Construcción
Reus es el municipio de la demarcación con más amianto: todavía hay más de mil cubiertas
El COATT alerta de que también hay fibrocemento en depósitos de agua y bajantes de aguas pluviales

Fotografía de archivo de una cubierta de amianto, material utilizado durante muchos años por sus propiedades, pero nocivo para la salud.
El amianto es un mineral compuesto de fibras que, por sus excepcionales y duraderas propiedades, se utilizó masivamente en la construcción y la industria en la segunda mitad del siglo XX. No obstante, en el 2002 se prohibió la comercialización de todo material que contuviera, ya que se había demostrado que la inhalación de sus fibras podía provocar enfermedades como asbestosis o cáncer.
A pesar del objetivo de retirar el amianto de la Unión Europea de cara al 2032, el Colegio Oficial de la Arquitectura Técnica de Tarragona (COATT) alerta de que, en el Camp de Tarragona, hay casi 6.000 cubiertas con fibrocemento. Reus es el municipio del territorio con más presencia: hay en 1.273 espacios —según el COATT; el mapa de la Generalitat de Catalunya apunta 1.190—. Le siguen Valls, Tarragona y Riudoms. En el global de Cataluña, la capital del Baix Camp ocupa la cuarta posición, solo por detrás de Barcelona, Lleida y Sabadell.
Si bien este material nocivo se acostumbra a vincular con cubiertas de naves industriales y almacenes agrícolas, gracias a su durabilidad, flexibilidad, cualidades aislantes y resistencia al fuego, a ácidos y a bacterias, Ramon Rebollo, del Gabinete Técnico del COATT, alerta que «también hay en depósitos de agua, bajantes de aguas pluviales, también de comunidad de vecinos, e interiores de algunas chimeneas o cajas de los ascensores». «Hemos revisado —mediante drones— el mapa que generó la administración pública y nos encontramos con la sorpresa de que todavía había una enorme cantidad de cubiertas de amianto», alerta.
Ante esta situación, el organismo indica que la retirada del fibrocemento la tiene que llevar a cabo una de las empresas acreditadas en el Registro de Empresas con Riesgo de Amianto (TRAS) para garantizar que la operación se complete en las condiciones adecuadas, ya que se trata de un material peligroso para la salud. En la actualidad, en la veguería del Camp de Tarragona hay casi 180 empresas autorizadas. Rebollo recuerda que, desde principios del milenio, el asbesto está «totalmente prohibido» porque «genera graves problemas de salud» y «hay otros materiales de prestaciones muy similares que no contienen».
Las administraciones públicas han ido sacando convocatorias de subvenciones y ayudas para financiar las operaciones de retirada de los elementos de amianto y facilitar la transición. Con la misma voluntad, la Cambra de Comerç de Reus acompaña a «toda persona solicitante, sea una empresa o, incluso, un particular o una comunidad de vecinos», que se implique en el proceso, tal como detalla su secretario general y director, Jaume Llosas.
En primer término, se identifica el proyecto que se pretende desarrollar para que tenga «un 100% de éxito». En caso de que la evaluación inicial sea favorable, se coordina la tramitación de la petición y la documentación, «donde hay un grueso de elementos que hacemos nosotros en nombre del solicitante», comenta Llosas. Además, la Cambra se coordina con una sociedad o profesional homologado y próximo al lugar de la intervención para poder ejecutarla. «Todavía queda mucho camino por recorrer», expresa el secretario general.
Llosas señala que «por lo que sabemos, la campaña del 2025 para la retirada en origen está cerrada porque se ha agotado la dotación presupuestaria» y se está a la espera de conocer resoluciones. «Eso no quiere decir que no se pueda complementar», apunta. Con todo, considera que la prórroga presupuestaria dificulta la ampliación.
«Veremos si puede haber alguna línea fuera de la Agencia de Residuos de Cataluña en la que este tipo de actuaciones puedan ser elegibles», añade. Piensa en proyectos beneficiarios de los Fondos de Transición Nucleares que incorporen la sustitución de residuos con amianto, en el que «la intensidad de la ayuda sería mucho más baja, pero podrían ser gastos elegibles».