Exposición
'Col·lapsar millor', la exposición del reusense Quim Packard en el Museo de Arte Moderno de la Diputació
La muestra es una reflexión sobre cómo los museos se tienen que adaptar a la crisis climática

Imagen de una de las salas de la exposición 'Col·lapsar millor', de Quim Packard, en el MAMT.
Colapso climático, habrá. ¿Pero qué papel tienen que tener los museos y las instituciones culturales en este contexto y qué pueden hacer para adaptarse y ayudar a la sociedad? En torno a esta cuestión el artista reusense Quim Packard presenta la exposición Col·lapsar millor, que se puede ver en el Museo de Arte Moderno de la Diputació de Tarragona (MAMT) hasta el 30 de marzo.
A partir de dibujos con apariencia de ilustraciones infantiles, cómic y grafitti, reflexiona sobre este rol institucional, defiende una apertura de los museos hacia la sociedad y reclama que cojan un carácter más pedagógico. «Hay que cambiar el ADN; no es que se tengan que quemar, sino cómo pueden hacer más y con más fuerza», valora.
El MAMT destina tres salas a la muestra, que incluye ilustraciones, objetos cotidianos e incluso otras piezas de otros museos que Packard reubica y busca dar un nuevo significado. «La crítica es que los museos tendrían que ser más abiertos y escuchar más; y plantearse otras maneras de dialogar y como trabajar con la comunidad el contexto actual», sostiene el artista, gestor cultural y mediador artístico. En su opinión, las salas «no tienen que pensar tanto en el artista individualista y creador, sino más en el colectivo y reforzar más los programas educativos y de mediación». Si eso pasara, cree que sería un «bien para todo el mundo», ya que considera que en un mundo cambiante «las comunidades más resilientes son las que trabajan en colectivo y desde la empatía, la escucha y la solidaridad».
Packard plantea un tema universal pero lo hace desde una perspectiva local del Camp de Tarragona. Entre los dibujos hay los conceptos sequía, PortAventura, Repsol, petroquímica, pantano, tren o huerto. «Vivo en Falset, soy de Reus y he estudiado en Riudoms», reivindica, y cita «la gestión del agua, las petroquímicas, el aire que respiramos» o las infraestructuras como elementos clave de la zona que se tendrían que organizar mejor». «Es una responsabilidad de la cultura plantear estas problemáticas a nivel local; y al final el público que tenemos es de aquí», justifica.
Entre los objetos de la exposición hay unos pufs, obra de Ariadna Guiteras y Diversorium, un colectivo que trabaja con personas con diversidad funcional. Packard invita a los visitantes a utilizar los pufs para «sentarse, dormir o saltar». «Son cuerpos. Nosotros somos cuerpos pero el museo también es un cuerpo; y esta organicidad es una parte que quiero reivindicar, de cómo utilizamos y nos sentimos en estos espacios», explica.
Con respecto a la simplicidad de los dibujos, que recuerdan los que hacen los niños, el artista defiende que esta sencillez todo el mundo la puede alcanzar. Dicen: 'ah, mi hijo lo puede hacer'. ¡Pues fantástico! Es positivo que todo el mundo pueda trabajar, dibujar y explorar diferentes maneras de representar», concluye.