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La Feria de Otoño pierde 30 paradas con el traslado a la plaza Corsini

La Unión de Tenderos ha invertido tres veces más sus recursos para publicitar el mercado

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El cambio de lugar de la Feria de Otoño, que ha pasado de la tradicional ubicación de la Rambla Nova a la plaza Corsini, ha reducido la presencia de paradas. El mercadet, que se ha celebrado este fin de semana de viernes a domingo, ha perdido unas 30 paradas que han evitado asistir este año al acontecimiento y han priorizado otras ferias de productos artesanales. Antes del 2016, cuando el Ayuntamiento dejó de permitir esta feria en la Rambla Nova, había hasta 70. «Muchas no vienen por el cambio de ubicación», explicaba ayer a este diario Montse Cosialls, dinamitzadora de la feria, que organiza la Unión de Tenderos. A pie de la plaza Corsini, Cosialls supervisaba el funcionamiento de la feria y charlaba con algunos paradistas. En torno a las 13.30 h. paseaban a unas pocas decenas de visitantes. Esta edición ha habido más paradistas locales. «No se arriesgan a venir», afirma Cosialls, en referencia a los comerciantes que vienen de fuera de la ciudad. Este año ha tenido que hacer más llamadas a los paradistas para «garantizar unas mínimas expectativas».

Entre los comerciantes la valoración era positiva, aunque algunos paradistas rebajaban el optimismo. Lluïsa Cruells, que vende figuras de origami, señalaba que era una de las ferias «más flojas» que recuerda. El sábado tuvo alguna venta, pero en toda la mañana del domingo, todavía no había tenido ningún comprador. Rosa Herrero, de Hornos Franqueza, histórica del mercado, vende cocas de Perafita. «Como la Rambla no hay nada», apuntaba Herrero, que admite que en la vía principal tarraconense se hace más caja.

Desde la Unión de Tenderos, Cosialls explica que han tenido que triplicar la inversión en publicidad para dar a conocer la nueva ubicación de la feria. «El domingo no hay flujo de gente por aquí y la gente tiene que venir expresamente. Sin publicidad no vendría nadie», subraya la comerciante.

Desde el 2001, la Feria de Otoño se ha celebrado siempre a la Rambla Nova. En las últimas ediciones, mientras los obreros reformaban la plaza Corsini, los tenderos han probado diferentes escenarios para instalar la feria. La última ubicación alternativa fue la TAP, el año pasado. «Fue muy mal», asegura Cosialls que coincide con Ferrer. «No hay ningún lugar como la Rambla. Este año ha ido flojito», valoraba. Isidro Rodríguez, vendedor de alarmas, se mostraba especialmente contento. En dos días había conseguido vender los aparatos de la última tecnología a ocho clientes.

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