Entrevista
Laia Merino: «La globalización hace que las creencias y los rituales funerarios se modifiquen poco a poco»
La coordinadora en funciones del Crematorio Municipal de Reus llevó a cabo una charla para dar a conocer los detalles detrás de los rituales funerarios en el caso catalán en el marco del Ciclo Primavera en el Cementerio 2025

Laia Merino, coordinadora en funciones del Crematorio Municipal de Reus.
¿Como de importantes son los rituales funerarios en el luto de las personas que pierden un ser amado?
«El ritual funerario es un proceso que ayuda al principio de gestión del luto. Al fin y al cabo, este acompañamiento sociocultural que tenemos en esta situación es el principio de un acompañamiento a un proceso muy personal e individual como es el luto. Entonces, desde mi punto de vista y lo que presenté durante la charla del Ciclo Primavera y a mi TFG es que, en estos tres, cuatro o cinco días que se llevar a cabo este proceso ayuda o aligera esta carga».
¿Podríamos decir que estos rituales son la parte más social del luto?
«Sí, al fin y al cabo, es una concepción social que tenemos muy asimilada con respecto a este acompañamiento a las personas en la fase inicial, pero que también puede variar según la sociedad».
¿Qué diferencias podemos encontrar según la sociedad?
«Muchas. Yo me fijo sobre todo en la sociedad occidental y me centro en España, porque no es el mismo tratamiento que se hace del cuerpo desde las funerarias en Francia o Inglaterra, que son países que está aquí al lado, que el tratamiento que hacemos aquí a Cataluña o al estado español. Por ejemplo, en las incineraciones de aquí que se queme la ropa no es una cosa muy importante, pero en Galicia sí que hay algunas funerarias que prefieren hacer la crema sin ropa o sin los zapatos, por temas medioambientales. Es decir, que al final pueden acabar siendo pequeñas diferencias que una persona cuando contrata un servicio ni le pasan por la cabeza».
¿Entonces, estas diferencias responden más a motivos prácticos o religiosos?
«Vienen por las dos bandas. Para poner otro ejemplo, en Inglaterra se hace siempre un embalsamamiento, que es una conservación del cuerpo para que se pueda hacer un velatorio de más de 72 horas sin que haya una putrefacción del cuerpo. Eso se hace porque allí las familias reciben el certificado médico de defunción al cabo de tres semanas, mientras que en nuestra casa lo tenemos al mismo día o el día siguiente como tarde. Es una cosa de ellos, no sé exactamente por qué es así porque conozco más nuestro caso, pero todo acaba influyendo en este ritual funerario. Y si hablamos de creencias, la cultura musulmana tiene la creencia de enterrar siempre en el suelo directamente, mientras que aquí eso en nuestro país no es factible por motivos legales».
¿Por lo tanto, también podríamos decir que los rituales funerarios son la parte del luto que trata la parte más física, verdad? Ya empezando por el hecho de sí enterramos o quemamos el cuerpo
«Sí, sin duda lo es. También, con respecto a enterrar o quemar aquí tenemos que tener en cuenta que la opción de incinerar el cuerpo siempre ha estado, pero que el catolicismo siempre ha sido muy vinculado al hecho de enterrar directamente. La incineración se popularizó y se relaciona más con los conceptos que nos aportan todas aquellas nuevas creencias que vienen muy ligadas al budismo y el sintoísmo. La globalización hace que las creencias y los rituales funerarios se modifiquen poco a poco. Además, la religión cristiana tampoco tiene el mismo impacto ahora que hace un siglo, así que se ha acabado normalizando el tema de incinerar. Además, nos encontramos con que la mayoría de la gente que se incinera es menor de 80 años, la gente más mayor y con los conceptos católicos más presentes voces que tienen muy claro que quieren ser enterrados».
¿Ha impactado mucho en vuestro trabajo la globalización? Porque cada vez hay más gente que viene de otros partos del mundo que vienen a vivir a nuestro país y acaban muriendo aquí.
«Sí, quizás el cementerio no lo nota tanto, porque hay una parte del cementerio que no es católica y allí se entierra gente que viene de fuera y tienen otras creencias, pero también se tiene que tener en cuenta que hay mucha población que se entierran en el país de origen. Un ejemplo de eso son los chinos, que aquí en Reus creo que sólo hay uno o dos enterrados. No obstante, en el crematorio sí que nos encontramos mucha población latinoamericana, que se incineran aquí para llevar las cenizas en el país de origen. También hay ingleses y franceses que se incineran aquí porque trasladar las cenizas es más fácil que trasladar el cuerpo entero al país de origen y allí acaban haciendo la ceremonia que ellos consideren».