Diari Més

Seguridad

La FAVR entiende las cámaras como «una ayuda» pero «no la solución total»

Valora que los aparatos «son positivos en la lucha contra la delincuencia» aunque «hace falta más policía en la calle y, sobre todo, educación»

Una de las cámaras de vigilancia de Sant Josep Obrer.

La FAVR entiende las cámaras como «una ayuda» pero «no la solución total»Olívia Molet

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Las cámaras que el Ayuntamiento instalará en diferentes calles en una nueva fase del despliegue del plan de videovigilancia, así como las que ya operan en algunos puntos de la ciudad, son «una buena ayuda pero no una solución definitiva». La Federació d’Associacions de Veïns de Reus (FAVR), que reúne en torno a 36 entidades vecinales, valora que los dispositivos «son positivos y claro está que colaboran en la lucha contra la delincuencia de calle. Cuantos más elementos haya para combatir el incivismo y la inseguridad, mejor». Destaca, sin embargo, que «las personas que quieren hacer algo ya están informadas sobre donde hay cámaras y como funcionan, saben esquivarlas» y concreta que «lo que serviría es un poco más de educación y, quizás, más policía en las calles. Pero ya sabemos que la cantidad de agentes no es infinita y que no pueden estar en todas partes partes al mismo tiempo». Los vecinos, tal como explica a Diari Més el presidente de la FAVR, Marcos Massó, «no tenemos la sensación que la delincuencia esté aumentando en la ciudad». «Sí que sabemos que hay casos puntuales en todas partes y que hay barrios donde hay más que en otros», añade, «pero no hemos percibido un incremento ni hemos recibido recientemente más quejas». «Que los que delincan sean conscientes de que, aunque los pillen, seguramente no les pasará gran cosa, es otro de los obstáculos a los cuales nos tenemos que enfrentar ahora», precisa Massó.

Se instalarán a 4 puntos más

El Ayuntamiento ha sacado a licitación, con un presupuesto de 35.000 euros IVA incluido, el contrato para el suministro y ubicación de cuatro nuevas cámaras de videovigilancia que se colocarán en el eje entre la calle de la Sardana y la plaza Comte de Reus, a la plaza de Teresa Miquel i Pàmies y a la calle de Pròsper de Bofarull. La distancia máxima que llenará a cada cámara es de 100 metros. Los dispositivos grabarán las imágenes de forma local por un periodo corto. La grabación y almacenaje a largo plazo –durante las 24 horas del día y hasta un máximo de 30 días y no se grabará audio– así como su visualización en la sala de control de Guardia Urbana se realizará a través del software de videovigilancia de que ya dispone el Ayuntamiento por la gestión de cámaras IP en la vía pública. La puesta en marcha de las primeras cámaras en la ciudad, años atrás, había generado críticas de una parte de la ciudadanía que consideraba que no era pertinente grabar los movimientos de los vecinos cuando circulan por la vía pública. En este sentido, el presidente de la FAVR valora que «quién no está haciendo ningún daño, no se tiene que preocupar. Si sabemos que hay cámaras que no son por nada más que para evitar la delincuencia, posiblemente es positivo que estén». Sobre si la presencia de cámaras desplaza la delincuencia a otras calles, Massó expresa que «se colocan, seguramente, en las calles donde ahora ya hay un problema y cuyos vecinos también tienen también el derecho a descansar. En todo caso, se tiene que controlar que eso no pase».

Un nuevo dispositivo de vigilancia se moverá por la ciudad

Dentro del paquete de la nueva licitación de cámaras, el Ayuntamiento ha incluido también una «unidad móvil de videovigilancia». Según concreta el pliegue que regirá la contratación, el dispositivo, que será el primero de su tipo en Reus, consistirá en una «cámara de videovigilancia IP solar autónoma con la finalidad de poder instalarla en diferentes zonas de la ciudad según las necesidades y sin tener conexión eléctrica ni de red». La distancia máxima que cubrirá este aparato en particular será de 10 metros, «garantizando el perfecto visionado e identificación hasta esta distancia en condiciones de grandes contrastes lumínicos o de baja luminosidad». Además, «la unidad móvil de videovigilancia será totalmente autónoma a nivel eléctrico a partir de la carga de las baterías por fotovoltaica del propio equipo». El dispositivo tendrá infrarrojos, audio aunque no lo grabará , detección de movimiento, conexión 4G y cartel donde se indicará que se trata de una cámara de vigilancia.

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