Un comerciante latinoamericano, «atemorizado» por haber recibido ataques xenófobos

Un comerciante de origen latinoamericano asegura encontrarse «atemorizado» después de haber sido objeto de ataques xenófobos por parte de un individuo de unos 30 años de nacionalidad española. J.A.L es propietario de una tienda especializada en alimentación sudamericana, ubicada en la calle Soler. Hace unos dos meses, el individuo en cuestión entró por primera vez a la tienda e increpó a la mujer de J.A.L por el alto precio de un producto importado. Desde entonces, los episodios de insultos racistas y xenófobos se han repetido y, por este motivo, el tendero ha interpuesto dos denuncias a los Mossos d'Esquadra. «Hace diez años que estamos en España y nunca hemos tenido problemas con nadie, somos gente de paz», expresaba a la víctima.

A finales de abril, un individuo de unos treinta años, de nacionalidad española y «con tatuajes de estética nazi» entró por primera vez en el Supermercado Latino la Pastorita, abierto hace seis años por parte de J.A.L y su mujer. Era precisamente esta última la que se encontraba en la tienda cuando el hombre empezó a quejarse por el precio elevado de un producto de origen peruano. «La llamó de todo y más», decía el marido de la víctima.

El episodio se volvió a repetir días más tarde, el 3 de mayo. En aquella ocasión, J.A.L también estaba en la tienda. «Me llamósudaca de mierda, machupichu y que me marchara de su país», explicaba. El motivo de los insultos fue, de nuevo, el elevado precio de los productos importados, que «son transportados durante miles de kilómetros para llegar hasta aquí», defendía a la víctima. Al ver que el individuo lo amenazaba de muerte, J.A.L llamó a los Mossos l'Esquadra, que llegaron al lugar de los hechos. La presencia policial motivó que el atacante no volviera a la tienda durante unos 20 días.

El pasado sábado, sin embargo, el individuo volvió a hacer acto de presencia. De nuevo, insultos de carácter xenófobo y racista y amenazas de muerte. «Volvimos a llamar a los Mossos pero, cuando llegamos, ya se había marchado», decía J.A.L, que asegura sentir «miedo» por él y su familia. Tres días después, el atacante volvió a la tienda para amenazar J.A.L. «El lunes vino y, desde la puerta, me dijo que de esta semana no pasaba, que me mataría», detallaba.

J.A.L sólo desea que estos ataques acaben para poder seguir su vida con normalidad. Él y su familia llegaron hace una década en Tarragona, donde abrieron el negocio hace seis años y donde han educado a sus tres hijos. «Sólo queremos vivir en paz, porque no nos gusta la violencia y no queremos tener problemas con nadie», expresaba J.A.L, visiblemente preocupado por los insultos recibidos en el establecimiento durante los últimos meses.