Diago: «Todavía tenemos un barrio tercermundista, los cables cuelgan de las paredes»

Ferran Diago dejará el jueves la presidencia de la Asociación de Vecinos del Serrallo. Después de ocho años en el cargo, aseguraba que «es el momento de dejar paso a las nuevas generaciones». Durante este periodo, el barrio ha visto cómo se construía un nuevo paseo marítimo, se recuperaba el Pòsit de Pescadors y se conseguían un espacio de entidades y un hogar para los jubilados, entre otros. Pero sin embargo, Diago subrayaba que «seguimos teniendo un barrio tercermundista, donde los cables cuelgan de las paredes.» La instalación eléctrica es una de las deudas pendientes del Ayuntamiento de Tarragona con los vecinos del barrio marítimo. También la ampliación de las aceras de las calles Sant Pere y Gravina, vías donde los vehículos anchos tienen muchos problemas para circular y donde la seguridad de los peatones «peligra muchísimo». Estos dos factores serán, sin duda, los grandes retos de la nueva junta de la Asociación de Vecinos del Serrallo.

El jueves, la Asociación de Vecinos del Serrallo celebrará una asamblea general ordinaria a partir de las siete de la tarde en la sala parroquial. Será la última que presidirá Ferran Diago, después de 8 años al frente de la entidad. Y es que, aparte de informar del estado de las cuentas y de presentar el informe de la presidencia, la Asociación de Vecinos tendrá que programar unas elecciones y, posteriormente, renovar a la junta directiva. En caso de que se presentaran dos candidaturas, las votaciones se celebrarían el 26 de enero. Pero, hoy por hoy, y según informaba Diago, «nadie me ha presentado formalmente su candidatura».

Durante los ocho años en la presidencia, Diago ha tenido dos luchas de relevancia con el Ayuntamiento de Tarragona: la primera, para conseguir la renovación de la red de cableado y, la segunda, para ampliar las aceras de las calles Sant Pere i Gravina, que no llegan al metro de anchura. «Son dos factores primordiales. Y no pedía el dinero para poner bonito el barrio, sino que para velar por la seguridad de los vecinos», destacaba Diago.

Después de casi una década, sin embargo, el consistorio todavía no ha cumplido ni una promesa ni la otra. Si bien es cierto que se han hecho tareas de mantenimiento y mejora del cableado, en algunos lugares del barrio los cables siguen colgando de las paredes. Y tal como aseguraba Diago, «cuando llueve, parece un correfuego, porque saltan chispas por todas partes». «Y eso es muy peligroso», sentenciaba.

Pero no todo han sido malas noticias para el dirigente vecinal. El paseo marítimo, la recuperación del Pòsit, el Hogar de Jubilados o el Espacio de Entidades son algunos de los equipamientos que ha sumado el Serrallo durante estos ocho años. Aunque Diago reconocía que «lo que ha ido mejor es todo aquello que hemos estado trabajando con el Puerto». Sobre el paseo marítimo decía, por ejemplo, que «es muy chocante tener algo tan bonito cuando las calles del barrio están dejadas». «Se nota que el paseo es del Puerto y que las calles interiores son del Ayuntamiento», expresaba.

A partir de ahora, será obligación de la nueva junta seguir luchando por conseguir un barrio mejor. El cableado y las aceras de las calles Sant Pere y Gravina serán, a buen seguro, objetivos principales. Pero Diago adelantaba que hay más cosas que hacer, aunque «se pueden conseguir poco a poco». Una tarea pendiente es la regularización de las fachadas, por ejemplo. Pero habrá que esperar para conocer la hoja de ruta de la nueva junta.

El jueves a partir de las siete de la tarde, los vecinos del Serrallo tienen una cita con el barrio. Diago confía en las nuevas generaciones porque «aportarán ideas nuevas y frescas», y aseguraba que «ojalá haya más de una candidatura». Si es así, las votaciones se harán el 26 de enero.