una vez «superada la temporada de verano». El objetivo era el «de ocasionar las mínimas molestias posibles a las personas que residen en Cala Romana», subrayaron las mismas fuentes.

La empresa de aguas Ematsa invertirá cerca de un millón de euros para proceder en el cambio de las cañerías de uralita por otros homologadas. El estado de conservación de las actuales no es el adecuado, como consecuencia del deterioro que han sufrido a lo largo de las últimas décadas a causa del uso y del desgaste natural del material con que están hechas.

En esta zona del término municipal de Tarragona, el rendimiento de la red es de entre el 60% y el 65%. Los escapes son constantes y afecta al abastecimiento, por lo cual se produce una importante pérdida de agua. La intervención que tendrá que aprobar el pleno municipal de marzo mejorará el servicio de suministro de agua además de 360 clientes residentes en Cala Romana.

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