Comercio
El Colmado Giner celebra 80 años siendo «el rey de los regalos gourmet»
El negocio celebra esta efeméride con catas y maridajes en el espacio de degustaciones

Fotografía de Núria Queralt, propietaria del Colmado Giner de Reus.
El Colmado Giner celebra este año los 80 años, una efeméride que lo destaca entre los diferentes comercios históricos que atesora Reus. «El Giner tiene mucho prestigio como establecimiento donde se venden cosas buenas. La gente opina que, si lo tenemos nosotros, es garantía que es bueno», reivindica la propietaria del Colmado Giner, Núria Queralt.
En este sentido, remarca que este hecho fideliza mucho a la clientela del negocio, ya que esta valora tanto la atención recibida como la calidad del producto: «Damos gracias a nuestra clientela, porque la tenemos muy fidelizada y nos gusta mucho mantener este trato cercano con ellos».
Además, un negocio histórico como este no sólo llama la atención de un público fiel y local, sino también extranjero. «Reus es un polo de atracción muy grande. Hay mucha gente que, por ejemplo, viene a hacer la ruta modernista, tanto españoles como europeos. Entonces, es una buena oportunidad para hacer proselitismo de nuestro territorio con productos como el vermú o las avellanas», afirma la propietaria del Colmado Giner.
Los inicios
El Colmado lo fundó Jaume Giner en el año 1945, después de haber estado aprendiendo durante años en el Colmado Fortuny, negocio que cerró en el pasado. Durante su trayectoria el Colmado estuvo presente en varios lugares de la capital del Baix Camp, como la plaza del Mercadal o al arrabal de Jesús, y también tuvo una sucursal en el Niloga. Finalmente, se estableció en su espacio actual ahora hace más de 15 años, en el número 14 de la calle de Salvador Espriu.
«En los últimos años le hemos dado un ambiente diferente, por ejemplo, con una zona de degustación donde organizamos acontecimientos», explica Núria Queralt. Un espacio que han aprovechado para celebrar este octogésimo aniversario, con maridajes con el apoyo de marcas de prestigio.
«La gente se muestra siempre muy receptiva y se nos acaba quedando pequeño el lugar. A veces podría llenar el doble de las plazas que ofrecemos», añade. Además, aunque se ha hecho un descanso durante el verano, se espera reanudar las catas en otoño, concretamente a finales de septiembre.
Adaptarse
Una historia de casi un siglo marcada por el reto que han tenido que afrontar todos aquellos negocios históricos y de proximidad que se han resistido tozudamente a bajar la persiana; la llegada de las grandes superficies. «A día de hoy los productos de gran consumo no se compran aquí como era hace cincuenta años, en los que no había todos estos supermercados», lamenta Queralt.
Por este motivo, defiende que el caballo de batalla de los negocios como el Colmado Giner son los productos «diferenciados y de calidad»: «Somos los reyes de los regalos gourmet, lo que tenemos en los estantes difícilmente lo encontrarás en otro sitio». «Además, todos aquellos clientes que buscan hacer alguna cosa especial lo valoran mucho. Por ejemplo, en junio que acabó el curso escolar hicimos muchos lotes para maestros», añade.
Al mismo tiempo, admite que una de las cosas que más le gusta es «hacer recomendaciones»: «La gente es muy maja y a día de hoy que parece que todo es más individualizado y en las grandes superficies casi ni te atienden, la gente agradece cuando les explicas por qué aquel es el producto idóneo para ellos».
Entre estos productos «gourmet», Queralt destaca el jamón: «Nuestro ADN es el jamón, somos un lugar fantástico para comprar jamón. También tenemos muchos otros productos del territorio y de calidad como avellanas, vermúes, vinos y una gran variedad de quesos. Ahora bien, nuestra sección de carne es la que nos da más prestigio y la gente siempre está encantada».
Además, también apunta que ha notado un cambio de tendencia en la población en la actualidad, ya que «a la gente no le gusta tanto cocinar, así que no quieren tener mucho trabajo. Entonces, si tú quieres evitar trabajo lo mejor es comprar un producto sencillo, pero bueno».