Diari Més

Josep Fèlix Ballesteros: Alcalde de Tarragona y candidato del PSC en las elecciones municipales de mayo del 2019

Ballesteros: «Me indigna que IKEA no responda, he dejado de comprar»

Ballesteros justifica el acuerdo de gobierno con el PP, afirma que nunca pactará con la CUP ni con la ultraderecha, y dice que no se plantea estar en la oposición

El alcalde y candidato del PSC, Josep Fèlix Ballesteros, será uno de los participantes al debate.

Ballesteros: «Me indigna que IKEA no responda, he dejado de comprar»Gerard Martí

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¿Usted habría celebrado el consejo de ministros en Barcelona, coincidiendo con el aniversario de las elecciones autonómicas del 155?

—Un Consejo de Ministros en Barcelona es un signo de normalidad y de deferencia hacia Cataluña, y un signo que tenemos un gobierno que no es centralista.

¿No habría sido mejor escoger otra fecha?

—Creo que la fecha, en este caso, es una anécdota.

—¿Qué salida le ve al proceso?

—Diálogo, diálogo, diálogo y política. Política es diálogo, negociación y pacto. Y quién crea que política es decir frases gruesas, faltar el respeto, tensión y violencia, no construirá un estado democrático, construirá una dictadura.

—En las próximas elecciones se presentarán más partidos que el 2015. ¿A quién puede beneficiar y perjudicar?

—Es posible. La verdad es que no lo sé. Depende de qué espectro ideológico se presenten. Sinceramente, no lo sé. El ambiente electoral está muy cambiante. Quien tenía que decir el mes de abril que el mes de junio tendría un gobierno socialista, o lo que ha pasado en Andalucía. La política, en este momento, es muy oscilante, muy cambiante. Cada vez más la gente valora la credibilidad y la estabilidad, más que la aventura, el extremismo y la barbaridad.

—¿El acuerdo con Ciutadans para aprobar los presupuestos municipales se tiene que entender como que esta es una posible formación con quién pactar el próximo gobierno municipal?

—No. Yo siempre he dicho que, excepto con la CUP, estoy dispuesto a abrir la posibilidad de formar gobierno con todos aquellos que prioricen Tarragona por encima de todo y que la ciudad no sea moneda de cambio. Hace un año, con Ciutadans ya estuvimos hablando de qué dieran apoyo a los presupuestos. Al final, ellos no lo vieron claro y dijeron que no. Este año, he abierto conversaciones con todos los grupos y Ciutadans se ha ofrecido a cambio de la incorporación del plan de choque de los barrios y estoy contento con que así sea.

—¿Estaría abierto a pactar con partidos de izquierda como ERC?

—Tuve una primera experiencia, en el primer mandato, con Esquerra Republicana, que considero fue muy positiva, y estoy muy orgulloso. Asumimos responsabilidades importantes en un momento de cambio de gobierno que no era fácil. Arrancamos el POUM. Por eso me extraña que ahora Esquerra Republicana esté en contra del POUM. Insisto, excepto con la CUP y, evidentemente, VOX, si es que estuviera en el Ayuntamiento, puedo hablar con todo el mundo siempre que nos entendamos en temas de Tarragona.

—Normalmente, se dice que se pacta con formaciones que presenten propuestas para la ciudad. ¿Dónde queda la ideología de los partidos?

—Estos días he oído decir a otros partidos que sólo pueden pactar con aquellos que estén de acuerdo con el procés, con la independencia. Yo estoy dispuesto a pactar con todo el mundo que ponga la ciudad por encima de todo y no con aquellos que utilizan la ciudad para otro propósito. La ideología queda para mantener tu coherencia. Sin embargo, si decimos que la política es diálogo, negociación y pacto, si tú te quedas en un rincón del ring y el otro se queda en el otro rincón, no haremos nada. Tenemos que hacer una aproximación.

—¿Pactaría con una fuerza de extrema derecha, en caso de que obtuviera representación en el Ayuntamiento y necesitara su apoyo?

—No, con mayúsculas y con admiración. Tampoco con la CUP. Soy de la vieja escuela, de la escuela de la moderación, del diálogo y del pacto.

—¿Qué piensa que un partido como Democracia Nacional convoque una concentración para protestar contra la posible apertura de una mezquita?

—Son una anécdota histórica, pero un peligro para la convivencia. Sólo sacan provecho de la tensión, de la violencia y del odio. Yo quiero concordia, convivencia y afecto. Las sociedades no se construyen a partir de la agresión, de la violencia, del populismo falso y barato.

—¿Cómo se siente gobernando con un partido, el presidente del cual, Pablo Casado, dice que el presidente Quim Torra quiere provocar una guerra civil?

—Me parecen unas declaraciones tremendamente horrorosas. Igual que me quejé cuando Pedro Sánchez hizo una crítica parecida. Yo me siento pactando con un partido que ha querido compartir un proyecto de ciudad. No comparto con ellos la política general ni la ideología.

—Que el PP se declare abiertamente contra la gratuidad de la EMT, su propuesta estrella para las elecciones de mayo, ¿quiere decir que su socio y rival ya trabaja en clave electoral?

—No sé por qué nos extraña. Somos partidos diferentes y, por lo tanto, podemos manifestar discrepancias, siempre que podemos demostrar que somos capaces de dar estabilidad presupuestaria, como se verá en el pleno de mañana –para hoy. Somos capaces de mantener un gobierno que gestione los presupuestos hasta el final. Es lícito tener discrepancias en este y en otros temas. También tenemos muy claro, los unos y los otros, que los temas cruciales los tenemos que asumir y compartir. Si es estrategia electoral, ya lo dirán ellos. También tendrán que explicar porque no quieren la gratuidad para la gente, que se lo digan a la familia joven, con tres hijos, que vive en Torreforta, que el autobús le cuesta una fortuna, que no lo tendrán gratis.

