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Enseñanza

«Los alumnos llegan mejor preparados tecnológicamente, pero las bases de la educación valían más antiguamente»

Docentes de diferentes centros reusenses que se han jubilado este curso reflexionan sobre la profesión y el futuro de la educación

Els professors homenatjats amb l'alcalde en funcions, Carles Pellicer, al Saló de Plens.

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«Todo vale la pena cuando, años más tarde, los antiguos alumnos te paran por la calle y compruebas que tienen una buena posición laboral y familiar. Es algo que te indica que la misión ha sido cumplida». Son las palabras de Rafel Ortiz, uno de los docentes que el Ayuntamiento de Reus homenajeó ayer en el Salón de Plenos.

Sin embargo, a buen seguro que se podrían atribuir a cualquiera del resto de los 25 docentes de 19 centros diferentes, en los que se incluyen, escuelas, institutos y centros de educación especial, que disfrutaron de este reconocimiento después de jubilarse durante el curso 2022-2023, dejando atrás un legado imborrable en la educación de los alumnos que asistieron a sus clases durante todos sus años de instrucción académica.

El acto, celebrado ayer al mediodía, estuvo presidido por el alcalde de Reus en funciones, Carles Pellicer, y también contó con la presencia de la vicealcaldesa en funciones, Noemí Llauradó, y el concejal de Cultura y Política Lingüística en funciones, Daniel Recasens, así como otros concejales del Ayuntamiento que tomaron parte en la ceremonia.

Rafel Ortiz, quien impartía la asignatura de Tecnología a los jóvenes estudiantes del Instituto Gabriel Ferrater, ha valorado la evolución de la educación durante sus años de docencia dejando un mensaje claro: «Ahora los alumnos llegan mejor preparados tecnológicamente, pero las bases de la educación valían más la pena antiguamente».

Así y todo, Ortiz defiende la calidad de la enseñanza, ya que, según él «es un orgullo ver cómo los alumnos llegan al instituto con 12 años y después salen con 18 muy bien formados». No obstante, siempre es posible mejorar y, para hacerlo, Ortiz cree en un modelo con una atención más especializada en el alumnado.

«Es necesario invertir más recursos para poder realizar una atención más personalizada a cada alumno. Sería muy beneficioso ser capaces de reducir el número de alumnos en las aulas y poder disfrutar de más recursos, porque tampoco vale la pena tener un grupo pequeño de alumnos si tienes las manos ligadas al no disfrutar de bastantes recursos», ha sentenciado.

Otra de las docentes homenajeadas fue Dolors Olivé, quien empezó su carrera en la educación como profesora de Música y que se ha involucrado durante 20 años en el equipo directivo de la Escuela Teresa Miquel con los últimos ocho ejerciendo de directora del centro.

Olivé cree importante el reconocimiento recibido para los maestros, ya que «es emocionante ver que la ciudad agradece la formación, porque prácticamente nadie más lo hace, y este reconocimiento oficial pienso que es importante que se haga, no tanto a título particular, sino como grupo social y educativo que somos en la ciudad».

Burocratización de la profesión

Olivé, cree que la nueva generación de educadores llega con una buena base, pero hace una advertencia a la administración: «Creo que los y las maestras actuales están muy preparados, pero también se ha burocratizado el trabajo y, por lo tanto, se pierde tiempo para analizar nuevos caminos y estrategias educativas. Hablo de mi experiencia en la administración, pero creo que también se puede incluir al profesorado. El exceso de papeleo nos impide invertir tiempo en reflexionar sobre nuestro trabajo».

Las reclamaciones de Olivé no se acaban aquí. «A menudo se dice que cualquier problema social se tiene que solucionar en la escuela. Por ejemplo, en el caso del catalán. Si bien nosotros podemos defender su uso y trabajar, si desde fuera no se hace una apuesta por la lengua, el trabajo hecho en la escuela no sirve para nada y eso derivará a que el catalán se convierta en una lengua muerta en las escuelas, que ya lo es».

Para finalizar, Olivé explicó las diferencias en la visión de la enseñanza desde un punto de vista político y desde la administración de las escuelas, ejemplarizándolo de forma clara: «Hoy en día se habla mucho de la inclusión. Sin embargo, atención, no vale cualquier inclusión ni a cualquier precio. Eso no quiere decir que no esté a favor, pero estoy a favor de una inclusión bien hecha, con recursos y no para todo el mundo, porque no todo el mundo puede asistir a una escuela ordinaria. A veces se engaña un poco a la gente hablando de la inclusión y no se hace bien», defendió.

Un planteamiento que comparte Magda Rodríguez, quien trabajó durante 27 años en el Colegio de Educación Especial Nostra Senyora del Mar. «Siempre serán necesarias las escuelas de educación especial y, si bien hay alumnos que se pueden adaptar a las escuelas ordinarias, para hacerlo, se necesita un personal especial que, ahora mismo, no existe, invertir en los medios necesarios y adaptar los centros escolares», explicaba Rodríguez quien, por otra parte, expresó su emoción al recordar «todos los alumnos y compañeros que me han acompañado durante tantos años de dedicación» en un reconocimiento que ha calificado como «muy bonito y lleno de felicidad y que te hace sentir importante».

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