Entrevista
Noha Moussafir: «¿Qué no tiene la Àliga? Es elegancia y fiesta. Es la dignidad de un pueblo»
La portadora de la Àliga de Reus fue la primera mujer a llevar a cabo el baile de lucimiento de la Àliga por Sant Pere el pasado 29 de junio en la plaza del Mercadal, a pesar de las elevadas temperaturas de la jornada

Noha Moussafir Descarrega, portadora de la Àliga de Reus.
Fue tu primera vez haciendo bailar la Àliga en el baile de lucimiento de Sant Pere. ¿Cómo lo viviste?
«Para mí es un baile que me generaba mucho respeto, incluso antes de ser aliguera. Siempre ha sido un baile que me imponía y que tenía su dificultad por la duración, las dimensiones de la plaza, el peso del elemento. Recuerdo que las semanas antes yo estaba suplicando que pasara ya, sin poder vivir con esta desazón. Otros años me alegraba de que llegara Sant Pere y este año pensaba cuidao.
Estaba muy preocupada y tan sólo ver el momento acercarse me venían todas las ansiedades y las dudas, sabía que haría mucho calor y con los ensayos poco a poco fui cogiendo confianza, pero no podía con mi vida. En todo momento tengo que decir que me dieron apoyo y me dejaron claro que si no me veía capacitada no habría ningún problema y seguramente lo habría hecho el cap de colla.
Pero lo hice, porque podía decir que no, pero no quería decir que no. ¡Por mis narices que lo hacía! Y ahora que ha pasado me da un poco de lástima, porque sé que no lo volveré a hacer en mucho tiempo. ¡Casi te diría que lo podría hacer ahora mismo otra vez! Aunque acabas reventada, lo puedo asegurar».
Cuando acabaste el baile no parecías reventada, porque ibas corriendo de una punta a la otra de la plaza.
«Veo los vídeos y flipo, porque en los ensayos salía ahogada después de hacer el baile. Después cuando lo vi sólo me pregunto cómo todavía tenía pulmones con el calor y el baile de ponerme a correr. Pero es la euforia del momento, salir y soltar todos los sentimientos y emociones posibles que pueden existir.
Satisfacción, nervios, cansancio, agradecimiento a mi madre y a mi pareja, que las fui a abrazar, que son las que se han comido todas mis dudas y me acababan diciendo: ‘Noha, eres tonta, lo harás’. Y sé que ellas lo vivieron todavía con más nervios que yo, que se pasaron dos horas bajo el Sol sólo para verme actuar a primera fila. Porque la Àliga era la última y yo las veía esperando y les decía que se fueran a la sombra y ya se pondrían después cuando actuara. Pero no querían, ¡no fuera que les quitaran el sitio!».
¿Ser portadora de la Àliga imagino que es muy especial, verdad? ¿Cómo empezó?
«Es una cosa única. Todo empezó en 2016 cuando salió la primera hornada de aligueros de la Àliga Petita y mi hermano fue uno de los portadores, que este año se ha estrenado con la Àliga. Yo me empecé a familiarizar con la familia del CRAC y la Àliga siempre me había gustado. Entonces, en uno de estos ensayos previos a Sant Pere fui para acompañar a mi hermano. Y no recuerdo como fue, si fui yo que lo pregunté o me lo ofrecieron por si la quería probar porque siempre estaba cerca de ella y la miraba mucho.
Dije que si y cuando la probé noté que pesaba, pero que podía girar y aguantarla bastante bien. Entonces, pregunté por qué no había chicas y si yo podía ser una aliguera. Me dijeron que sí, que simplemente nunca se habían encontrado con que una chica hiciera la solicitud para entrar. Hice mi carta y en 2022 me llamaron para empezar a ensayar y acompañarlos y en 2023 ya como portadora oficialmente».
¿Qué tiene la Àliga?
«¿Qué no tiene la Àliga? Es elegancia y es fiesta. La canción de los aligueros ya lo dice, es la dignidad de un pueblo. Es un elemento con el que toda la ciudad se puede sentir identificada y es muy querida. Es la más guapa de la fiesta y crea magia a su alrededor.
Y al mismo tiempo es ambigua, porque puede ser muy solemne y también por allí donde pasa hay fiesta. Y cuando lo vives desde dentro, como aliguera, te hace crecer, te hace sentir fuerte y es una motivación que no sabes ni de dónde sale».
Fuiste la primera mujer portadora de la Àliga y ahora has sido la primera mujer en hacer el baile de lucimiento de Sant Pere. ¿Es un hecho a celebrar o a preguntarnos por qué hemos tardado tanto?
«Aquí veo dos cosas. Por una parte, te preguntas si el año 2025 tendría que ser noticia que quién hace alguna cosa, en este caso bailar con la Àliga, es una mujer. Quizás hace tiempo que eso tendría que dejar de ser noticia. ¿Pero, por otra parte, por qué eso es noticia? Porque hoy día todavía hay muchos espacios que cuesta que los ocupen mujeres y si los ocupan es en una minoría.
Así que por un lado desearía que no hiciera falta, pero por el otro lado considero que si se hace este ruido es porque hace falta trabajar más. Yo misma lo pienso, el hecho de que no hubiera habido nunca mujeres aligueres hizo que con 18 años preguntara si era posible que hubiera una aliguera.
Pregunté si podía hacerlo cuando lo que tendría que haber dicho en aquel momento es que quería hacerlo. Y me encantaría que en algunos años haya alguna aliguera más, ya que yo he sido la primera, pero deseo no ser la última y espero compartir vestuario con ella. Me haría muy feliz».
Nos vemos por Misericòrdia.
«Por supuesto».