Diari Més

«Te remuneran según el nivel de estudios que tienes, aquí hay trabajo»

El tarraconense, de 32 años, se marchó para acabar sus estudios de Infermeria y se ha quedado a trabajar en Alemania

David Sarmiento es feliz en Alemania.

«Te remuneran según el nivel de estudios que tienes, aquí hay trabajo»Cedida

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—¿Qué motivos lo llevaron a marcharse a Bochum?

—No tenía trabajo. Seguí a mi pareja y tuve la opción de estudiar Enfermería en Alemania. Y aquí estoy, trabajando en un hospital, y con mi pareja.

—¿Cómo lleva haberse instalado en un nuevo país?

—Bien. Viendo que en Cataluña y en España está bastante mal mi profesión, decidí subir al tren y probar suerte.

—¿Fue muy sorprendente el cambio o fue, más o menos, tal como se lo había imaginado?

—Nunca había estado en Alemania. Es un país muy interesante tanto a nivel tecnológico como de servicios y de la forma de vida que tiene la gente aquí. El cambio fue bastante sorprendente. Fue muy fuerte, porque pasamos de una cultura que es totalmente Mediterránea, que es bastante de calle, a una más noreuropeo, donde se hace oscuro antes y la gente se queda en casa. No deja de ser un shock.

—¿Cuáles son las principales diferencias entre Bochum y su casa?

—Los horarios son muy diferentes. Empiezan muy pronto a trabajar, a diferencia de aquí y, aparte, los hábitos alimenticios son muy diferentes. Yo echo muy de menos la cocina de nuestra casa, aunque yo sigo cocinando lo que he aprendido de Cataluña. Lo que más me ha impactado son los horarios alimenticios. Las horas de comer y de cenar se avanzan mucho. Creo que se adelantan demasiado. Yo sigo bastante los horarios mediterráneos, los de nuestra casa. Con respecto a la comida, hay mucha grasa. Todo se hace con salsas, queso, nata líquida... Echo de menos el aceite, que para nosotros es muy interesante. Aquí son muy típicos los panecillos, pero no hay bocadillos. Todos los panecillos tienen mantequilla. ¡Me he encontrado panecillos con un dedo de mantequilla! Además, aquí la gente no bebe en el día a día. No toman ni vino ni cerveza ni desayunando ni comiendo. Lo tienen muy claro.

—¿Cuáles son los lugares más característicos de su nueva ciudad de acogida?

—El lugar donde estamos nosotros es muy interesante, porque está cerca de un río que desemboca al Rhin. Es todo una gran metrópoli. Es como si Tarragona se come Torreforta, Torreforta se come Bonavista, y Bonavista Reus. Hay mucha historia. Fue de los lugares donde más industrialización hubo a causa de la Segunda Guerra Mundial. Hubo mucha oferta de mano de obra y vino mucha gente de Turquía, Italia o Grecia a trabajar. Destacan las minas de acero y de carbón, y creo que es muy interesante vivir esta cultura.

—¿Cómo se está viviendo la crisis allí?

—Yo no la noto. Sí que hay gente en paro, pero si quieres trabajar tienes trabajo. En el sector sanitario hay trabajo, pero también hay demanda en otros sectores. Aquí se puede trabajar. Si quieres trabajar, trabajarás. Sí que es verdad que la situación laboral es precaria, pero siempre se encuentran trabajos. Te remuneran por el nivel de estudios que tienes. Necesitas formación para poder trabajar de lo que sea.

—En estos momentos en que las cifras de paro en España no paran de crecer, ¿cree que el país donde vive actualmente es un buen lugar para que los más jóvenes puedan buscar y encontrar trabajo?

—Sí, pero son muy exigentes. Hay mucha gente que ha venido aquí, que ha intentado probar suerte sin embargo, por lo que he oído, la gente vuelve porque no encuentra nada. La gente se piensa que hablando inglés va a todas partes, pero es mentira. Todo el mundo habla alemán, y sin alemán no vas a ningún sitio. Tienes que tener muy buenos contactos, saber cómo funciona todo en Alemania.

—¿Desde que llegó ha vivido o le ha pasado algo curioso que no se hubiera imaginado nunca?

—Pasaba por un semáforo en rojo y, un hombre de mediana edad, me miró cómo diciéndome que aquello no lo podía hacer. Otra, hablando de semáforos, hay algunos que ponen que no puedes pasar en rojo si hay niños por la zona. Me pareció bastante interesante

—¿Qué es lo que más echa de menos de casa?

—La playa y el sol. Encontrarme con alguien y no tener que mirar agendas para encontrarnos en dos semanas. Eso aquí no se ve demasiado. Siempre se planifica todo con mucho tiempo.

—¿Qué costumbre se llevaría a Cataluña?

—Esta seriedad y esta eficiencia a la hora de trabajar.

—¿Tiene intención de volver pronto o de momento no?

—No creo que vuelva, al menos de momento. No está en mis planes. Sí que voy y vuelvo, pero de momento me quedaré aquí.

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