Diari Més

Pere Gaig: Jefe de sección de Alergiología del Hospital Universitari Joan XXIII de Tarragona

«Este año la primavera no está siendo mala para los alérgicos»

Las alergias son una afección en aumento en nuestra sociedad, con una incidencia aproximada del 30% de la población

El doctor Gaig, este miércoles, en el Hospital Joan XXIII de Tarragona.

«Este año la primavera no está siendo mala para los alérgicos»Cristina Aguilar

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—¿Cómo está siendo esta primavera con respecto a las alergias respiratorias?

—Este año la primavera no es mala para los alérgicos. Nos daba miedo que, después de la sequía, la lluvia disparara las alergias, pero no ha estado así porque ha llovido demasiado. El polen ha tenido su significación, pero como norma general no ha sido un mal año.

—¿Qué incidencia tiene la alergia?

—Hoy día se considera que un 30% de la población puede ser alérgica. Y de los alérgicos un 50% lo son en el polen.

—¿La zona de Tarragona es singular en algún aspecto?

—Tarragona tiene las alergias del área mediterránea. No creo que cambie mucho con respecto a Barcelona, Tortosa, Valencia o Nápoles. Es una ciudad de 100.000 habitantes, y, en las ciudades grandes, las alergias son más prevalentes que en las ciudades pequeñas. A toda el área mediterránea hay unas alergias similares, aunque hay algunas características puntuales que diferencian un sitio de otro. Por ejemplo, de Reus a Tarragona, o de Lleida a Tarragona, hay pequeñas diferencias.

—¿La primavera es el momento álgido de las alergias?

—Alergias hay todo el año, todos los días y todas las festividades. Sin embargo, si hablamos de alergias respiratorias, en primavera es cuando hay más. También es cuando la gente está más asustada y valora más los síntomas.

—¿Hay un sector de la población que sea más sensible?

—Son más frecuentes, como hemos dicho antes, en las grandes ciudades, pero también entre los jóvenes y las mujeres.

—Se está alertando de falta de especialistas y del incremento de las listas de espera para el diagnóstico y tratamiento de las alergias en la sanidad pública.

—Las alergias las sufren los pacientes y los especialistas, porque somos insuficientes. Hay estudios que afirman que en los últimos diez años se ha doblado el número de alérgicos. Eso me parece un poco extraordinario, pero sí que están aumentando, tanto en la frecuencia, como en las alergias que tiene cada paciente y la gravedad de estas. Sin embargo, el número de alergólogos, al menos en nuestro hospital, no ha aumentado en los últimos diez o doce años, y es un número muy justito. Eso hace que vayamos un poco de cabeza. Ahora, como demarcación, Tarragona tiene un sistema alergeológico bueno, porque hay alergología en Tortosa, en Reus, en Valls, en el Vendrell, en la Tecla y en el Joan XXIII. A nivel de área está muy bien cubierto, con proximidad y buenos profesionales.

—¿A que se debe este incremento de las afectaciones?

—Llevo muchos años en alergología y muy bien no lo sabemos. Hay una teoría que dice que es porque las primeras exposiciones se hacen fuera de tiempo, porque el padre o la madre son alérgicos a aquel alimento. Otros apuntan que quizás la vía de exposición no es la adecuada: parece que si la exposición es por vía digestiva, hay menos alergia que si está por vía cutánea. La teoría de la higiene señala la macrobiótica de las personas: nosotros, por ejemplo, tenemos muchas alergias alimenticias, mientras que en Sudamérica, donde hay muchas infecciones, hay muy pocas. Seguramente depende de la flora intestinal. También tiene que ver la contaminación ambiental, con que hace los alergenos más agresivos. Y finalmente, creo que ahora seguramente se diagnostica más y se le mujer más trascendencia.

—¿Una alergia es de por vida?

—Como norma general, sí. Dicen que las alergias son la epidemia del siglo XXI. Si las cuidáramos, no habría alérgicos. Si hay, es porque no las podemos cuidar. Las podemos controlar, hay muchos fármacos, se está investigando mucho, tanto en diagnóstico como en el tratamiento, y se controlan. Pero cuidarlas o eliminarlas, no. Lo más habitual es que, quien sea alérgico a alguna cosa, lo sea toda la vida, en mayor o menor grado.

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