Memoria histórica
La simbología franquista continúa en las calles de Reus presente en placas de viviendas
El Censo de Simbología Franquista registra más de un centenar de elementos en la ciudad

Edificio en la avenida del Ferrocarril que conserva la placa del Instituto Nacional de la Vivienda, en la parte superior del portal.
La simbología franquista continúa presente en la vía pública de Reus. Aunque uno de sus principales vestigios, el obelisco que presidió la plaça dels Màrtirs —actual Llibertat—, ha sido resignificada para recordar que fue ideado originalmente para recordar a los héroes liberales de la batalla de Vilallonga y el Morell, el Censo de Simbología Franquista del Banco de la Memoria Democrática recoge que hay más de un centenar de elementos en la ciudad que no han sido objeto de ninguna actuación posterior a la dictadura.
En gran parte, se trata de placas de vivienda correspondientes a l'Instituto Nacional de la Vivienda, que incluyen la representación del yugo y las flechas y mensajes como «edificio construido al amparo del régimen de pisos de protección oficial». Un paseo por la capital del Baix Camp permite constatar ejemplos en lugares como el barrio del Ferrocarril o la avenida de Salou. El registro también menciona que todavía permanece la rotulación de determinadas calles del barrio Fortuny con la imaginería del pico, la espiga y la palma, que evocan la Obra Sindical del Hogar.
La Generalitat de Catalunya está trabajando en un proyecto de ley de memoria democrático que tendría que establecer la retirada de la simbología franquista del espacio público en un plazo máximo de dos años, así como la revocación de distinciones, nombramientos, títulos y honores institucionales otorgados a personas que dieron apoyo al bando insurgente. Fuentes del Departamento de Justicia y Calidad Democrática detallan que, en estos momentos, la legislación se encuentra en trámite parlamentario, sujeta a enmiendas, y se espera tenerla antes de acabar el año. Les fuentes también subrayan que la retirada de la simbología es competencia del titular de cada elemento, como puede ser una orden religiosa, un municipio o el Estado.
Los historiadores locales coinciden en afirmar que estos símbolos no pueden continuar expuestos en la vía pública, pero que algún ejemplar se tendría que conservar como elemento de memoria histórica. Se tienen que retirar del lugar en que están, pero se tienen que depositar en el Museu de Reus, con suficiente información —autor, si procede; fecha; lugar; etc. — para documentarlas correctamente», expresa Jaume Massó. Joan Navais considera que se trata de un documento de «menor» valor. No obstante, se tendría que retirar y guardar una muestra en el museo. «Yo iría más allá», añade, remarcando la importancia de hacer pedagogía antifascista, por ejemplo, señalizando los puntos que tuvieron un papel durante la represión franquista o incidiendo en los centros educativos. «No nos acabamos de creer el tema de la memoria democrática», asevera. Por su parte, Joan Olivella asegura que «estos símbolos se tienen que sacar, no se pueden tener expuestos en la calle» y que se tendrían que conservar en el museo «porque permiten también explicar la historia».