—¿Volverá a contar con independientes en su candidatura? ¿Y habrá algún nombre sorpresa?

—Sí. Todavía no he pensado en la lista. No me pondré a trabajar en las listas hasta dos meses antes. Creo en los independientes. Yo empecé en las listas municipales socialistas como independiente.

—¿Se ve en la oposición después de tres legislaturas como alcalde, una posición que también ha ocupado en el Ayuntamiento?

­-No. Si pensara que pasaré a la oposición, no me habría presentado. Mucha gente me ha pedido que me presente, dentro y fuera de mi casa.

—¿Qué le responde a las personas que dicen que Tarragona se está degradando?

—Que comparen. Que comparen cómo estaba el Mercat Central y cómo está, que comparen cómo estaba el Teatre Tarragona y cómo está, que comparen cómo estaba el antiguo barrio de la Esperança y cómo está la Anilla Mediterránea. Que sean objetivos. Que hagan una fotografía ahora y la comparen con una de hace diez años. La respuesta la tendrán ellos solos. Hemos tenido el periodo de inversiones de dinero público más importante de la historia reciente del Ayuntamiento, en el peor momento económico. Hemos hecho un auténtico milagro, gracias, seguramente, a Santa Tecla y a Sant Magí.

—Hay calles del centro, como tramos de Pere Martell o Imperial Tarraco, con un asfalto totalmente deteriorado. ¿Piensa hacer alguna actuación?

—En los presupuestos que aprobamos este viernes hay una partida dedicada a la vía pública que es, precisamente, para eso. Somos conscientes que Pere Martell, en el tramo entre Imperial Tarraco y pasada la Estación de Autobuses, está muy mal. También otras calles. Es verdad que hemos ido asfaltando otras calles, pero es cierto que se tienen que arreglar.

—¿De qué se siente más orgulloso de su periodo como alcalde?

—De la proximidad con la gente. Del hecho de que soy capaz de seguir paseando por la Rambla y que la gente se me acerque amablemente. Sobretodo, de haber trabajado sin pausa para la gente que más lo necesita.

—Si no viene IKEA, ¿quién lo hará?

—Hay tres empresas interesadas. Los propietarios, que son los que tienen que decidir junto con el Ayuntamiento, están manteniendo conversaciones. Me consta que hay dos que están muy bien posicionadas. Por confidencialidad, no puedo decir de qué empresas se trata. Una es de carácter internacional y la otra nacional, que pagan lo que pagaba IKEA, incluso con mejores condiciones, para facilitar la urbanización. Lo más importante es que el PP-10 está garantizado. IKEA era una excusa para hacer el plan parcial 10. Como hay ofertas, cuando los privados lleguen a un acuerdo con las empresas, el Ayuntamiento, con aquel dinero, hará la urbanización. Evidentemente, me habría gustado que viniera IKEA. Por cierto, todavía no nos ha contestado formalmente, cosa que me indigna. Yo he dejado de comprar en IKEA.

—¿Porque en Tarragona los proyectos de futuro avanzan con mucha lentitud?

—Porque no remamos nunca todos a una. Pasaba con el alcalde Nadal, con Recasens, con Banús y muy antes. Hemos tenido muchos proyectos para conectar el Balcón con la playa del Miracle. Finalmente, nos pusimos de acuerdo el presidente del Port y yo y sacamos adelante la pasarela, un proyecto que es histórico para la ciudad. Como el mercado. En las pasadas elecciones municipales dijeron que sería mi tumba, y resulta que hoy día es el centro vital más potente de Tarragona. Para renovar el Mercat de Sant Antoni, de Barcelona, tardaron 11 años, uno más que nosotros. Además, nosotros tuvimos que hacer la excavación arqueológica. Dos millones de euros en excavaciones. Además, nos encontramos con que ya tenían la carpa y no el proyecto del mercado.

—¿Los ayuntamientos del Camp de Tarragona no se han despertado demasiado tarde en sus demandas en materia de ferrocarril?

El territorio se ha despertado muy tarde. Critiqué al alcalde Nadal por dejarse colar el gol de la estación del AVE en Perafort. Era en aquel momento que teníamos que espabilar. Ahora vamos con los papeles mojados. No es tarde para una negociación política, pero esta negociación se tendría que haber hecho hace veinte años. Estoy absolutamente de acuerdo. Si se hubiera cerrado entonces, tendríamos una estación del AVE intermodal en Tarragona, que es lo que toca, que esté en el centro de una ciudad y no en medio del campo. Pero con la situación que tenemos, tenemos que buscar soluciones y, por primera vez, tenemos una solución consensuada por cinco alcaldes del territorio. Ahora, todos vamos con una misma propuesta. Compartimos objetivos y, dentro de estos, después cada uno que reme hacia su casa. Tenemos que tener una visión metropolitana.

—Muchos ciudadanos no quieren la Budellera. ¿Porque la quiere usted?

Alguna gente ha dicho mentiras, ha dicho que el POUM se hizo en época de la burbuja urbanística. Se hizo en el 2013, en plena crisis. Ahora mismo está creciendo la demanda de nueva vivienda. Si no damos salida aquí, la gente se irá a comprar la casa a otras poblaciones. La Budellera, con este alcalde o el siguiente, se acabará haciendo.

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