Sociedad
Villablanca incorpora herramientas sensoriales para mejorar el bienestar de menores con discapacidad
A través de la estimulación sensorial se busca propiciar la comunicación con usuarios de alta complejidad conductual

Nuevo equipamiento terapéutico del centro Villablanca, para usuarios menores de edad con discapacidad intelectual.
El centro Villablanca de Reus ha incorporado dos nuevas herramientas terapéuticas para menores de edad con discapacidad intelectual. Concretamente, se trata de un carro multisensorial y un puf propioceptivo con que se busca propiciar la comunicación y la relajación de usuarios de la residencia Àtria que presentan una alta complejidad a nivel conductual. «No nos podemos conformar con las intervenciones conductuales de siempre, tenemos que ir a buscar otras herramientas para generar vínculos», ha señalado Àngels Ortega, directora asistencial de Villablanca. La particularidad de estos dos elementos es que son móviles, de manera que se pueden adaptar a las necesidades del usuario y no a la inversa. Así, se puede trasladar el carro o el puf al punto donde se encuentre el niño.
Hace años que el centro Villablanca trabaja con propuestas sensoriales y en esta ocasión, la apuesta por las nuevas herramientas se ha hecho pensando en los menores de edad que viven en la residencia Àtria. El equipamiento, con una docena de usuarios, lleva en funcionamiento siete años. En un contexto en que los niños que atienden tienen una mayor complejidad conductual, la directora asistencial de Villablanca Àngels Ortega ha señalado la necesidad de buscar alternativas a las intervenciones conductuales que se han implantado hasta el momento. Con este escenario, han buscado otras herramientas para generar vínculos con las personas.
De una banda el puf procioceptivo o «puf que abraza» es un asiento blando lleno de bolas con peso que estimulan el sistema sensorial y que proporcionan un «abrazo profundo» a quien se sienta. «Muchos niños que atendemos tienen un problema de propiocepción, tienen alterado su esquema corporal y no saben dónde tienen los límites de su propio cuerpo. Con este abrazo profundo hace que puedan sentirlo e integrarlo mejor», ha explicado Guruzne Urquidi, fisioterapeuta de Àtria.
De la otra, el carro multisensorial propone estimulación visual, auditiva, olfativa y del tacto con diferentes elementos como proyectores, espejos, un aparato de aromaterapia y una de música. Lo que diferencia esta herramienta del resto es el hecho de que sea móvil, de manera que se puede trasladar donde sea requerida en la residencia. «La idea de que el niño vaya a la sala multisensorial a veces se convierte en una dificultad increíble. Con este carro, acercamos el mundo sensorial a la persona, a su espacio, en el comedor, en la ducha si es necesario», ha detallado Ortega.
Todo, con el objetivo de propiciar no sólo la comunicación entre los usuarios y su entorno, sino también la regulación de los niveles de activación, la recuperación de la calma y el aprendizaje en el ámbito de la autorregulación. El centro ha contado con el apoyo económico de la Fundación la Caja para adquirir el nuevo equipamiento, con un coste de unos 6.000 euros.