Diari Més

Salud

El Hospital Sant Joan implementa una nueva terapia para el dolor crónico con una efectividad del 80%

En un 20% de los casos el dolor de los pacientes ha desaparecido y en un 60% ha disminuido

Vicenç Pascual, coordinador del servicio de Neurofisiología Clínica del HUSJR, junto con una paciente que se somete a la terapia para el dolor crónico.

Vicenç Pascual, coordinador del servicio de Neurofisiología Clínica del HUSJR, junto con una paciente que se somete a la terapia para el dolor crónico.Cedida

Creado:

Actualizado:

El servicio de Neurofisiología Clínica del Hospital Universitario Sant Joan de Reus (HUSJR) implementa una nueva terapia no invasiva para combatir el dolor crónico y que ya ha demostrado una efectividad del 80%. Esta está basada en la estimulación magnética transcraneal repetitiva (rTMS), que consiste en aplicar impulsos magnéticos sobre zonas específicas del cerebro con el objetivo de modular la actividad. «La neuromodulación es un tratamiento que lo que pretende es variar las redes neuronales que gestionan la información del dolor», explica Vicenç Pascual, coordinador del servicio de Neurofisiología Clínica del HUSJR. Concretamente, de los pacientes hasta ahora sometidos a esta práctica han conseguido disminuir el dolor en un 60% de los casos y en un 20% lo han hecho desaparecer. Tan sólo un 20% de los pacientes no ha mostrado ningún tipo de cambio.

Pascual afirma que el sistema nervioso central es «especialmente complejo de estudiar, porque se está adaptando continuamente según lo que haces durante el día.» Esta característica es positiva con respecto a los procesos de aprendizaje, ya que, por ejemplo, «un pianista que practica cada día hace que aquella zona neurálgica encargada del tacto y las articulaciones se haga mucho más precisa». No obstante, según detalla el doctor esta particularidad juega en contra en el ámbito del dolor: «No deja de ser una sensación continua que entra y hace que este circuito también se haga más sensible al dolor. Entonces, muchas veces podemos tratar la causa, pero el paciente sigue teniendo dolor porque el sistema tiene unos umbrales de funcionamiento muy bajos».

Ante esta situación, esta nueva terapia provoca una ruptura del círculo vicioso en el cual entra el paciente. «Lo hacemos mediante una estimulación cortical no invasiva. Con unas bobinas magnéticas generamos un campo eléctrico focal que actúa en las zonas que participan en esta gestión del dolor», afirma el responsable del servicio de Neurofisiología Clínica. Un proceso que asegura que es «totalmente indoloro» y al cual casi todo el mundo puede ser sometido. Los únicos motivos contraindicativos para aplicar esta terapia son casos de personas epilépticas no controladas farmacológicamente o con algún material férrico implantado que pueda vibrar con el estímulo magnético.

Según comenta Vicenç Pascual, el perfil del paciente con el cual se suele utilizar esta técnica es con aquellos que no pueden tomar fármacos por el dolor o quieren evitar sus efectos secundarios: «Hablamos de personas mayores que son más frágiles o polimedicados con fármacos que producen muchos efectos secundarios, como una baja actividad de las neuronas o mareos». Ahora bien, puntualiza que hay que aplicar el tratamiento de forma repetida: «Normalmente, hacemos cuatro sesiones de unos veinte minutos cada día durante los días laborables de dos semanas y después se hacen sesiones de mantenimiento, una vez al mes aproximadamente. Eso permite que no sea una mejora sólo temporal».

Aplicación en la depresión

Por otro lado, el doctor Pascual apunta que esta terapia seguramente se utilizará de forma más frecuente en un futuro para otras circunstancias. «Es un tratamiento con varios niveles de aplicación y parece que cada vez se aplicará más en casos de depresión. Se ha aplicado en pacientes que no responden en los fármacos y se ha obtenido una muy buena respuesta», asegura. Por este motivo, predice que esta terapia se podría convertir en «una primera línea de tratamiento», pero que todavía hay que estudiar más.

Testigo

Entre los casos de los pacientes que han notado una mejora está la M.M, que sufre neuralgia postherpética, una complicación que es resistente a los fármacos. «Hice la fase intensiva del día 9 de junio hasta el 20 de junio», explica la paciente a Diari Més. M.M describe que lo que sufría era un «dolor intenso» y a menudo «inhabilitando» y que, gracias a este tratamiento, ha notado una mejora: «El dolor no ha desaparecido, pero sin duda ha mejorado. Es un dolor que aumenta en las épocas de estrés, pero mi entorno me ha dicho que me nota con una actitud mucho más activa». Así y todo, recuerda que el tratamiento no fue separado de unas pautas: «Tenía que ser bastante estricta con los hábitos; ir a dormir y levantarme a la misma hora, hacer una hora de ejercicio diaria o tomar la misma cantidad de café, a la misma hora y de la misma cafetera cada día. No lo pensarías, pero estos hábitos pueden afectar a tu cerebro».

tracking