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Se enfrenta a 26 años de prisión por violar y maltratar a una menor de Reus con discapacidad

El procesado la cerraba en casa durante horas, la agredía y la vejaba habitualmente

Imagen de archivo de la fachada de la Audiencia de Tarragona.

Identificado el autor de pintadas independentistas en la fachada de la Audiencia de TarragonaACN

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Un hombre de 54 años se sentará el jueves en el banquillo de la Audiencia de Tarragona acusado de violar, maltratar y encerrar en casa habitualmente a una menor -con una discapacidad intelectual del 59%- con quien mantenía una relación sentimental. La fiscalía pide para el hombre más de 26 años de prisión, ocho años de libertad vigilada y el pago de una indemnización de 9.000 euros a la víctima. Según el escrito de acusación del fiscal, la relación empezó a mediados de 2015 cuando la chica tenía quince años y se escapaba de su domicilio de Reus hasta Salou, donde vivía el hombre. Posteriormente, convivieron en Barcelona y Massanes (La Selva) hasta mayo del 2017, cuando la víctima volvió con su madre.

Durante el primer año de relación, el acusado empezó a someter a la chica a constantes insultos y a expresiones humillantes para acoquinarla y humillarla, según el ministerio fiscal. En junio del 2016, ya con dieciséis años, la chica ingresó en un centro de acogida de Tarragona, pero unas semanas más tarde huyó en Barcelona con el acusado.

Mientras convivieron en la ciudad condal hasta enero del 2017, el individuo la sometía de forma diaria a constantes expresiones despectivas y humillantes como «foca, gorda, que estás como una ballena, que me das asco, te dejaré desdentada y te dejaré hecha un ‘cristo’». Asimismo, lo agredía de forma habitual, dándole bofetadas, puntadas y puñetazos, siempre según el relato de la fiscalía.

Durante aquel periodo, el acusado impidió a la menor salir en todo momento del piso que compartían, cerrándola en el inmueble y privándola de claves y del teléfono móvil. En enero del 2017 se trasladaron a Massanes (La Selva), donde compartían vivienda con una pareja. Allí el hombre la cerró dentro de la habitación cada día, como había hecho en Barcelona, de las diez de la mañana a las ocho de la noche, sin que ni siquiera pudiera disponer de un lavabo.

Según la fiscalía, mientras convivieron en Barcelona y en Massanes, el acusado obligó a la menor en varias ocasiones a mantener relaciones sexuales. Ante la negativa de la chica, la golpeaba y le propinaba bofetadas, y se colocaba encima suyo y lo cogía fuertemente de los brazos para someterla.

Además, la sometió a agresiones físicas continuadas y a insultos constantes. El 6 de marzo el acusado le propinó varios puñetazos en la zona de los pómulos y boca y, el 28 de aquel mes, los dos se enfrentaron verbalmente y el hombre le lanzó un tenedor que quedó clavado en la pierna de la menor. Todo seguir la lanzó al suelo, donde le propinó golpes en la cara mientras le decía que si se iba a su casa la mataría. Después de la discusión, la chica aprovechó un descuido del acusado para marcharse del piso y coger un tren en dirección a Salou, donde lo esperaba la madre.

Cuando la chica ya estaba en casa de los padres, en junio del 2017, el individuo envió varios mensajes de texto a la madre de la víctima con el ánimo de atemorizar a la menor. «Mañana lo espero por la tarde, ya verás cómo sale, la mataré, le quitaré la vida. Mañana la mato, por mis antepasados muertos le corto el cuello con un cuchillo, avisada quedas. Voy a por ella, le costará la vida haberme conocido», relataban los mensajes. El hombre ingresó en la prisión en julio del 2017.

La fiscalía lo acusa de un delito de maltrato habitual, de dos delitos en el ámbito de la violencia de género -todos ellos agravados para hacerse en el domicilio común-, de un delito de detención ilegal, de un delito continuado de agresión sexual con penetración a persona especialmente vulnerable y de un delito de amenazas en el ámbito de la violencia de género.

En conjunto, el ministerio fiscal reclama 26 años y nueve meses de prisión, que el hombre no pueda acercarse a menos de 500 metros o no comunicarse con la víctima durante 20 años, y la prohibición de tener o llevar armas durante trece años. Además, la fiscalía solicita ocho años más de libertad vigilada.

En concepto de responsabilidad civil, el ministerio público pide que el hombre indemnice a la víctima con 6.000 euros por los daños morales y con cerca de 3.000 euros más por las lesiones y secuelas derivadas de varias agresiones -entre ellas, un trastorno de estrés puesto traumático-. El caso llegará a juicio este jueves, 14 de marzo, en la Audiencia de Tarragona.

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