Diari Més

«La diversificación es lo que nos permite mantener el volumen de ingresos»

La caída de un 10% en el tráfico de mercancías ha quedado compensado con el mantenimiento de la facturación por la incorporación de mercados y productos

Josep Andreu en la sala de reuniones de la Autoridad Portuaria de Tarragona.

«La diversificación es lo que nos permite mantener el volumen de ingresos»Cristina Aguilar

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—Los últimos datos indican que aunque ha habido un descenso del movimiento de mercancías pero en cambio se ha producido un incremento de la facturación? ¿Esta ha sido la tendencia del global del año?

—Más que un incremento seguramente haría falta hablar de un mantenimiento con respecto a los ingresos. En los primeros seis meses del año y cerrando el tercer trimestre, la actividad global del Puerto de Tarragona se ha reducido en un 10% pero en cambio estamos manteniendo el mismo nivel de ingresos que en el mismo periodo del año pasado.

—El descenso de la actividad es atribuible a algún factor en concreto?

—Lo que arrastra en mayor medida este descenso y es la caída del movimiento de carbón. La bajada del carbón en los primeros seis meses ha sido del 20% y eso tiene un impacto importante en el global de mercancías. Además ha habido otras circunstancias añadidas, como la parada técnica de Repsol y la variación en el tráfico de derivados de hidrocarburos. En este caso, el movimiento de los hidrocarburos, como producto, siempre va vinculado a las variaciones de precio del barril de petróleo. En el momento en que baja mucho el precio del barril, en el mercado hay un fuerte stock de productos derivados de hidrocarburos y eso lo aprovechan los traders para comprar y almacenar. Eso es lo que pasó el año pasado en Tarragona, y que motivó un aumento del tráfico de hidrocarburos que este año no hemos tenido en la misma medida. Este año, por la misma estabilidad que está teniendo en precio del barril de petróleo no estamos teniendo estos tráficos.

—En el caso del carbón, la reducción de las mercancías que están relacionadas se una situación circunstancial o se trata de una tendencia a largo plazo?

—En estos momentos desde el Puerto ya lo estamos enfocando como un tema estructural. Ya hace unos años que vemos que como combustible fósil, el carbón no es un tráfico de futuro. Tardará 15, 20 o 25 años pero es evidente que la tendencia es que llegará un momento en que se dejará de utilizar en contraposición a otros tipos de energías alternativas. Por lo tanto, esta es una visión que ya la teníamos y por eso en nuestro Plan Estratégico establecimos como prioritario apostar por la diversificación. Y es justamente esta diversificación la que nos empieza a dar no grande resultados a nivel de volumen de tráfico, pero si buenos resultados a nivel económico. Por este motivo podemos mantener los ingresos...

—Es decir que más variación de productos es lo que está ayudando a mantener la actividad?

—Más variación de productos y también de valor añadido, que dan más ingresos.

—Hay algún tipo de mercancía en esta diversificación que destaque por encima del resto?

—En realidad no. Nosotros la diversificación de mercancías la hemos afrontado en muchos campos diferentes. Lo hacemos con los animales vivos, la pasta de papel, los vehículos, los contenedores y el project Cargo. En el caso de los vehículos evidentemente ya teníamos este tipo de mercancía, pero hemos ido haciendo actuaciones para incrementar la capacidad y el volumen de vehículos en nuestro puerto, aprovechando también la recuperación económica que también ha comportado una mejora en las ventas del sector.

— Aparte de depender de cómo esté yendo la economía del país para asegurarse más movimientos, abrir nuevos mercados también es esencial para poder crecer?

— La única posibilidad que tenemos para poder diversificar nuestra actividad con éxito es ir a buscar y abrir nuevos mercados.

— Nuevos mercados referidos a productos o también geográficos?

— Los dos. Se trata de encontrar nuevas mercancías que puedan utilizar el puerto como a punto de llegada o salida, pero también tenemos que encontrar nuevos destinos geográficas.

—En el caso del ganado, aunque ya se incorporó hace algunos años, es un ejemplo de las apuestas de esta diversificación de la que habla?

—Sí. Se trata de un tipo de actividad que nos está funcionando muy bien, aunque tenemos un problema con la atención horaria de la inspección veterinaria. Y es que a pesar de la magnífica y gran predisposición del actual servicio de inspección, del cual no tenemos ninguna queja, faltan recursos para poder ampliar el horario. Pero para que eso sea posible faltan más recursos de la administración estatal. Lo estamos negociando y esperamos que ahora, con el nuevo escenario de gobierno eso se pueda sacar adelante. No se trata de poner a más gente y seguramente habría bastante con poder establecer unos complementos o retribuciones para los inspectores cuando, puntualmente, tuvieran que tener más horas de disponibilidad.

—Esta circunstancia está limitando el crecimiento de este tipo de tráfico al puerto de Tarragona?

