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Comercio

Los paradistas del mercado se adaptan a la bolsa reutilizable y la fiambrera

Cifran en un 10% los clientes que rechazan el plástico y valoran que «cada vez son más» y que llevar el ‘tupper’ «no es problema»

Un cliente pide que le pongan su compra en una bolsa de ropa, en la Pollería Rosa Riba.

Los paradistas del mercado se adaptan a la bolsa|bolso reutilizable y la fiambreraOlívia Molet

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Cada vez son más los clientes de los mercados municipales que acuden a hacer la compra con una bolsa reutilizable o que piden que los productos se los sirvan directamente en una fiambrera propia y no en bandejas o envoltorios de plástico. Aunque, según estimaciones de los paradistas, los que hoy hacen este gesto «serían un 10%» de las personas en que regularmente se atienen, sí que «en los últimos seis meses se ha notado un incremento: antes casi nadie llevaba la bolsa o el tupper de casa y hace un tiempo que algunos sí que lo hacen y piden que los pongas los productos dentro, sin plásticos». Adaptarse a esta nueva forma de comprar, que los clientes empiezan a incorporar «por conciencia pero también para ahorrarse el precio que tiene la bolsa de plástico», no representa, en general, un problema para los vendedores.

Ildefons Vidal, presidente de los paradistas del Mercado Central, explica que «llevo cinco años trabajando al negocio familiar pero antiguamente ya había sido y, hace 15 o 20 años, la gente utilizaba mucho la fiambrera. Durante un tiempo, por malas costumbres o comodidad, o porque nosotros mismos dábamos la facilidad de la bandeja y la bolsa de plástico, eso cambió. Ahora, con la conciencia social del no en el plástico, muchos vuelven a llevar su fiambrera, su tarro de cristal, la bolsa|bolso de tela o la biodegradable. Lo encuentro positivo porque genera menos residuos». Es precisamente «muchas personas mayores que están recuperando esta manera de hacer» en su compra y otros que se dan cuenta de ello, y te preguntan si también lo pueden hacer».

«Cuesta pero se va viendo más gente», añade Vidal, que recuerda que «hacer pagar la bolsa generaba cierto conflicto con el cliente que, a veces, no entendía por qué le pedías». Desde Mercats de Reus «se han hecho campañas para dar bolsas de tela o reciclables» y es posible que próximamente se ponga en marcha alguna nueva. «Las balanzas de hoy día lo facilitan aun, haciendo la tara, no es un inconveniente utilizar la fiambrera en lugar de nuestros recipientes», concreta Vidal, que apunta que «los envases también generan un coste dentro de la empresa que, a pesar de ser pequeño, es mejor si no tenemos».

También desde el Mercado Central, Jordi Caballé, de la Pollería Rosa Riba valora que «hace seis meses que vemos fiambreras y bolsas de ropa» y que «el que es un poco incómodo es que haya gente que lo lleva y gente que no. Si todo el mundo viniera con la fiambrera, configuraríamos un acceso directo en la báscula. Con todo, tal como está ahora, también se puede hacer bien». Desde la Charcutería Bonet, detallan que «sólo tenemos que hacer una tara, quitamos el peso del recipiente que nos traen y ponemos el producto. No se engaña nadie».

Opción biodegradable

En el Mercado del Ferrocarril, los paradistas tienen la sensación de que el rechazo al plástico está llegando más poco a poco. Carme Gassull, de la Charcutería Xarcuteria Gassull explica que «nos pasamos en las bolsas biodegradables, que valen diez céntimos. Compramos una serie de 500 bolsas y, en 15 días hemos tenido que encargar 500 más». Bandejas de plástico, «gastamos cerca de 150 a la semana». «A veces, hemos repartido bolsas de ropa y no son muchos los que las utilizan. Sin embargo, si alguien viene con la fiambrera, lo atendemos y es fácil», añade Gassull, que dice que «ojalá se difundiera más y todo el mundo lo llevara de casa». Desde la Pollastreria Dolors explican que «casi nadie lleva fiambrera, y sólo alguna bolsa reutilizable».

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