Diari Més

Memoria

La segunda vida de los libros del cementerio

El Archivo Municipal encargó la restauración de los diferentes volúmenes de registro del Cementerio General de Reus

Fotografía de Llum Cubells, restauradora, y Elisenda Cristià, directora del Archivo Municipal de Reus.

Fotografía de Llum Cubells, restauradora, y Elisenda Cristià, directora del Archivo Municipal de Reus.Diari Més

Miquel Llaberia

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Los libros han sido utilizados para cumplir múltiples funciones. Nos ofrecen historias, comparten conocimientos o nos sirven para recoger información. Son objetos cotidianos que, aunque a veces pasen desapercibidos en el mundo digital de hoy día, perduran en el tiempo. Eso hace que con el paso de las generaciones estos objetos cotidianos, a los cuales sólo dábamos un valor meramente utilitario, pasen a tener un valor histórico.

Por este motivo, el Archivo Municipal de Reus impulsa desde hace unos años un proyecto de conservación, restauración y digitalización de documentos históricos de la ciudad. «Escogemos los documentos, se restauran y se digitalizan. Así podemos permitir que la población acceda a la información y el documento quede bien preservado», explica la directora del Archivo Municipal de Reus, Elisenda Cristià. Entre estos está el caso de los libros del Cementerio General de Reus, algunos de ellos con más de un siglo de historia y desgaste en los lomos: «Hace dos años empezamos un proceso de restauración de los libros del cementerio. Se restauraron siete y ahora quedaban tres pendientes. Hablamos de libros que la gente consulta bastante, sobre todo aquellos que son del periodo de la Guerra Civil», añade la directora.

Estos últimos tres eran los que registraban a las personas enterradas en el cementerio entre los años 1890-1900, 1915-1932 y 1946-1955. Esta tarea de restauración fue a cargo de la conservadora y restauradora Llum Cubells, en colaboración de Anna Ferran y Èlia López. «Lo primero que hacemos cuando recibimos cualquier pieza encuadernada es revisar sobre todo cómo está la cubierta, si lo podemos abrir bien, si el lomo aguanta y cuáles son los materiales compositivos. Con estos tres era evidente que necesitaban una intervención, sobre todo para evitar problemas futuros como las cubiertas se separaran», detalla Cubells.

Según comenta la restauradora, en libros de gran formato que se consultan y manipulan mucho, cómo es el caso de estos tres, presentan alteraciones comunes: «Normalmente, las esquinas están estropeadas, ha rotas y se acumula mucha suciedad. Entonces, el libro presenta muchas alteraciones tanto físicas como químicas». Al mismo tiempo, señala la edad de los libros como una particularidad: «No son libros muy antiguos. Han superado los cien años, pero no son de la edad media. Ahora bien, como son de una época más reciente están hechos con papel industrial, que es un soporte de menos calidad y que se deteriora más deprisa, que, por ejemplo, un papel del siglo XVIII».

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