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«Esperamos que el sacrificio de ahora represente más ventas en un futuro»

Los tenderos del arrabal de Santa Anna esperan que la remodelación de la zona dinamice el comercio

Els operaris, col·locant ahir les tanques al tram entre el carrer de Santa Anna i la plaça Catalunya.

«Esperamos que el sacrificio de ahora represente más ventas en un futuro»Gerard Martí

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Entre los clientes y los reusenses que habían salido a pasear, los tenderos del arrabal de Santa Anna vieron ayer por la mañana una nueva especie en su ecosistema. Vestidos con chaleco reflectante y casco, los operarios empezaron a colocar vallas en el tramo entre la calle de Santa Anna y la plaza de Cataluña para iniciar la segunda fase de la reforma del espacio, que restringirá el acceso a los vehículos para ceder protagonismo a los peatones.

Los empresarios de la zona prevén que los próximos cuatro meses, el tiempo que se espera que duren las actuaciones, serán complicados para sus negocios, pero son optimistas con que el esfuerzo será recompensado en un futuro. El gerente de Óptica Novalent, Jordi Vives, siente preocupación por las vallas y lonas que quieren colocar en la vía para efectuar las obras. «Te tapan. Quedará todo mucho más escondido», lamenta. Es por eso que pide que las actuaciones sean «quirúrgicas» y que acaben cuanto antes mejor.

Con todo, opina que la «incomodidad» que tendrá que soportar durante los próximos meses valdrá la pena. «El deseo que tenemos es que el sacrificio que haremos ahora represente más ventas en un futuro; que las ventas que ahora podemos perder, las recuperamos», explica.

Vives remarca que el tramo por donde se ha iniciado la segunda fase de obras es «la parte más muerta del arrabal». Por eso, señala que las actuaciones permitirán «dinamizar la zona». «Nosotros no tenemos clientes que vayan de paso por aquí, como podría pasar en un lugar más céntrico. Si la calle se hace para peatones y vienen empresas de restauración, quizás la gente que ha salido a dar un paseo continúe por el arrabal», declara.

Metros más allá se encuentra la tienda de electrodomésticos +Idees. El propietario, Pere Duesaigües, calcula que el negocio perderá el 30% de las ventas mientras duren las actuaciones de reforma. No obstante, quiere mantenerse optimista de cara a un futuro.

«El Ayuntamiento piensa que eso dinamizará el comercio. Yo también quiero creerlo. Si eso pasa, os aplaudiré. ¿Y si no? Dejamos el interrogante. Esperamos que esto dinamice el comercio y que lo que perdemos ahora, lo podamos recuperar más adelante», asevera.

Al lado de +Idees se encuentra el centro de estética The Wax. Una trabajadora opina que las obras «se han hecho en el peor momento posible», en las puertas de la campaña de Navidad. «Esto es un centro para relajarse. Ya me dirás cómo lo haces con una taladradora de fondo», critica. A pesar de todo, también apunta que para lucir, antes se tiene que sufrir. «Reus es muy de voltear por losarrabales. El esfuerzo valdrá la pena», observa.

Los empresarios coinciden en expresar dudas sobre cómo harán llegar género alos establecimientos. Vives explica que, según lehan informado, los comerciantes podrán cargar y descargar las materias en las calles paralelas al arrabal, así como enla plaza de la Farinera.

Duesaigües añade que, en principio, los trabajadores y los residentes quedarán exentos de las restricciones de circulación y que podrán acceder al espacio «siempre que justifiquemos que somos vecinos o comercios», ya que los pilones reconocerán las matrículas. «Si tiene que ser una calle para peatones, que lo sea», concluye.

Navidad es sagrada

Si bien las obras empezaron oficialmente ayer, las máquinas dejarán de funcionar durante la deseada temporada de Navidad «para no afectar mucho a las ventas», en palabras de Vives.

«Insistimos mucho para que se pararan el 25 de noviembre, para el Black Friday, y las obras se reanudarán el 7 de enero», detalla Duesaigües. El propietario de +Idees prefiere que las actuaciones se alarguen un mes más antes que quedarse sin las ventas de los últimos meses del año. «Si perdiéramos la campaña de Navidad, ya estaríamos muertos», dice.

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