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Bienestar

La crisis obliga al Banco de los Alimentos de Reus a abrir en agosto por primera vez

La fundación, que abastecía con antelación las entidades para poder detenerse cada verano desde 1996, mantiene el servicio por la covid-19d-19

Una imagen de archivo del interior del almacén, en la calle Escultor Rocamora de Reus.

La crisis obliga al Banco de los Alimentos a abrir en agosto por primera vezOlívia Molet

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Por primera vez desde que inició la actividad, el año 1996, el Banco de los Alimentos de las Comarcas de Tarragona no se detiene durante el mes de agosto. La fundación, que habitualmente en estas fechas abastecía de más a las entidades para poder permanecer cerrada una o dos semanas de verano, ha decidido este año no hacerlo a causa de la emergencia sanitaria de la covid-19. Fuentes del Banco explican que, este agosto, se ha elaborado un calendario y se dispensan citas a aquellas entidades que reciben género y que tampoco hacen vacaciones, y el suministro seguirá el ritmo ordinario.

La presión generada por la crisis que ha sucedido al virus «fue muy importante durante el momento más duro del estado de alarma y después, en junio, bajó muy ligeramente», pero «desde entonces, se ha estado manteniendo, no ha mejorado mucho y prevemos que esta situación pueda darse a lo largo de bastante tiempo». Por eso, el Banco de los Alimentos entiende que «este es un momento excepcional» y que «ha coincidido con qué, por el volumen de voluntarios que nos echan una mano, nos hemos podido permitir el lujo de seguir abiertos y ofrecer servicio a las entidades».

Y es que, tal como explican desde el Banco, «durante el tiempo del confinamiento, recomendamos a las personas más vulnerables y a las que formaban parte de algún colectivo de riesgo que no vinieran». Como contrapartida, sin embargo, «hubo mucha gente joven que vio reducidas las horas lectivas, tomó conciencia de lo que estaba pasando y se ofreció para colaborar». La falta de voluntarios se había convertido en los últimos años en un lastre importante para la Fundación, principalmente sostenida por personas de edad y que había realizado cíclicamente llamamientos para renovarse. Antes del estallido de la pandemia, en el Banco de los Alimentos de las Comarcas de Tarragona, que tiene su almacén principal en la calle Escultor Rocamora de Reus, «éramos unas 40 personas». Con las directrices dictadas a raíz delestado de alarma, y para preservar su salud, una decena de voluntarios se quedaron en casa. Al mismo tiempo, se incorporaron una vigésima que dispusieron de horas libres para asumir esta responsabilidad y querían aportar su grano de arena a la emergencia. Así, «ahora somos unos 50» y el incremento de personal ha aportado a la fundación un nuevo margen de maniobra.

En su puesto durante toda la pandemia

Mantener la distribución en pleno verano se ha vuelto también importante por el hecho de que, igualmente a raíz de la covid, el Banco de los Alimentos ha esponjado las citas para la entrega de alimentos a las entidades de tal manera que «antes quizás sí que las acumulábamos más, las convocábamos juntas, pero ahora lo que hacemos es asignar un horario para que vengan». De hecho, nunca llegó a bajar la persiana desde que el virus irrumpió, tampoco durante el confinamiento más estricto: «Enseguida vimos, como, que teníamos que estar». Este mes sin periodo festivo «aprovecharemos, también, para hacer trabajos pendientes de clasificación o de almacenaje», apuntan desde el Banco, donde agradecen «la colaboración de las instituciones, de empresas y de particulares que nos han permitido continuar» durante la pandemia.

Desde el Banco lamentan que «antes del coronavirus notábamos que había familias que empezaban a salir adelante, con algún trabajo parcial,» las cuales «ahora son las primeras en caer» y también que «en verano, con el turismo, la cosa siempre estaba mejor pero ahora no ha pasado».

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