El Ayuntamiento abre la puerta a cambiar el uso hotelero del edificio Ca l'Ardiaca

El Ayuntamiento de Tarragona abre la puerta a cambiar el uso que se le pueda dar a Ca l’Ardiaca, si finalmente el inmueble medieval no se transforma en un hotel. La Junta de Gobierno acordó ayer la venta forzosa de los solares que corresponden a los números 2 y 10 del Pla de la Seu, donde la empresa aragonesa Desarrollos Arbe tenía previsto habilitar un establecimiento hotelero de lujo. El concejal de Territorio, Josep Maria Milà, manifestó, al término de la reunión, que el plan parcial que se hizo para poder destinar a Ca l’Ardiaca a hotel puede dar paso a otro si, por ejemplo, un futuro comprador quiere destinar el inmueble en viviendas o residencia para las personas mayores.

El Ayuntamiento ya ha hecho efectiva su decisión de subastar a Ca l’Ardiaca por el precio de la expropiación, cifrado en cerca de medio millón de euros. El futuro comprador, si es que alguien se interesa por este inmueble, que contiene restos romanos y medievales de gran importancia y que tendrá que conservar, tendrá que hacer frente, también, a las cargas que acumula la propiedad. A las que ya tiene, se le añadirá una nueva, dado que el gobierno municipal requerirá a Desarrollos Arbe para que reponga la lona que cubría las dos fachadas del edificio y que se desprendió hace unas semanas como consecuencia de los efectos de un vendaval. La lona estaba sujeta a una bastida que se colocó en su día por motivos de seguridad. Hay que recordar que algunos elementos, como unas ventanas medievales, tuvieron que ser reforzadas.

En el requerimiento, el Ayuntamiento pedirá en la propiedad que vuelva a poner la lona y lo haga de manera correcta. En caso contrario, podría actuar de manera subsidiaria y pasar la factura a Desarrollos Arbe, según explicó Milán.

Por otra parte, el responsable de Territori anunció que la voluntad del Ayuntamiento es hacer efectiva la venta forzosa de Ca l’Ardiaca antes de que finalice en el 2018, entre otros motivos porque quiere poner fin a la situación actual cuanto antes mejor. Desde el momento en que Desarrollos Arbe compró el edificio, ha transcurrido cerca de una década. Mucho tiempo ha pasado desde el mes de julioldel 2009, cuando el alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, y Francisco Artal, presentando de Desarrollos Arbe, firmaron el convenio urbanístico para hacer una rehabilitación integral de Ca l’Ardiaca para destinar el espacio en un hotel de cinco estrellas y 33 habitaciones, una de ellas de setenta metros cuadrados.

En aquella ocasión, Ballesteros manifestó que aquel era «un día histórico», porque el acuerdo al cual llegaron las dos partes «permitirá recuperar y poner en valor por la ciudad un palacio gótico único en Cataluña». En el convenio quedaba reflejado el compromiso en que «las estructuras arqueológicas más relevantes que se descubran en el subsuelo tendrán que tener acceso público».

La intervención arqueológica que se llevó a cabo puso al descubierto muros romanos de gran potencia, entre otros elementos de especial importancia. Los hallazgos supusieron el primer gran obstáculo del proyecto de dotar en la Parte Alta de lo que tenía que ser su primer hotel de lujo y, además, un establecimiento de categoría que, como se decía en 2009, daría prestigio en el barrio.