Escoge a tu preferido: Espresso Macchiato o Plim

Habemus mayoral. Las urnas eligieron cabecilla para poner paz a las disputas, pero si, «tenéis más problemas que Karla Sofía Gascón». De dos en dos, las pastorcillas exponían sus dilemas varios y el líder del grupo determinaba quién tenía razón y quién recibía golpe de bastón. Como con los alcaldes de la región, el primer conflicto giraba en torno a una estación: la intermodal. Otra estaba enfadada porque su compañera ocupada se quedó comprando entradas para el concierto de Bad Bunny en lugar de vigilar el rebaño.

Es el argumento que dibuja el baile hablado del Ball de Pastorets. Recuperado hace justo un año, presenta satíricamente noticias de la actualidad social y política en el marco de la Fiesta Mayor de Sant Pere. Ayer empezó en el arrabal de Santa Anna y la interpretación continuaba más allá por las plazas de la villa. Antonio Lobato —¿quieres saber cuánto vale tu cotxe?—, el apagón general y los Nanos de Montblanc fueron temas de conversación, pero lo que generó más debate serían los brebajes; de diferente índole. Hubo, incluso, réplica, cortesía del Ball de Gitanrs.

«Mí amore, mí amore; espresso macchiato, macchiato, macchiato, por favore. Por favore. Espresso macchiato corneo», entonó una pastorcilla de Castellvell mientras saboreaba la última gota de su café emulando Tommy Cash. El contrincante de Riudecanyes contrarrestava: si ella había bebido cafeína, él ya lo era de por si y Ballerina Cappuccina se convirtió. Los tópicos eurovisivos no cesaron: la castellvellenca quería ser una diva valiente, poderosa, la reina del Mercadal. «¿La Sandra Guaita?.» «No, la Melody, sub****al».

Acabada la ronda de soplidos verbales, el rabadán y el mayoral debatieron la sentencia. «Esperamos que los versots no os hayan molestado, especialmente a los geganters, que son gente de alta sensibilidad», rio el segundo, animando a llenar las botas de vino y beber sin control. «¿De vino»?, contradijo enseguida al rabadán. «La vida es fantasía», avanzaba. ¡Porque nadie llora y nadie se pelea porque «sí, ha vuelto el Plim!», proclamó, lata en mano y desatando la euforia colectiva. «¡Viva Sant Pere nuestro patrón y viva la Fiesta Mayor!», resonó.

Con la guerra pastoral acabada, el escenario lo ocuparon el Ball de Gitanes. También tenían ganas de beber y divertirse. «¡Más Plim y menos fantasía!», gritó una de ellas. Y es que con el Masclet recuperando la receta original, «cogeremos un buen pedo con una bebida como es debido».

Evidentemente, el repaso del año no acabó aquí. Las barras golpearon a Carlos Mazón primero. Una participante se acababa de someter a una rinoplastia «con vuestro gigante». «Quien ha salido ganando ha sido la Índia, cara nueva de regalo; la han dejado bien maquillada para que no parezca tan grande», prosiguió la befa. La Fiesta Mayor «es un drama y a los de Cultura tenemos que maldecir, Europa está «podrida» y ser de izquierdas es «cansado» porque «no vamos tranquilos ni de festivales».

Así, la jornada del miércoles de la Fiesta Mayor de Sant Pere sucedió; un día en que la sátira se hizo sitio por el camino. Porque la Fiesta Mayor es eso: es solemnidad y tradición, pero no significa que no haya espacio para el recuerdo, la burla y la diversión. Y para este fin de semana, Dames i Vells ya tienen preparada la función y la población la espera con profunda devoción.