Reus
FuneCamp señaliza espacios que acogen ciudadanos que perdieron la vida durante la guerra
También se está trabajando en la dignificación de lo que se nombra Foss Militares

Cartel de la capilla de los héroes de Vilallonga y del Morell.
El Ayuntamiento de Reus, a través de la empresa supramunicipal FuneCamp S. A. ha iniciado un proyecto de señalización especial de espacios en el Cementerio General de Reus que acogen ciudadanos que perdieron la vida en el transcurso de la guerra civil de 1936-1939. Una parte de estos trabajos se ha acabado coincidiendo con el aniversario del estallido de la guerra civil de 1936-1939, este 18 de julio.
Desde hace meses se está trabajando en un proceso de investigación que tiene como objetivo principal delimitar cada una de estas zonas y recordar a los difuntos que descansan y que perdieron la vida en defensa de sus creencias y sus posicionamientos personales.
Fosa militares
Actualmente, se está trabajando en la señalización y dignificación de lo que se llama Fosa Militares, un espacio situado junto a las Fosas históricas, y que suponen un testigo presencial del impacto de la Batalla del Ebro en la ciudad de Reus.
A partir de una investigación realizada en los últimos meses, se ha constatado en primer lugar que este espacio del Cementerio General de Reus había sido creado en 1910 a petición del destacamento militar de la ciudad para acoger a los chicos que murieran haciendo al servicio militar.
Y, en segundo lugar, gracias al aviso de un familiar de uno de los soldados inhumados, se ha podido localizar a través de los libros de registro del cementerio que acoge una fosa de la Guerra Civil (1936-1939), donde descansan los restos de 104 personas.
Según el registro, en esta fosa se hicieron inhumaciones entre el 23 de agosto de 1937 y el 14 de enero de 1939, justo un día antes de la entrada de las tropas franquistas en Reus. Aunque haya sepultado a algún civil, el grueso de los difuntos son militares inhumados entre en septiembre de 1938 y en enero de 1939. Corresponden, por lo tanto, a soldados víctimas de los combates de la Batalla del Ebro (verano y otoño de 1938) y de la ofensiva franquista sobre Cataluña (invierno de 1938-1939).
Capilla de los héroes de Vilallonga y del Morell
También a petición de un familiar de uno de los soldados de la guerra civil inhumados en este espacio, se ha completado la información y señalización de la Capilla conocida como «de los héroes de Vilallonga». En este caso se ha contado también con la colaboración del Centro de Estudios Pere Virgili de Vilallonga.
El texto actual explica las dos etapas de inhumaciones: en primer lugar, que fue creada para acoger los restos de los 133 milicianos liberales reusenses que murieron a la batalla del Morell y Vilallonga (1 de marzo de 1838) durante la Primera Guerra Carlista, unos hechos que provocaron una profunda sacudida emocional en la capital del Baix Camp.
Y, en segundo lugar, que durante la guerra civil se enterraron también algunos soldados republicanos y brigadistas internacionales.
No es nada anecdótico que en 1938 se escogiera este espacio para inhumar a estos difuntos, ya que los milicianos de 1838 habían sido homenajeados durante décadas, y se consideraban entonces todavía, como héroes de la libertad. En la mentalidad de las autoridades reusenses de 1938, un hilo de lucha unía a los difuntos de una y otra guerra.
Monolito
Al pie del monolito que durante décadas estaba instalado en la plaza Llibertat y que posteriormente fue trasladado al Cementerio General de Reus se ha colocado una placa que recuerda la génesis inicial del proyecto destacando que se había ideado muchos años atrás en recuerdo de los 133 milicianos liberales reusenses que murieron el 1 de marzo del año 1838 a la batalla de Vilallonga y el Morell.
Además, se ha hecho constar las autorías de las diferentes fases de creación del monolito. El proyecto inicial se atribuye a Josep Simó Bofarull (1937) pensado en homenaje a los miembros de la Milicia Liberal de Reus muertos en 1838 a la batalla de Vilallonga y el Morell. Finalmente, pero el proyecto lo acabó Antoni Sardà Moltó (1939), convirtiéndolo en homenaje a las víctimas franquistas de la Guerra Civil de 1936-1939. Fue inaugurado el año 1940 en la actual plaza de la Libertad. El año 1998 fue trasladado al Cementerio General de Reus.