—Sí. En estos momentos sólo hay dos puertos en el Estado español que trabajen con animales vivos: Cartagena y Tarragona. El puerto de Cartagena es, conceptualmente, de 24 horas —Aunque por la noche y en domingos, no se opera—, es decir que operan mañanas y tardes y sábados por la mañana. Estamos hablando de animales vivos y esta es una carga que la suya operativa requiere una alta calidad de servicio. Tienes que dar de comer a los animales, no la puedes tener esperando. Los animales no se pueden estresar... Hay toda una serie de factores que obligan a coordinar muy bien la cadena que va desde el productor inicial y el embarque final. Hace falta que se minimice el tiempo entre que el animal sale de la granja y se hace el embarque y en este proceso se incluye, por descontado el servicio de inspección veterinaria. Si a pesar de la máxima predisposición desde inspectores que hay en Tarragona sólo se pueden hacer servicios por las mañanas y alguna tarde y con horarios limitados, eso puede provocar que algún operador se plantee ir a algún otro puerto alternativo como es el de Cartagena.

—El de la inspección veterinaria se un tema que depende de la administración central, como también lo hace la cuestión de las infraestructuras ferroviarias. ¿Hay alguna novedad al respecto?

—No hay ninguna y con el nuevo gobierno todavía es muy pronto como para que haya alguna novedad. Para saber cuál es la posición del ministerio todavía habrá que esperar. Con todo, por las declaraciones que le hemos podido escuchar em la prensa, parece que hay voluntad de priorizar el Corredor del Mediterráneo y continuar con la A-27. Por nuestra parte cuenta con un voto de confianza, pero hay que ir más allá de las buenas intenciones. En el caso del ancho europeo, lo que reclamamos nuevamente desde el puerto es poder disponer de un calendario fiable y realista, porque con un calendario en la mano nosotros ya podremos hablar con posibles inversores en el Puerto de Tarragona. Y en el caso de la A-27 también haría falta disponer de un calendario posibilista y realista.

—Con respecto al A-27 se ha anunciado a reanudación de las obras. ¿Es un poco más optimista en este caso?

—Lo soy, pero de la A-27 lo que me preocupa en estos momentos es que el proyecto del túnel del Coll de Lilla esté adaptado al transporte de mercancías peligrosas. Eso es fundamental. Aunque se tarde 6 meses o un año más al acabar la obra, lo que nos hace falta es que el túnel esté preparado por el transporte de mercancías peligrosas. Se trata de que como infraestructura, como puede pasar con los túneles de Suiza o en el centro de Europa, por ejemplo, esté preparada por cualquier contingencia.

—Hasta qué punto el A-27 influye en la capacidad de crecimiento de cara al futuro del puerto tarraconense?

—Influye mucho. La A-27 la vinculamos a tres escenarios. El primero es el del agroalimentario. Actualmente estamos ejerciendo un papel de liderazgo en Cataluña. Actualmente el 40% de la producción de piensos del Estado español se trata de mercancías de agroalimentarios que entran por el puerto tarraconense. Pero eso no quiere decir que nos podamos acomodar. Nosotros tenemos esta posición en parte gracias a nuestra situación estratégica desde un punto de vista geográfico, pero nuestra responsabilidad es no dormirnos y mantener estos liderazgo. Tenemos que mantener los nuestro nivel de competitividad porque otros puertos también buscan este mercado, y me refiero a los más próximos, como los de Barcelona o Castellón. Dentro del puerto de Tarragona hay grandes infraestructuras y son competitivas, pero también tienen que estar fuera. Por ejemplo, un camión que sale del Puerto de Tarragona y que tenga que ir a Tàrrega, si dispone de una A-27 resuelta en su totalidad, nos daría un posicionamiento logístico en el sector agroalimentario, muy competitivo para nuestro puerto. El segundo escenario por el cual es importante la A-27 es el de la carga general. El puerto natural de Lérida y de Aragón es Tarragona y en consecuencia, todo lo que nos pueda comunicar de manera rápida y a bajo coste con estas áreas geográficas, refuerza nuestro posicionamiento. Y un tercer escenario sería el que representará la A-27 para el sector turístico. Nosotros estamos abriendo nuevos espacios de actividades y todo lo que sean nuevas conexiones rápidas con otros territorios puede contribuir a desarrollar nuestro proyecto de cruceros.

—Pues hablemos de ello. Los cruceros como proyecto de futuro para el puerto y no tan sólo como destino sino también como punto de salida, después del anuncio hecho por Costa Cruceros de hacer salir uno de sus cruceros desde Tarragona...

—En primer lugar hay que decir que el tema de los cruceros se puede incluir perfectamente en el concepto de diversificación de que hablaba antes. No sólo se apostó para diversificar la actividad industrial, sino que también se hizo la apuesta por los cruceros. Este es un proyecto que lo iniciamos ahora hace cuatro años y que ahora empieza a dar sus pequeños frutos. Para el conjunto de nuestra actividad los cruceros dan unos resultados modestos, pero para nosotros son importantes. Estamos muy orgullosos porque en las condiciones actuales no es fácil traer a 15.000 pasajeros. No es fácil porque somos un puerto desconocido con respecto a los cruceros, no es fácil porque cerca tenemos Barcelona que es un líder en este sector, no es fácil porque no tenemos las infraestructuras más adecuadas para acogerlos y porque estamos en un territorio en que culturalmente todavía nos estamos adaptando en este nuevo escenario de recepción de cruceristas. Pero a pesar de estas dificultades hemos demostrado que trabajando en equipo, primero de forma institucional con el Ayuntamiento de Tarragona y Reus, la Diputación, la Cámara de Comercio, con el apoyo de la URV, y contando con el apoyo también de la patronal turística y el de PortAventura; y disponiendo de un equipo muy bien preparado de profesionales, se ha conseguido que Tarragona empiece tener un posicionamiento dentro del mundo de los cruceros. No tenemos las infraestructuras más competitivas y no aportan la mayor funcionalidad posible y en la medida del posible tenemos que plantear otro tipo de infraestructuras. Si queremos crecer y queremos potenciar los cruceros, son absolutamente necesarias.

