Diari Més

Economía

Un inquilino de la cooperativa reusense Llars Familiars: «Acceder al mercado inmobiliario es complicado incluso teniendo recursos»

La organización cuenta con catorce pisos que dan techo a 45 personas en Reus

La calle Estel de Reus, donde se encuentra el edificio que Llars Familiars rehabilitará para convertirla en cinco viviendas de alquiler social.

Un inquilino de la cooperativa reusense Llars Familiars: «Acceder al mercado inmobiliario es complicado incluso teniendo recursos»ACN

Publicado por

Creado:

Actualizado:

Juan Carlos Ortiz es un ciudadano colombiano que desde hace un año vive en un piso de la bolsa de vivienda de la cooperativa reusense Llars Familiars. Llegó con su familia a Cataluña hace dos años y a pesar de tener trabajo y sueldo, acceder al mercado inmobiliario convencional le fue imposible. La organización se dedica a buscar viviendas para gestionar alquileres sociales y cuenta con catorce pisos que dan techo a 45 personas en Reus. Ahora, Llars Familiars es a punto de incorporar un decimoquinto inmueble, esta vez en la Selva del Camp, y rehabilitar otro en Reus para convertirlo en cinco viviendas.

«El acceso al mercado inmobiliario es complicado tanto para personas del país como de fuera», explica Ortiz. En su caso, antes de conseguir un contrato legal a través de Llars Familiars, compartía una habitación con los cinco miembros de su familia, en unas condiciones «poco dignas». La crisis de la covid-19 impactó en su situación laboral y fueron incluidos a la lista de espera de la cooperativa. Finalmente, en contexto de pandemia, se mudaron a un piso de la organización, ubicado en la calle Sardà de Reus. «Tener un contrato legal de alquiler nos ha facilitado otros trámites con el Ayuntamiento, como el acceso a la sanidad», detalla Ortiz.

Según destaca Daniel Pi, miembro del consejo rector de Llars Familiars, recuperar itinerarios vitales es una de las voluntades del proyecto. «Un piso no es tan sólo un techo, también permite acceder a asistencia sanitaria, escolarización de menores o un empadronamiento,» afirma. Activa desde el 2016, la cooperativa con vocación social trabaja para dar solución al problema de vivienda presente en toda Cataluña. Así, a partir de las donaciones de los socios y entidades que colaboran con el proyecto, Llars Familiars ha acumulado cuatro inmuebles de propiedad y diez cedidos. Todos ellos los gestiona la cooperativa y responde antelos propietarios a la hora de hacer los pagos del alquiler. Las compras de los inmuebles, más allá de las donaciones de particulares o entidades, se han hecho a través de la banca ética.

En relación a la adjudicación de los alquileres sociales, la cooperativa aplica unos baremos relativos a la renta de cada demandante. Ahora bien, lo hace «de la forma inversa a las inmobiliarias convencionales». No seleccionamos las rentas más altas, sino que escogen las que están entre dos y tres veces el coste del alquiler. Consideramos que eso nos permite tener la garantía de que estará el pago», detalla Pi. Así, la mayoría de alquileres están entre los 235 y los 250 euros en el mes, por inmuebles de unos 60 metros cuadrados. También tienen en cuenta otras cuestiones como que la familia esté integrada en el barrio o haya situaciones de vulnerabilidad. Y finalmente, se valora la antigüedad a la lista de espera. Un proceso que Pi remarca que es muy rápido: «no hay ninguna administración que pueda competir con nosotros».

Un proyecto de remodelación en el centro de Reus

Actualmente, la cooperativa tiene entre manos un proyecto ambicioso que aumentará su capacidad habitacional. Se trata de la rehabilitación de un inmueble situado en la calle Estel de Reus, que se transformará en cuatro pisos y unos bajos adaptada a personas con movilidad reducida y que dará techo a cinco familias. El proyecto tendrá un coste de 280.000 euros, del quals 80.000 provendrán de una subvención otorgada por el Ayuntamiento de Reus. Está previsto que las obras de reforma empiecen a finales de año y los nuevos inquilinos puedan entrar a vivir en junio de 2022. A raíz de la subvención municipal, los pisos serán gestionados en una primera fase por la bolsa municipal de vivienda, «de manera que será absolutamente claro a quien se atribuyen y será para gente que realmente lo necesita», apunta Pi. La cooperativa no descarta pedir otras ayudas a administraciones como la Generalitat para asumir otros gastos relacionados con los trabajos.

El inmueble fue adquirido ahora hace un año y medio y a día de hoy no es habitable. Es por eso que durante el 2020 se ha trabajado en un proyecto de remodelación que busca convertir estos pisos en espacios dignos. Según Pi, «estamos solucionando un problema de barrio y al mismo tiempo, de gente que necesita vivienda». A día de hoy, una sesentena de personas se encuentran a la lista de espera de Llars Familiares.

La Selva del Camp, próxima operación

La cooperativa próximamente cerrará una compra en la Selva del Camp, a raíz de la petición de una familia. Este será la primera vez que la cooperativa salga de la capital del Baix Camp después de cinco años de existencia. Así, una vez se formalice la compra, la cooperativa pasará a administrar quince viviendas. Pi reconoce que la investigación de un inmueble en este municipio «no ha sido fácil», pero la ayuda financiera de terceros ha hecho posible que en breve la compra sea una realidad. Ahora mismo, la operación está a la espera de resolver temas burocráticos.

El año de la pandemia también ha sido duro para Llars Familiars. Muchos de los clientes de la cooperativa se han visto afectados directamente por la crisis, ya fuera porque eran trabajadores discontinuos del sector turístico o bien porque son personas que vivían de la economía sumergida. A pesar de las complicaciones del 2020 que obligaron a retrasar proyectos pendientes, la cooperativa consiguió incorporar dos nuevas viviendas cedidas al conjunto de su parque inmobiliario.

tracking