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Urbanismo

Los vecinos de Levante rechazan el parking previsto en la Budellera

Proponen una serie de alternativas para instalar el aparcamiento de 500 plazas, como por ejemplo utilizar la Ciudad Residencial

Un cartell situat al pont de l'N-340 reivindica que els veïns no volen l'aparcament a Las Salinas.

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Los vecinos de la zona de Levante y los grupos ecologistas, que les dan apoyo en la lucha contra el Plan parcial de la Budellera (PPU-24), rechazan el aparcamiento que prevé el proyecto, situado entre la carretera N-340 y la vía del tren, a la altura del Camping Las Salinas. El parking de asfalto, según explica el Plan, acogería hasta 500 plazas de vehículos, «lo cual provocaría un cambio en el aspecto natural propio de la Playa Larga. Y eso no lo queremos», asegura la presidenta de la Federación de Vecinos de Levante, Gemma Fusté.

Los vecinos de la zona alegan que la construcción del aparcamiento destruirá parte del camino de Las Salinas y significará la eliminación de la zona verde y boscosa. Además, según el previsto en el PPU-24, los peatones que dejen su coche, tendrán que acceder a la playa a través de un túnel que, según los vecinos, es un colector de aguas, que evita que, en episodios de lluvias fuertes, el agua no se acumule.

«Así nos lo han explicado los ingenieros que nos han ayudado a redactar las alegaciones», asegura Fusté, que añade que, desde Adif, se ha informado de que por debajo del paso no es posible el paso de peatones. Además, según los vecinos, la empresa ferroviaria no ha podido hacer un informe favorable del proyecto, porque no tienen suficiente información sobre el plan de la Budellera y la construcción del aparcamiento.

Es por todo eso que los vecinos de Levante, la plataforma Salvamos la Playa Larga y grupos ecologistas, como por ejemplo GEPEC, GATA o La Sínia, proponen una serie de alternativas a fin de que los usuarios de la Playa Larga puedan aparcar su coche. «No creo que pase nada si tienen que caminar un poco más para ir a la playa», aseguran los vecinos, que piden que los aparcamientos estén el más alejado posible del Bosque de la Marquesa y «estén más dispersos y menos centralizados, para no dañar la fauna y el ecosistema del espacio». También exigen que los aparcamientos sean sin pavimentar, «el más natural y permeable posible».

Una de las propuestas que los vecinos ven más factible es utilizar los terrenos de la Ciudad Residencial, que son propiedad de la Generalitat, para instalar el aparcamiento. «Se trata de un espacio público de 14 hectáreas y se podría aprovechar la zona de acceso principal y más urbana de la Playa Larga», explica Elvira Vidal, presidenta de la Asociación de Vecinos de Solimar, que añade que «las administraciones tienen que colaborar entre ellas». Otra de las propuestas es que, «ya que el Plan prevé una reserva de suelo por un vial paralelo a la carretera N-340 destinado a peatones y ciclistas, también se podría habilitar por aparcamiento», explica Gemma Fusté, presidenta de la Federación de Vecinos de Levante. La última propuesta que presentan se trata de un espacio, situado a la derecha de la rotonda del Catllar, en el cual hay una explanada «óptima para poner 200 plazas de aparcamiento».

Los metros cuadrados que ocupa el espacio donde está previsto hacer el aparcamiento corresponden a los que los promotores del proyecto de la Budellera han tenido que ceder obligatoriamente al Ayuntamiento de Tarragona, tal como marca la normativa. Este pasado verano, después de las quejas vecinales por el mal estado de la zona y por el alto riesgo de incendio, la brigada limpió el bosque. Los vecinos aseguran que lo celebraron, pero que unas semanas más tarde se enteraron de que «lo habían hecho porque ya tenían la intención de construir el aparcamiento, no para evitar un incendio».

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