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Dos discotecas de Reus incumplen la normativa en la primera noche de ocio

En la plaza del Castell la Guardia Urbana tuvo que regular el acceso por el alto número de personas en las terrazas y buscando mesa

Este es el aspecto que presentaba la plaza del Castell esta tarde del lunes.

Dos discotecas de Reus incumplen la normativa en la primera noche de ocioOlívia Molet

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Reus, como el resto del Camp de Tarragona, va volviendo poco a poco a la normalidad y el pasado fin de semana, siguiendo las indicaciones de Sanidad sobre las medidas preventivas de la Covid-19, los locales de ocio nocturno, como pubs y discotecas, volvieron a acoger las fiestas. Con todo, esta vuelta fue con restricciones higiénicas, como mascarilla y gel hidroalcohólico, con el aforo reducido a un 30% y con las pistas de baile convertidas en pequeñas terrazas, aunque no todos los establecimientos respetaron esta medida.

La Guardia Urbana de Reus, según han informado fuentes municipales a Diari Més, levantó actas en dos discotecas de la capital del Baix Camp que incumplieron con las condiciones de reapertura, dejando libre la zona de baile y permitiendo su uso a los clientes, algunos de los cuales aprovecharon para bailar ante la permisividad de los locales. Con todo, la Guardia Urbana se presentó en estas dos discotecas cuando tuvo constancia de esta ruptura de las medidas de seguridad y no dudó al levantar acta a los dos locales. Esta, sin embargo, no fue la única tarea que realizaron los agentes locales, ya que también pasaron por los diferentes pubs y discotecas para recordar la normativa vigente y controlar que en cada uno de los establecimientos se estaba respetando. Así pues, aparte de levantar estas dos actas, los agentes también tuvieron que regular algunas zonas públicas, como la plaza del Castell, donde un buen número de personas se reunieron para consumir en las terrazas. Como estas estaban llenas, también fueron muchos los que esperaron en la misma plaza, esperando que se vaciara una terraza para poder sentarse a consumir. Ante esta situación, los agentes intervinieron para que se pudiera respetar la distancia de seguridad de 2 metros que recomiendan las autoridades sanitarias para evitar la propagación del coronavirus, y lo hicieron regulando su acceso a la plaza.

Quejas por ruido

Una de las cosas positivas para algunos vecinos de Reus durante este confinamiento y las diferentes fases de la desescalada ha sido el silencio de las noches, que este fin de semana se rompió en algunos puntos de la ciudad. Muchos fueron los quien alertaron a la Guardia Urbana sobre algunos locales que no respetaban los decibelios permitidos en el interior de su local y, ante estas quejas, la policía se personó en las diferentes discotecas y bares. Los agentes hicieron gestiones con los propietarios de los locales y los servicios de seguridad para controlar y evitar los ruidos correctamente, también recordaron, en aquellos espacios donde sí que se respetaba el descanso de los vecinos, su obligación de evitar ruidos y garantizar la convivencia. Además, también intervinieron en algunos locales que estaban funcionando como bares musicales aunque sólo tenían autorización para servir como restaurantes. De esta manera, la Guardia Urbana de Reus dio respuesta a las quejas de la ciudadanía y realizó controles específicos, con posicionamientos estáticos de guardias en los puntos donde se requirió y con patrullaje por las calles con más presencia de locales de ocio nocturno. Así pues, a pesar de algún establecimiento que, en un primer momento, abrió sin respetar la normativa decretada por las autoridades sanitarias, la mayoría de discotecas y bares respetaron las medidas para prevenir el contagio del coronavirus.

Un negocio poco sostenible

Uno de estos espacios que respetaron las indicaciones de Sanidad fue El Hangar donde vivieron una situación «extraña» los trabajadores y los clientes. «Nosotros vendemos ahora un producto diferente del que ofrecíamos antes, y el cliente pues se encuentra también esta diferencia, nos tenemos que acostumbrar todos juntos y aportar cada uno el que podamos para salir de esta situación», argumenta Jordi Cases propietario de este local. «Nosotros adecuamos el local a las circunstancias, pusimos más mesas en el interior y nos limitamos al 30% del aforo», explica el propietario, quien añade que «todo fue según el esperado y no tuvimos ningún problema. La policía vino a hacer una inspección del local y lo encontró muy correcto». Aunque los locales de ocio ya pueden abrir, lamentan que la situación no es muy sostenible, ya que «uno de los pilares del ocio nocturno es la rotación de la clientela, pero ahora ya no hay porque no tienen tanto espacio como antes, es complicado que sea sostenible eso», dice Cases, quién admite que «esperamos que se pueda devolver a la normalidad lo antes posible, porque ahora mismo vamos a ciegas, pero también entendemos que, por parte de la administración, es complicado gestionar la situación».

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