Política
Presupuesto y ordenanzas, objetivo octubre
El equipo de gobierno trabaja intensamente para cerrar las cuentas que regirán el año 2026 y que permitirán ejecutar unos proyectos u otros

Imagen de archivo del momento en qué Noemí Llauradó (ERC), Sandra Guaita (PSC) y Daniel Rubio (Ara Reus) firmaron el pacto de gobierno.
Misericòrdia es devoción, alegría, adrenalina y dinero. Los dirigentes políticos de Reus tienen que combinar sus ganas de fiesta con unas arduas negociaciones para cerrar los presupuestos y las ordenanzas fiscales que regirán en el 2026. Todavía se está trabajando, pero el objetivo es aprobar las cuentas en el pleno del mes de octubre. Y si no se llegara, el tiempo añadido no tendría que superar noviembre.
Serán los terceros presupuestos del actual gobierno municipal y, conscientemente o no, marcarán la segunda mitad del mandato; definiendo un talante, una manera de hacer, unos colores y unas prioridades u otras. Con la entrada del año nuevo, las acciones vinculadas con el macroproyecto medioambiental del RENATUReus habrán llegado a su final, mientras que las obras del Complejo Riera y de Mas Iglesias encararán la cuenta atrás para recibir a los primeros huéspedes. Proyectos que puedan ocupar los tiempos, manos y euros que queden liberados ya hay: la tramitación de la evolución de la calle Astorga tiene que seguir su rumbo natural y no parece utópico pensar que la primera fase de actuación pueda licitarse o, incluso, iniciarse en el siguiente ejercicio. Con todo, son múltiples las concejalías que quieren que su porción de pastel sea mayor, hechas pasar hambre para llevar a cabo iniciativas variadas y dejar su huella en la transformación. Voces ya han clamado que si tuvieran más dinero haría más cosas. El entendimiento es vital y, si uno estira fuerte por aquí, tendrá que ceder por allí si no quiere que la nave gire.
Equipo de gobierno, pero cada uno tiene que mirar su ombligo; concejal de área, pero cada uno tiene que mirar por el bien común. Cada uno que adopte el discurso que crea pertinente. Y es que la desazón para los comicios del 2027 ha empezado a cernir por la capital del Baix Camp. Nunca va mal recordar que el fantasmagórico Gimmighoul se alimenta de la energía vital de los bribones que intentan arrancarle su tesoro, pero que, en cambio, Gol D. Roger anima a miles de piratas a encontrar los suyos. ¿Ambición o codicia? ¿Beneficio a corto plazo, a largo, o quizás es preferible no mover ficha? El juego se basa en aprovechar —o no— las oportunidades; no exentas de riesgos en diferente medida. Que cada uno se haga cargo de las consecuencias de sus actos y decisiones.
No obstante, parece que reinará el acuerdo. Se ha entendido que hay unos límites que, gusten más o menos, no se tienen que superar. Además, a pesar de tener el viento de cara de las mayorías, no ha sido sencillo para las tres formaciones políticas llegar a buen puerto. El capítulo primero del presupuesto, correspondiendo a los gastos del personal, ha ido creciendo año tras año, fruto de aumentos retributivos, estructuración de plantilla y promociones internas. Una situación que, si bien es muy buena noticia para los trabajadores, complica la articulación de las cuentas: los billetes no nacen de los árboles y los cofres del tesoro bien escondidos están.
Aún así, ahora es hora de disfrutar de la Fiesta Mayor. Es una semana para pasárselo bien. También para trabajar, pero eso no tiene que impedir cerrar Misericòrdia para que llegue la siguiente edición. Entre reunión y reunión, entre rueda de prensa y presentación, un descanso es merecido. O quizás, precisamente, el mejor momento para acabar de negociar una partida es entre nigiri y maki o con el Séquito como testimonio de la rúbrica.