—Y cuáles son estas infraestructuras. ¿Ya las tienen definidas?

—Sí. Nuestra propuesta es la creación de una terminal temporal, que surge a partir de la construcción del contradique previsto en la zona de los Prats. La finalidad del nuevo muelle de cruceros es ir creciendo e ir haciendo grande el proyecto de los cruceros con unas infraestructuras adecuadas, pero no definitivas. La idea es que cuando tengamos el volumen suficiente, y que esté consolidado, de cruceristas, nos podremos plantear una futura terminal externa, al lado del Puerto Deportivo y que ya la tenemos incluida en nuestro Plan Director como espacio de futuro.

—Y qué papel juega la propuesta para el próximo año de Costa Cruceros de convertir Tarragona en base de salida de un crucero de la compañía?

—Es una operación muy importante para nosotros. Sería una operación que comporta que un barco de la compañía escalaría un día a la semana en Tarragona desde el mes de junio hasta finales de septiembre. Y no tan sólo escalaría sino que además sería ‘Port Home’. Con esta operación prácticamente duplicaríamos los pasajeros alcanzados este año, se trataría de un nuevo reto por dimensión de pasajeros y de logística. Es un acuerdo que Costa Cruceros ya está anunciando en su programa de ventas y aunque todos lo damos por hecho, hay que acabar de cerrar el plan de marketing. Todavía no está firmado pero soy optimista y creo que muy pronto se cerrará el acuerdo.

—Hasta qué punto el Puerto se juega mucho en qué vaya bien esta operación?

—Que una compañía del liderazgo de Costa Cruceros confíe en el Puerto de Tarragona para hacer una escala regular y continúa, nos da más visibilidad en el mundo de las navieras de cruceros. Es el mejor marketing que podemos tener. Lo que no podemos hacer, sin embargo, es morir de éxito. Eso nos pone en el escaparate, pero hay que ser conscientes de que no tenemos las infraestructuras necesarias para dar respuesta a según qué volumen. Ahora, para dar respuesta a Costa Cruceros, el puerto de Tarragona hará la imposible. Desde el primer trabajador hasta el último, que se el presidente, nos volcaremos para conseguir que eso funcione bien, pero será un esfuerzo descomunal que haremos porque sabemos que es una oportunidad que tenemos y lo tenemos que aprovechar.

—Con mejor infraestructuras la cosa cambia y el dique de los Prats del cual hablaba antes que plazos tiene previstos?

—La terminal dependerá de la construcción del contradique de los Prats. Ahora mismo el proyecto técnico está terminado y ahora nos encontramos en medio de la tramitación del plan ambiental que comporta la construcción de esta infraestructura.

—Y se puede poner alguna fecha, planteándotelo desde una perspectiva optimista con respecto a los plazos?

—De manera optimista, si lo plantea con la cabeza, si todo va bien, lo tendremos para empezar las obras en el 2018. Con el corazón, sin embargo, me gustaría poder empezarlo el próximo año. Es una tramitación ambiental muy compleja, con muchas entidades y estamentos involucrados. Una vez tengamos el visto bueno es importante destacar que tenemos el dinero para poder ejecutar la obra, que subirá a 50 millones de euros. La buena gestión económica del puerto nos ha permitido bloquear una línea presupuestaria para este contradique y el muelle de cruceros, y eso es importante.

—Para cuándo sería planteable empezar a hablar de la terminal exterior definitiva que comentaba antes?

—Ahora mismo sólo se planteable dentro de nuestro Plan Director. Y el Plan Director tiene una vigencia de 20-25 años. Nuestro compromiso es el de asumir el proyecto en función del volumen al cual se llegue, pero es trata un proyecto muy complejo y hace falta que el territorio entienda que este también es un proyecto que lo afecta y lo involucra. Tenemos que ser capaces de atender y dar servicio calidad. El puerto lleva los barcos, pero hay todo una tarea de atención de comercios, museos, guías, etc, que hay que trabajar. Por otra parte también hay que tener claro el asentamiento del volumen de cruceros. Las compañías igual que nos dan un voto de confianza y vienen, también se pueden marchar. Ahora mismo nuestros crecimientos en números de pasajeros pueden ser muy variables todavía y para una justificar una terminal exterior definitiva, aunque no tengo los datos exactos, haría falta prever volúmenes de 200.000 o 250.000 pasajeros. Está claro que este será un proyecto de largo recorrido.

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