Diari Més
Lluís Gibert

Abogado

Entrevista

Lluís Gibert: «Los catalanes tenemos poca conciencia de los ataques que nos llegan como colectivo, los tenemos incorporados»

El abogado reusense es copromotor de Acción Cassandra, una iniciativa jurídica nacida para defender los derechos de la «minoría nacional catalana», una necesidad «cada vez más evidente»

Fotografía del abogado Lluís Gibert, en la calle de Llovera de Reus.

Fotografía del abogado Lluís Gibert, en la calle de Llovera de Reus.Gerard Martí

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¿Qué es Acción Cassandra?

«Acción Cassandra es la manera de darle forma a una inquietud y un trabajo que tenemos Josep Rosell y yo en defensa de los derechos de la minoría nacional catalana, ya que no se protegen nada por parte de las instituciones».

¿Por qué consideraron que era necesario?

«Es una necesidad cada vez más evidente. Los catalanes tenemos poca conciencia de los ataques que nos llegan como colectivo. Hemos constatado que contra Cataluña y contra los catalanes vale todo. Y los catalanes aceptamos con resignación muchas veces que se nos insulte, se nos ataque, se nos humille. Lo tenemos incorporado, en cierta manera, como pueblo oprimido que somos. Pero no tiene por qué ser así. Hay instrumentos legales para contrarrestar estos ataques para que, como mínimo, se nos respete».

¿Existe catalanofobia?

¡«I tanto! Hay una catalanofobia estructural evidente. Y la estructural traspasa a la catalanofobia sociológica. Existe el relato social que los catalanes somos mala gente. De hecho, eso se demuestra cuando el 1 de octubre viene la policía y se canta ‘a por ellos’. Este sentimiento es catalanofobia. Y en cuanto a la catalanofobia estructural e institucional, sólo hace falta que hagas un recuento de las personas catalanas que tienen acceso al poder español. Y eso ocurre tradicionalmente».

¿Estos ataques catalanófobos habían quedado impunes hasta ahora?

«I tanto, pero por dos cuestiones. Una, porque nosotros mismos siempre hemos considerado que el hecho de que se nos insulte es normal. Por otra parte, como no hay reacción, si se ve que hay una absoluta impunidad para atacar a alguien, si no lo paras, la cosa no se detiene sola. Nuestra idea es poner encima de la mesa esta protección extra a través de mecanismos más serios».

¿Cuál es el momento actual de la identidad catalana?

«La curva de identidad parece que esté cayendo, aunque a veces eso son cuestiones de sensaciones y nos situamos en el extremo catastrofista. Yo creo que estamos en una situación con que podemos salvar la lengua y la identidad, en un contexto muy difícil, pero si no empezamos a reaccionar, estamos cerca de entrar en un punto de no retorno. Todavía hay muchos catalanes que nos sentimos. También tiene que ver no tan sólo con la cuestión política, sino con la escala global. Con la lengua, hay varios factores que han hecho que esté retrocediendo, como el hecho de tener todos acceso, a través de las redes sociales y los dispositivos móviles, a contenidos de todas partes. Eso seguramente pasa con todas las lenguas minoritarias».

¿La reacción tiene que partir desde la base social o la clase política?

«Primero tiene que ser desde la sociedad. Si no tiramos de la política, la política no tirará. El 1 de octubre es un ejemplo claro. Fue la sociedad la que puso encima de la mesa la necesidad de la independencia, a través de las grandes manifestaciones, de este hervor que hubo. Los políticos se vieron obligados a continuar este camino sin tener ganas ni ninguna intención de culminarlo. En el momento que cogen protagonismo los políticos, eso acaba. El político institucionalizado no tiene interés en salir de los espacios de confort. Un señor que cobra un sueldo de una institución española, lo que quiere es seguir cobrando aquel sueldo. No echará piedras sobre su tejado, a menos que le resulte más peligroso desobedecer a su gente. Si pudiéramos estrechar bastante para que los políticos siguieran nuestro deseo, entonces el político se adaptaría. Si lo dejamos en manos de los políticos, será absolutamente imposible. No harán nada y nos hundirán. La reacción tiene que ser desde la sociedad civil».

¿A qué futuro quieren llegar?

«Como Acción Cassandra, queremos eludir cualquier vinculación con la política parlamentaria o autonómica. Una cosa es mi opinión personal. Ahora surgirán nuevas alternativas políticas, pero nosotros no nos pondremos, no promocionaremos ninguno. Creemos que la nación es la nación, hay varios planteamientos políticos y a nosotros no nos interesa meternos. Nos interesa ejercer el espacio de poder que tenemos en favor de los derechos de la nación».

Acción Cassandra intervendrá en el Caso Sixena

Acción Cassandra presentará un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional en relación con la sentencia que obliga el MNAC a devolver las pinturas murales de la sala capitular del monasterio de Sixena. El colectivo denuncia la «vulneración del derecho fundamental de acceso universal al arte y la cultura»
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